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JOSÉ GUERRA: Importadores de todo



Chávez: Estos autos ofrecen una opción más "económica" a los consumidores. Perjudicando a las ensambladoras nacionales.

Venezuela esta creando
empleos en China

 

La política económica de Giordani ha destruido todo el plantel industrial del país.

El nivel de las importaciones medidas respecto al tamaño de la economía se duplicó entre 1998 y 2012.

Venezuela se ha convertido en una especie de gran almacén depositario de bienes comprados al exterior.

Venezuela siempre fue una economía con una elevada propensión a importar. Sin embargo, bajo el gobierno se Hugo Chávez esa tendencia se ha potenciado hasta el límite de hacer sucumbir la producción nacional.

¿De dónde viene este frenesí importador que adelanta la administración chavista? Esa pregunta no es difícil de responder. Basta seguir el discurso de quienes dirigen la política económica de Venezuela para darse cuenta de que se trata de un plan que obedece a una lógica dentro de lo ilógico que constituye la actual concepción y aplicación del modelo económico socialista.

Tal vez por la importancia y por ser quien más influencia tiene en el diseño de la política económica, es fundamental escuchar lo que dice y leer lo que escribe Jorge Giordani, el hombre que más incidencia ha tenido en la articulación e instrumentación de los planes económicos en Venezuela. Tiene Giordani un récord nacional y tal vez regional, de catorce años a la cabeza de los asuntos económicos de Venezuela desde el antiguo Ministerio de Planificación, el Banco Central de Venezuela, la Junta Directiva de Pdvsa, la presidencia del Fonden y ahora desde la cartera de Planificación y Finanzas.

La tesis de Giordani es muy simple: Venezuela debe mantener fijo su tipo de cambio porque ello ayuda a disminuir la tasa de inflación toda vez que las importaciones valoradas a precios internacionales estables se transarían domésticamente sin tendencia al alza debido a que, por una parte, la inflación internacional es baja y por la otra el tipo de cambio permanece inalterado.

Esta tesis es tan cautivante como errónea, como lo ha probado una y otra vez la historia económica de Venezuela y América Latina. Y es errónea porque la inflación de los bienes importados vendidos en el país es apenas un componente de la inflación total y segundo y quizás más importante, porque lo que realmente hay que tomar en cuenta no es el tipo de cambio sino más si ese tipo de cambio es creíble.

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Giordanismo:

El asunto es que el criterio giordanista, seguido al pie de la letra por los diversos ministros del campo económico, ha encontrado en Edmé Betancourt a cargo del Ministerio de Comercio, una interlocutora tan válida como equivocada.

Ha dicho la ministra Betancourt que Venezuela debe y tiene que seguir importando muchos bienes porque ello contribuye a atemperar las presiones inflacionarias.

Lo único cierto tanto de lo que dice Giordani como Betancourt es que sus políticas han propiciado la destrucción del plantel industrial de Venezuela que con todos sus defectos generaba oferta interna y empleos. Además, como resultado de lo anterior, las importaciones medidas respecto al tamaño de la economía se duplicaron entre 1998 y 2012, como se refleja en el gráfico.

Ello se ha traducido en una ola de importaciones que está arrasando con la producción nacional y destruyendo empleos masivamente en el sector manufacturero.

Así, Venezuela se ha transformado en una especie de gran almacén depositario de bienes importados al considerable costo de sacrificar divisas y como el café, las caraotas y el arroz actualmente son importados de países con los cuales el gobierno de Chávez ha suscrito acuerdos leoninos para el interés nacional. Una expresión reciente de tales acuerdos es visible en la proliferación de autos y camiones hechos en China, importados al amparo de un acuerdo comercial que ha hipotecado al país con la nación asiática. Esos autos y camiones fácilmente se hubiesen manufacturado en Venezuela creando empleos en los estados donde están asentadas las ensambladoras y propiciando la reactivación de la industria de autopartes. Sin embargo, el gobierno optó por traerlos desde China.

Marxismo:

También importó el gobierno su ideología.

Sustituyó el confuso bolivarianismo por el marxismo-leninismo en su variante estalinista como credo oficial. Eso es lo que ha llevado a tratar de implementar la inaplicable planificación central y aprobar leyes absolutamente totalitarias como la Ley de Costos y Precios Justos o una legislación anti-monopolios asimétrica mediante la cual se legalizan los monopolios públicos pero se prohíben los monopolios privados, si es que éstos en realidad existiesen.


Por: JOSÉ GUERRA
Politica | Opinión
Miercoles 13 de Junio de 2011