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ALEXANDER CAMBERO: Crónica de campaña y cáncer



En las anteriores campañas, el reto era llenar de gente la avenida Bolívar de punta a punta. Ayer estaba llena de autobuses.

La “invasióne” de autobuses

 

Un sol inclemente despunta en el horizonte guariqueño. Como portentosos centinelas de piedra, se erigen los peñascos que dominan la espesura y la hacen un ecosistema de verdor irrepetible. Gran movimiento de autobuses venidos de más de ocho estados, cogestionan la entrada de San Juan de Los Morros. Los lugareños se muestran sorprendidos, mientras los viajeros ataviados de rojo reciben su kit con alimentos.

Jóvenes provenientes de Guacara en el estado Carabobo, ubicados en las adyacencias de la avenida Bolívar, le reclaman airadamente a un concejal de su entidad por el pago de lo convenido. Una señora que se identifica como miembro del Consejo Comunal Loma Linda, le indica al munícipe carabobeño que si no suelta los reales se larga con su tres autobuses para las aguas termales: “Tanto que nos costó mover a la gente para que te pongas cómico con la plata”, le grita la enfurecida dirigente social, ese es Henrique Capriles que tiene pueblo como sorgo, nosotros tenemos que ofrecer. Recuerda, son catorce años metiéndole los mismos cuentos a la gente, ya los vecinos no se creen tantos embustes.

De pronto apareció el equipo reporteril de VTV, con una lista de sectores sanjuaneros desde donde, supuestamente, venían estos ciudadanos. Lo fueron filmando colocándolos como habitantes de: Bucanero, Camoriquito, Puerta Negra, Los Morritos, El Jobo y barrio La Chinga. Antes le dieron un libreto con el sector para que nadie entrara en contradicción y dañase la estrategia comunicacional de los llamados medios públicos. Todo tiene que salir tal lo programado. Señalaba el coordinador de aquel montaje. Tienen que agredir al candidato de la mesa de la unidad, llamándolo el abanderado de los sectores burgueses y reaccionarios que acabaron con Venezuela. Díganle de todo y hasta duden de su masculinidad, mientras al Presidente lo pueden llamar: el segundo Jesucristo.

La avenida Bolívar luce medio vacía. Ya las convocatorias de Hugo Chávez no causan el furor de otrora, nos refiere Rafael Ramones Paiva, un estudiante de informática quien vive en la urbanización Rómulo Gallegos. Si no es por la invasión de autobuses esto sería como cualquier día, indica Romelia Sánchez mientras cocina unas cachapas en un local cercano al sitio desde donde hablaría el presidente saliente.

En medio de algunos gritos se acerca la carroza. El primer mandatario nacional luce sumamente deteriorado, una hinchazón que disimulan con maquillaje no puede ocultar la procesión que anda por dentro del abultado aspirante. El peso de los años, revolotean en una mirada afligida que no encubre su desagrado por la pobreza del acto. Cuando pasó frente a las cachaperas observó cómo algunos de sus seguidores optaron por comer antes que mirar la lánguida escena de siempre. José Caura maestro de escuela en Chaguaramas, habló con tristeza: el cáncer se le nota hasta en los poros, ya no es el guerrero aquel que encabezaba la batalla, ahora es un ser apagado con una débil sonrisa, que no puede disimular su terrible realidad. Esa enfermedad es traicionera, mi tío Cupertino luchó bastante, se hinchaba como mi Presidente, hasta que cruzó el páramo en una mañana lluviosa. Si no se recupera estamos fritos como topochos. Tenemos un rival que viene como río en conuco arrasando con todo. Ese Capriles tiene la fuerza que perdió mi comandante.

Cuando comenzó su discurso muchos se fueron a visitar algunos sitios de interés. Otros estaban desde temprano en las aguas termales en donde disfrutaron de lo lindo. Apenas un susurro de la voz presidencial, fue quedándose en aquel horizonte que plena una sabana que resguardan sus centinelas de piedra.


Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
EL UNIVERSAL
miércoles 25 de julio de 2012