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Thursday, November 21, 2024
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Las Milicias bolivarianas, “Un poder armado paralelo”



El grupo de milicianos que desfilo el 13 de Abril y que más llamo la atención por tener la cara tapada, sus gritos y mostrar su armamento.

Para la milicia el enemigo puede
ser “externo o interno”

 

Al negarse a debatir con Capriles, Chávez niega capacidad de interlocución a la oposición.

La negativa de Hugo Chávez a mantener un debate con el candidato opositor Henrique Capriles –supuestamente porque le daría “vergüenza” polemizar con la “nada”–, ha vuelto a demostrar que las nuevas autocracias ya no son dictaduras a la antigua usanza, pero tampoco Estados de Derecho.
La conservación de las apariencias democráticas y un cierto grado de derechos civiles y políticos y libertades públicas, coexisten en los nuevos regímenes híbridos con sutiles formas de coerción. Los nuevos caudillos saben que es mejor aparentar ganar unas elecciones que robarlas abiertamente. Chávez, en realidad, nunca ha aceptado la idea, crucial en un sistema democrático, de la legitimidad de las diferencias políticas entre los partidos y candidatos. Al negarse a debatir con Capriles, niega capacidad de interlocución a la oposición.

Según Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual, Chávez es “un hombre formado para aniquilar al adversario político, convertido en enemigo radical, al que se niega toda posibilidad de patriotismo, de razón, de humanidad”.

Pero la retórica del chavismo es lo que menos preocupa a la oposición, ya muy habituada a las diatribas de Chávez. Mucho más peligrosas son las llamadas Milicias Bolivarianas (MB), que el gobierno planea aumentar hasta que alcancen medio millón de efectivos, con lo que superarían en número a las tropas del ejército regular.

Creadas por decreto en 2008 para “complementar” a las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), las milicias funcionan en la práctica como una guardia pretoriana leal a Chávez, que las ha calificado como “el núcleo duro del poder político de la nación”. El comandante de las MB es hoy el general Gustavo González López, que responde directamente ante Chávez y el ministro de Defensa, general Henry Rangel Silva.

Las milicias tomaron como modelo los “Batallones de la Dignidad”, armados por Manuel Antonio Noriega en Panamá y que impresionaron a Chávez cuando fue agregado militar de la embajada venezolana en el país del Canal en los años ochenta. Milicia es un término que connota un cierto carácter amateur, pero los miembros de las MB están lejos de ser aficionados: por lo general, reciben entrenamiento militar a cargo de oficiales del ejército adictos al régimen.

Las milicias están divididas en dos secciones. Una es la Reserva Nacional, que comprende a civiles que han cumplido el servicio militar, y la Guardia Territorial, integrada por voluntarios. El comando general está organizado sobre la base de nueve grupos de reservistas repartidos a lo largo el país en 300 brigadas y una docena de “cuerpos especiales de resistencia”, formados por empleados de empresas estatales y funcionarios que se organizan, al estilo cubano, en sus lugares de trabajo.

En el desfile militar que conmemoró en 2010 el octavo aniversario del fallido golpe de 2002, 30.000 miembros de las MB marcharon uniformadas y pertrechadas de fusiles automáticos y lanzamisiles portátiles tierra-aire rusos. Muchos interpretaron esa demostración de fuerza como una señal de advertencia a la oposición y a potenciales disidentes entre las filas militares. “Las milicias no permitirán que la burguesía ocupe espacios en la Asamblea Nacional”, advirtió Chávez en esa ocasión.

Para finales de este año se espera que a las MB se les añada una unidad blindada. En teoría, el objetivo de las milicias es defender el territorio venezolano. Pero un documento interno del oficialista Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), señala que el enemigo puede ser “externo o interno” y ser combatido con métodos y medios “ilimitados”.

En un país donde el control de armas es prácticamente inexistente, las MB añaden un factor potencialmente explosivo. En 2010 Amnistía Internacional estimó que en Venezuela circulan ilegalmente unas 12 millones de armas de fuego ligeras, lo que explica que el país tenga una de las tasas de homicidios más altas del mundo: 57 por cada 100.000 habitantes (2/100.000 en la UE). Según diversas versiones, varias de las 10 bandas armadas que controlan barrios populares de Caracas como Petare o el 23 de Enero, se han integrado a las milicias.

