“Esto apenas comienza…”
■ Chávez arranca con movilidad limitada, pero más insultante y militarista que nunca.
El próximo domingo, 1 de julio, arranca oficialmente la campaña electoral para las elecciones de octubre. Por el lado del chavismo, lo mismo de siempre. Chávez candidato por cuarta vez, con bastante más comunismo en sus mensajes y en sus programas y discursos, cada vez más aburrido y repetido. Por el otro lado un nuevo rival. Primero fue Salas, bautizado Frijolito. Segundo fue Arias Cárdenas, bautizado La gallina loca. Tercero fue Manuel Rosales, bautizado El filósofo del Zulia. Ya la nueva historia está en plena evolución.
Pero en realidad no es nueva la historia. Es la misma vieja historia repetida miles de veces y, en plan de campaña, más todavía. Pero ocurre que esta vez la cosa pinta Terminal. Si gana Chávez los Castro entrarán definitivamente en posesión de su feudo continental y cuidado si no terminan mudándose para Caracas. Basta ver el pedazo de programa que entregó micomandante en el CNE el día de su habladuría castrista en pleno centro de Caracas. Desde ese momento hasta ahora no ha dado más discursos públicos. Se ha limitado a invadir los programas de su artillería comunicacional en VTV o habla por teléfono o le hace carantoñas a los militares. En medio de una de esas orgías de verde, plomo, armas y tanques tan necesarias para los pobres y el país. El domingo, rodeado de barrigas y laticas, soltó esta pildorita que denota la profunda debilidad actual de Chávez: el que no sea chavista no es venezolano.
Es esa una de las principales diferencias de esta campaña con relación a otras. Y no es otra que Chávez, además de enfermo, está apelando a extremos para polarizar y mantenerse en el poder a punta de mafia, de cohesión grupal. Pero ocurre que, al contrario de lo que dicen las encuestas mercenarias de Chávez, muchísima gente considera que Chávez es el verdadero vende patria de esta partida. No solamente es el contubernio antinacionalista con Cuba, ni siquiera la entrega de unos 20 mil millones de dólares a los hermanos. No es nada de eso. Ni tampoco la entrega del petróleo a los chinos o el endeudamiento a cambio de peroles de guerra con los rusos. No. Todo muy grave y repugnante. Pero no es eso. Lo verdaderamente sustancial es que la mayoría piensa que Chávez, a pesar de ser venezolano sin ninguna duda, le tiene rabia a los venezolanos. No quiere a sus compatriotas. Y prefiere por largo a un cubano, a un chino o a un boliviano. En realidad prefiere a cualquier extranjero por encima de cualquier criollo. Hay mucho resentimiento en ese proceder tan marcado.
Del otro lado, la cosa es diferente. Calle, unidad, llamadas a trabajar juntos y un claro plan de desarrollo sin exclusiones ni odios.
Esto apenas comienza.
Por: ELIDES J. ROJAS L.
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EL UNIVERSAL
miércoles 27 de junio de 2012