Chávez: “uno de los que más se
queja de este gobierno soy yo”
■ Los “ni-ni” y quienes se esconden en el “No sabe o No responde”, se inclinan a votar por Capriles.
Los hechos confirman que el Chávez de esta campaña presenta visibles debilidades a pesar del ventajismo expresado en el ilimitado uso de recursos públicos, sus constantes amenazas secundado por el alto mando militar “chavista” y de la parcialidad del CNE. (Que propone un acuerdo para reconocer el resultado electoral omitiendo las cadenas y el ventajismo oficial y acepta la calificación de “candidato de la Patria” y “candidato de la derecha” incorporados por el chavismo). Tal agotamiento no parte de su posible enfermedad, sino del peso de 14 años de incumplimientos, corrupción, violencia, destrucción del país, desprecio por lo nacional con su encandilamiento por Fidel y otros sátrapas y porque Henrique Capriles “le está ganando la conexión emocional en una campaña de contacto directo con la gente” como afirma el politólogo Humberto Njaim (EU 8-7-2012) y revelan las últimas encuestas.
Que el Chávez insultante (“los curas llevan el diablo bajo la sotana” y “el cardenal Urosa es un bandido, sinvergüenza, corrupto, etc.”), ordene a su radical Vicepresidente ir a la Conferencia Episcopal con la bandera de una falsa reconciliación, es un signo de debilidad y no de arrepentimiento.
Que aplastado por el fracaso de la misión No. 19 contra la inseguridad, “A toda vida”, con 52 asesinatos diarios en las últimas semanas y los 9.150 registrados en el primer semestre de este año, 2.305 en Caracas, (EU 12-7-2012) el inepto ministro El Aissami se reuniera “amigablemente” con gobernadores de oposición, es un signo de debilidad y no de diálogo porque, de serlo, no ahogaría financieramente a los estados opositores reteniendo los recursos que por ley les pertenecen.
Ya Chávez no puede sostener encuestas ilusorias con 30, ni 20 puntos a su favor. El Chávez ausente de las acciones de calle y del contacto cara a cara con la gente (a pesar de la constante presencia “virtual” en el cuñero de la Ley Resorte y de las cadenas) trasluce debilidad al exigir con desespero: “tenemos que ir a convencer a los ‘indecisos’, a los ‘confundidos'”, los que, según Njaim, provoca un impacto en las filas chavistas más comprometidas, al ver disminuido al otrora “líder todopoderoso, ganador profesional de elecciones”. Chávez sabe que está técnicamente empatado con Capriles y que la tendencia es a seguir bajando y Capriles subiendo, porque las encuestadoras serias detectan que los “ni-ni” y quienes por temor se esconden en el “No sabe o No responde”, se inclinan mayoritariamente a votar por Capriles.
Chávez ya no es el “dueño de los más pobres”, que siguen siendo pobres y olvidados después de 14 años de un régimen que ha recibido más dinero que todos los gobiernos anteriores juntos. Le han visto más interesado en comprar armas de guerra y regalar recursos a sus amigotes políticos (endeudando al país) que en haber iniciado hace años la construcción de viviendas, hospitales, escuelas y en crear fuentes de trabajo, necesidades de las que solo se acuerda cuando hay elecciones. Como la naturaleza del escorpión, Chávez disfruta con la guerra y la violación de los derechos de los venezolanos. Raciona la gasolina humillando a zulianos y tachirenses con un chip (que quiere aplicarlo en todo el país), mientras regala nuestro petróleo a Cuba, Nicaragua y otros.
Hay muchos chavistas pobres descontentos (Mercal está desabastecido) visitados por Capriles con su oferta de inclusión, respeto, trabajo y progreso. A Chávez le indigna ver que el “Flaquito” entra a los municipios “rojos” y es recibido con afecto y muestras de apoyo por sus habitantes. Por eso la violencia en La Vega y la vergüenza de utilizar a la PN para impedir su acceso.
Con masivas concentraciones en todo el país, su “casa por casa” y su mensaje conciliador, Capriles marca la agenda del candidato oficial. Chávez se (¿reconcilia?) con la Iglesia y anuncia “actos de calle para reforzar la campaña”. Sin embargo en Anzoátegui (muy hinchado, aunque había dicho “estar curado”) no tuvo contacto con la gente a través de caminatas, sino desde las alturas del camión trastocado en falsa carroza. Allí, ante la evidencia de los apagones constantes y los cráteres en las calles, mostró ante los suyos otra gran debilidad: “uno de los que más se queja de este gobierno soy yo” pero “no votar por la revolución sería traición”. Olvida que con 14 años de fracaso ya no puede reeditar aquel “con hambre y desempleo, con Chávez me resteo”.
Ojalá que el CNE y la FAN entiendan que el mundo está atento al ventajismo y a la desigualdad electoral en Venezuela y atiendan los mensajes que el país les está enviando. Capriles lo dijo muy claro cuando fue impedido por la PNB de entrar a La Vega “Chávez, hagas lo que hagas, tu tiempo se venció”.
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
@colominaM
EL UNIVERSAL
domingo 15 de julio de 2012