“La revolución se desinfla y
con ella su propaganda…”
Para los venezolanos que están cansados de escuchar al Presidente hablar tanta bobería junta, pueden quedarse tranquilos, ya que “Aló presidente” está desapareciendo como animal en vía de extinción.
Lamentos para unos y bendiciones para otros. Este programa que comenzó en 1999 como una herramienta para contrarrestar a los medios de comunicación opuestos a su revolución , está desapareciendo ante la mirada impotente de miles de sus seguidores quienes no solo se divertían escuchando al Presidente cantar y bailar joropo, sino que también podían informarse sobre las últimas adquisiciones militares, y hasta podían conocer sobre las condiciones climáticas del país ya que el Presidente como Dios, lo sabía todo.
Como abono que devuelve a la tierra los nutrientes, el programa “Aló Presidente” no solo ha alimentado la esperanza de miles de sus seguidores sino ha servido como pilar de soporte a la revolución bolivariana. En “Aló Presidente”, el mismo mandatario podía mentir al pueblo sin que nadie de los presentes lo pudiera desmentir. La palabra del Presidente es sagrada. Si el mandatario se ríe, todos los militares y sus ministros presentes tienen que reírse. Si el Presidente ordena al ministro de la Defensa que le traiga un cafecito en plena audición, este debe cumplir sus órdenes si no quería perder su puesto.
Pero si para muchos de sus seguidores, el Presidente conoce muy bien los temas que habla. Para otros, este programa es un insulto a la inteligencia y a la paciencia del venezolano ya que no solo utiliza un lenguaje bajo y ofensivo insultando a todo venezolano decente que piense diferente a él, sino que se toma la libertad de hablar por varias horas sin importarle si la gente le escucha o no.
Aló Presidente, ¿estás ahí? Ya la voz que una vez se escuchaba hablar por horas está desapareciendo. Al igual que sus intervenciones, la revolución se desinfla y con ella su propaganda. Sus trece años en el aire dejan grabado en el imaginario del pueblo mucha confusión y recuerdos oscuros. Y es que a medida que los circuitos del cuerpo comienzan a quemarse, “Aló Presidente” también, comienza a desaparecer.
Por: ORLANDO JOSÉ BRUZUAL ROJAS
obruzual@hotmail.com
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EL UNIVERSAL
jueves 28 de junio de 2012