Pdvsa tiene comprometido un
aprox. de 400 b/d a China
■ Una economía que ostenta el récord de quintuplicar la inflación promedio de América Latina.
■ El Gobierno ha profundizado el proceso de desindustrailización que el país venía arrastrando con la crisis mundila en los finales de los 80.
Cuando Hugo Chávez entregue el Palacio de Miraflores en enero de 2013, después de haber gobernado durante 14 años, lapso en el cual dispuso tanto de los más elevados ingresos petroleros y tributarios de toda la historia de la República (más de un millón de millones de dólares) como de la mayor concentración de poder político, dejará una economía maltrecha, altamente vulnerable, con una grave acumulación de desequilibrios y distorsiones que entraban y asfixian la actividad productiva, y con un marco jurídico-institucional que violenta la libertad económica y el derecho de propiedad.
Chávez dejará una economía que ostenta el penoso record de quintuplicar la tasa de inflación promedio de América Latina, no obstante la política de represión de precios mantenida durante 10 años; de ser la más vulnerable de la región por su extrema dependencia de la exportación de un solo producto, el petróleo; de presentar el peor clima de inversión por la sistemática violación de la libertad económica y la cadena interminable de controles y alcabalas; y de ser una de las economías menos competitivas en el mundo, exceptuando la producción de petróleo.
Como resultado de su fracasado proyecto político etiquetado con el nombre de “Socialismo del Siglo XXI”, la economía venezolana ha exacerbado su dependencia de la renta petrolera, del gasto público financiado cada vez más con endeudamiento, y de las importaciones, para hacer crecer la economía, con el agravante de que dicho proyecto y la política económica que le ha sido consustancial, basado en la estatización de la economía mediante apropiación compulsiva de tierras y empresas privadas, ha profundizado el proceso de desindustrialización que el país venía arrastrando desde finales de la década de los 80, al provocar la quiebra de más de 4 mil empresas industriales y destruir miles de empleos en este sector; ha llevado a la ruina a las empresas de Guayana; y ha devastado la base productiva agropecuaria viéndose forzado a importar más del 60% de los alimentos que se consumen.
La exacerbación del carácter rentista de la economía durante el gobierno de Chávez, ha estado acompañada, a su vez, de un debilitamiento de la capacidad de Pdvsa para aumentar la producción de crudo y productos derivados en un nivel acorde con el potencial de producción que tiene Venezuela, dadas sus inmensas reservas de petróleo consideradas como las más elevadas del mundo.
Esta incapacidad de Pdvsa evidenciada en el hecho de estar produciendo por debajo del volumen registrado en 1998 (3,4 millones de barriles diarios) obedece tanto al fracaso de la política petrolera ejecutada, como al insensato deterioro de su conducción gerencial, operativa y financiera, todo lo cual ha provocado un desvío de la misión central de Pdvsa de producir y exportar petróleo para garantizar a la República una maximización de ingresos y un impacto positivo directo e indirecto sobre las actividades productivas internas; una sustracción creciente de recursos destinados a financiar gastos del gobierno central, y un grave y costoso endeudamiento de la empresa sin que dichos recursos hayan sido aplicados al financiamiento de proyectos de inversión para aumentar la producción de crudo, gas y productos derivados.
EL F0NDO CHINO:
Adicionalmente, la Pdvsa que recibirá el próximo gobierno en el 2013, será una empresa con una producción comprometida de 400 mil barriles diarios para el pago del Fondo Chino, con una caída importante de la productividad laboral al incrementarse su nómina en más del 200% sin que la producción haya crecido, con pasivos diversos que en el año 2011 sobrepasaron los 100 mil millones de dólares, y con varias demandas en tribunales internacionales (Ciadi) bajo la acusación de violación de contratos.
Chávez dejará, igualmente, una economía con severos desequilibrios macroeconómicos entre los que destacan: unas finanzas públicas quebradas con un déficit financiero que podría llegar a más del 9% del PIB en el presente año; con un nivel de endeudamiento del sector público cuyo monto puede cerrar en el 2012 por encima de los 150 mil millones de dólares.
Con una tasa de cambio oficial altamente sobrevaluada y un sistema de control de cambio opaco y entorpecedor de las actividades productivas al no proveer los dólares que demanda el mercado; con un monto de reservas internacionales muy vulnerables no sólo por las fluctuaciones de los ingresos de divisas por petróleo, sino también del oro que representa más del 60% del total de las reservas; con un mercado laboral donde dos de cada tres trabajadores tienen un empleo precario, y la mitad de la fuerza de trabajo está desempleada de manera abierta o encubierta (empleo informal); con una expansión monetaria disparada por un gasto público electoral, cada vez con un menor respaldo de reservas internacionales; y con un alto índice de escasez de bienes de diversos tipos.
DESTRUCCIÓN:
Esta economía rentista, con una Pdvsa en crisis, vulnerable ante un descenso de los precios del petróleo, con alta inflación y caída del salario real, con baja productividad, despilfarro de recursos humanos y naturales, con un proceso de desindustrialización y destrucción de la producción agropecuaria, con una infraestructura deplorable (electricidad, vialidad, etc.) que obstaculiza la producción y comercialización de bienes, con una finanzas públicas hipotecadas, bajo nivel de reservas internacionales, sin estímulos para el ahorro interno, con un Estado hipertrofiado y abarrotado de empresas ineficientes; puede llegar al colapso total si no se produce un cambio de gobierno el 7 de octubre de 2012. El programa que Chávez ha presentado agravará todos estos males.
Por: ISAAC MENCÍA
POLÍTICA | OPINIÓN
ANÁLISIS | ECONOMÍA
OFICIALISMO | PSUV
CIUDAD | CARACAS
CARACAS, martes 31 de julio, 2012