La prohibición del acto seduce
a querer infringir las reglas

■ Especialistas consideran que las relaciones íntimas y el deporte proporcionan una intensa sensación de placer y bienestar que redunda positivamente en las personas.

La edición número 30 de los Juegos Olímpicos está por comenzar. Un total de 10.490 atletas de 204 países llegaron a Londres para disputarse desde este viernes aproximadamente 4.700 medallas en 39 disciplinas deportivas. Más de 6.000 soldados vestidos de civil y 12 policías custodiarán las instalaciones olímpicas y las calles de una ciudad que ha sido marcada como objetivo del terrorismo. Pero, al margen del celo por el control antidopaje y las amenazas de bombas, surge la controversia de los encuentros furtivos entre los participantes (atletas, técnicos, árbitros y directivos de federaciones) que no pocas veces terminan en escándalo.

Hablamos de sexo, esa otra actividad humana, que une (o separa) a los seres humanos y que en eventos masivos como las olimpíadas carga también su halo de misterio, que se resume en la pregunta ¿hasta qué punto es nociva la práctica sexual para los atletas en víspera de una competencia? Tomemos en cuenta que durante casi un mes habrá un encuentro entre más 10.000 jóvenes, quienes todavía ignoran si tener relaciones sexuales antes de la competencia afecta el desempeño o, al contrario, los ayuda a cumplir con sus sueños.

Richard Ling, miembro de la Asociación Mundial para la Salud Sexual señala que se trata de una polémica que no tiene “ni pies ni cabeza”. Para el sexólogo norteamericano y toda una autoridad en sexo y deporte, ambas actividades son tan similares en sus características y en el impacto que generan en el cuerpo humano, que difícilmente se les podría identificar como “enemigos acérrimos”.

A su juicio, sexo y deporte contribuyen por igual al esfuerzo físico, transpiración, aceleración de las pulsaciones, aumento de la intensidad respiratoria, liberación de endorfinas y, lo más importante, ambas actividades proporcionan una intensa sensación de placer y bienestar que redunda positivamente en las condiciones anímicas del individuo.

Subirse al podio:

Ling sustenta que el deporte, definitivamente es positivo para el sexo porque ayuda a que la persona pueda tener un mejor rendimiento sexual y flexibilidad para disfrutar sin incomodidades y a buen ritmo el acto en sus diferentes formas.

Pero, del otro lado, existen versiones que sustentan lo contrario. En 1994, Berti Vogts, director técnico de la selección alemana de fútbol fue objeto de críticas al prohibir las relaciones sexuales antes de los juegos. Tesis que apoya el velocista británico Lindford Christie quien señala que mantener sexo en la víspera de una competencia hace que las piernas le pesen como el plomo. Mickey, el entrenador de Rocky Balboa, lo resumía con una frase. “Las mujeres debilitan las piernas”.

Sin embargo, un conocedor del tema, como Ian Shrirer, ex presidente de la Academia Canadiense de Medicina Deportiva, considera que tener relaciones íntimas en la víspera de una competencia no afecta la fuerza, ni la resistencia, ni ninguna otra de las condiciones físicas de un atleta. “Mucha gente cree que la abstinencia sexual antes de las competencias está relacionada con los efectos psicológicos”, argumenta Shrirer.

Admite que los grandes atletas necesitan ser agresivos para poder competir en los más altos niveles de sus disciplinas, pero se puede llegar a ser demasiado agresivo, y en ese caso el asunto de las relaciones sexuales puede influir positivamente.

En el caso de las atletas parece operar un resultado incuestionable. El fisioterapeuta israelí, Alexander Olshanietzky, apuesta por los beneficios del contacto sexual por lo menos para las mujeres deportistas.

“Obtienen mejores resultados deportivos después del orgasmo. Especialmente las corredoras y las que compiten en salto alto. Mientras más orgasmos, más oportunidades de ganar una medalla”.

Por: ELIZABETH ARAUJO
SEXO SIN TABÚ
Salud | Sexo
EL NACIONAL