El pasado 13 de abril, antes de partir para una nueva ronda de quimioterapia en Cuba, Chávez anunció la creación de un “comando anti-golpe” para resistir cualquier intento de desestabilizar al gobierno. La estructura y conformación del nuevo cuerpo sigue siendo un misterio. Lo único que se sabe es que será dirigido por el general Clíver Alcalá, comandante de Cuarta división blindada del Ejército y que estará integrada por miembros de elite de las MB. Alcalá y el general Rangel Ríos están en la lista de cómplices del narcotráfico del departamento del Tesoro de EEUU.

Un informe de 2011 del International Crisis Group estimó que los efectivos de las MB suman hoy unos 150.000 efectivos, frente a los 115.000 oficiales que tienen las FAN, según datos del International Institute for Strategic Studies de Londres. Todos sus miembros son militantes del PSUV, lo que crea dudas sobre su posible comportamiento en el caso de un triunfo de Capriles en las elecciones del próximo 7 de octubre.

El brazo armado de la revolución:

Chávez ha invertido grandes cantidades de tiempo y dinero en organizar y fortalecer a las MB, emitiendo una larga serie de decretos y reformando la ley orgánica de las FAN para darles cabida en las fuerzas de seguridad del Estado. Algunos analistas creen que ese esfuerzo se debe al temor de Chávez a perder apoyo entre los militares, a pesar de que ha tenido especial cuidado en deshacerse de disidentes como el general Isaías Baduel, líder del contragolpe militar que liberó a Chávez de sus captores en 2002 y hoy en prisión acusado de corrupción, y de mantener contenta a la oficialidad mediante continuos aumentos de sus salarios y privilegios y la constante renovación del armamento a su disposición. Rusia, por ejemplo, ha suministrado a Venezuela armamento por valor de 13.000 millones de dólares.

El problema para Chávez es que la promoción de oficiales en la que él mismo se graduó en los años setenta, está comenzado a retirarse y no parece sentirse seguro de la lealtad de los militares más jóvenes. Tras el golpe de 2002, hubo una purga de la cúpula militar tras la cual, en 2005, el gobierno estableció por decreto un Comando General de las Reservas Nacionales. Pero su intento de incluir civiles en sus filas fue rechazado por el alto mando del ejército.

A finales de 2007, Chávez trató de incluir la creación de las MB en un programa de reformas constitucionales que sometió a una consulta popular que fue rechazada por los electores. Pero no se dio por vencido. En diciembre de 2008, logró que un congreso del PSUV aprobara la creación de las milicias. En 2009 una reforma de la ley orgánica de las FAN incorporó a las MB como “quinta arma”, otorgándoles el mismo status jurídico de las otras fuerzas de seguridad del Estado y permitiendo la integración en sus filas de extranjeros.

En 2010 otra reforma legal permitió a sus miembros ostentar rangos militares y portar armas. En contraste con otros altos mandos del ejército, que critican la pérdida del monopolio de la violencia legal y ven con desconfianza el surgimiento de un poder armado paralelo entrenado por asesores militares cubanos, el general Rangel Silva se ha mostrado como un entusiasta defensor de las milicias. Según el periodista venezolano Nelson Bocaranda, el nuevo comandante de las MB podría ser Diosdado Cabello, ex militar, actual presidente de la Asamblea Nacional y probable delfín de Chávez si éste queda incapacitado para gobernar.

Aunque Chávez ha negado reiteradamente que esté llevado a cabo un proceso de militarización del país, sus declaraciones públicas han dejado claro que las MB son en teoría -probablemente también en la práctica- el brazo armado de la “revolución”. Las MB asumieron funciones de seguridad durante las primarias de la oposición el pasado febrero, lo que algunos de sus dirigentes denunciaron como una gesto intimidatorio.


Por: Luis G. Manrique
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