Los votos están en Petare
y no en Miami-New York
■ A 3 meses de que gane Capriles, Chávez no tiene caminos distintos al fraude o la crisis.
Entre la oposición y Washington hay problemas de comunicación. Estados Unidos se queja de que la oposición es errática (y es verdad), pero ellos también lo son. Por una parte, manifiestan preocupación por la filtración del narcotráfico y el terrorismo en las instituciones y, por la otra, silencian la información recabada (ejemplos: Aponte Aponte o Velásquez Alvaray). Critican la veracidad del sistema electoral y, al mismo tiempo, validan el lobby del Centro Carter en favor del mismo y sus agencias de cooperación, desde hace años, refuerzan organizaciones opositoras que afirman que el voto es seguro. Cierto es que Chávez ha negociado en el pasado, que cada vez que le ponen la soga al cuello hace alguna concesión, pero desestimar su peligrosidad regional es un error. Hugo Chávez está diplomáticamente menguado, es verdad, pero sus vínculos con el terrorismo y el narcotráfico internacional son amenazas reales.
Desde Caracas, la oposición no ha hecho todo lo necesario para aprovechar la relación con Washington. No existe un “embajador a la sombra”, por ejemplo (lo que sería un trabajo a tiempo completo), y ni siquiera se aprovechan las buenas conexiones de algunos excelentes venezolanos residentes en Estados Unidos. Algunas de las ONG’s que han pedido dinero a las agencias de cooperación han quedado mal y, más allá de la queja, las reuniones en el departamento de Estado usualmente carecen de planteamientos. Es cierto que los votos están en Petare y no en New York, pero hay que “caminar y masticar chicle a la vez”.
Hablar de esto es tabú porque ahora lo “cool” es hablar de Brasil. Ya casi asumimos el discurso chavista, al punto que plantear relaciones con el Norte (cualquier norte) se percibe como traición. Pero estamos a 3 meses de que gane Capriles y Chávez no tiene caminos distintos al fraude o la crisis, en ambos escenarios, la comunidad internacional es vital. Imprudente y “políticamente incorrecto” son excusas del Castellano para la autocensura.
Por: Yon Goicoechea / Abogado
Politica | Opinión
@yongoicoechea
martes 10 de julio de 2012