Cloaca de corrupción oficialista
Resulta interesante resumir en un libro, como ocurrió en Brasil con Lula, no sólo la suma de embustes y de engaños de ese presidente populista, sinvergüenza y borrachín, sino de sus ministros, casi todos enjuiciados por casos de corrupción. La Presidente de Brasil ha tenido que fumigar el Gobierno para tratar de limpiar el aparato de la burocracia que el PPT, el partido oficial, había montado a la sombra de Lula, haciéndose pasar por revolucionario cuando en verdad hizo todo por engordar a la burguesía de su país mientras distribuía “bolsas de comida” entre los pobres. Igual hizo Menem en el sur y hoy lo hace la dinastía Kirchner en Argentina.
Si algo en Venezuela se parece a todo este excremento del populismo político es el río Guaire a su paso por Caracas, en el sentido integral y estricto de la definición: fue declarado “objetivo clave” para la revolución y quedó como una verdad bíblica que su curso sería transparente y cristalino, tanto que si Jesucristo volviera podría bautizar con sus aguas a Hugo, Diosdado y, de paso, al propio Aristóbulo que es santero.
Pero ¡ay! sus aguas no son aptas para el ser humano, y menos para el consumo en los ridículos cultivos oligopónicos de Parque Central: en ellas no hay peces, sus riberas no tienen arenas y menos playas. En el Guaire no transitan barcazas ni chalanas y la vida se ausentó de su cauce devorada por la toxicidad, la falta de oxígeno disuelto, la turbidez de los agentes patógenos y las heces fecales. Sólo corre allí un caudal de contaminación y fetidez que sale de los ministerios cada vez que se roban algo de los dineros públicos.
El Guaire es una cloaca a cielo abierto, un sumidero de “aguas negras” domésticas mezcladas con efluentes de industrias, basuras y aguas de lluvia. De río pasó a ser colector de nuestros desechos líquidos y morales, y de nuestra irresponsabilidad como sociedad.
Pero desde hace varios años la perversa imaginación de este gobierno, creativa para empeorar todo y hacer negocios personales con los dineros públicos, encontró en el malogrado río otra veta de gran magnitud. Con el pretexto de “sanear” el Guaire (¿quién podría oponerse a tan altruista propósito?) asignaron miles de millones a un programa que permitiría que el Presidente se bañara a la vista de sus seguidores y ante los camarógrafos de VTV.
Y hace un par de semanas volvieron a presupuestar (según la Gaceta Oficial) el saneamiento del Guaire. Y el Guaire está peor: ahora también es sumidero de dineros de todos los venezolanos.
Ingentes recursos de la nación se han ido por ese drenaje.
¿Adónde fueron a tener esos miles de millones del dinero público? ¿En qué dilapidaron esos recursos de todos? ¿Quiénes manejaron esos multimillonarios contratos? ¿Quiénes engrosaron sus cuentas bancarias con esos recursos? ¿Quiénes extrajeron oro del flujo fecal del Guaire? El país merece y exige saber quiénes lo roban y lo engañan.
Por: Redacción
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EL NACIONAL