La incertidumbre se encuentra
en quien sucederá a Chávez
■ Una salida por enfermedad del mandatario venezolano no trastocaría el mercado internacional de petróleo, aunque podría comenzar la apertura y retorno de capitales al país.
Nada ha podido separar a Hugo Chávez del poder. Ni una crisis energética, una recesión económica, tampoco la creciente inseguridad, ni un golpe de Estado en 2002 han sido suficientes para separarlo de la Presidencia de Venezuela, la cual ocupa desde 1999. Sólo un cáncer ha sido la amenaza más seria que podría truncar su aspiración de gobernar la república hasta el año 2031.
“Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas y políticas para mantenerme al frente del gobierno”, declaró Chávez en julio de 2011, cuando se acentuaron los rumores sobre su estado de salud y se especulaba con que tal vez no llegaría a las elecciones de octubre de 2012. Pese a numerosas sesiones de radioterapia en Cuba, el cáncer no cede; al contrario, se habla de que su salud ha empeorado.
Con este panorama, se iría uno de los personajes más controvertidos que marcaron la geopolítica en América Latina y el mundo. Pero, ¿Qué pasaría con Venezuela después de Chávez?
Régimen del oro negro:
La riqueza de Venezuela en crudo ayudó a Chávez Frías a fincar su gobierno sobre las ventas de petróleo. Con unas reservas probadas de 297,000 millones de barriles en 2011, de acuerdo a cifras del propio gobierno, y con la paraestatal Petróleos de Venezuela, que en el mismo año tuvo ingresos por 88,361 millones de dólares (mdd), según la revista ‘Fortune’ , los ingresos petroleros, casi 90% del total, fueron la base para que el mandatario fuera un actor estratégico en la geopolítica global.
También Venezuela pagaba deudas con barriles. A principios de febrero de 2012, el propio Chávez reconoció que suscribió un acuerdo con China, con el que el gobierno sudamericano recibió 4,000 millones de dólares (mdd), los cuáles pagaría con petróleo. La influencia política y financiera de Chávez llega también a otros países. El ejemplo más claro es Cuba, nación a la que subsidia con 5,000 mdd anuales y compraba cerca de 40% de las exportaciones del país caribeño, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba.
Aunque Chávez siempre ha mantenido una posición desafiante contra el “imperialismo” de Estados Unidos, las relaciones energéticas entre ambos países han sido muy fructíferas. La compañía Citgo, filial de Petróleos de Venezuela, tiene ocho refinerías en tierras estadounidenses y alrededor de 60% de las exportaciones venezolanas en crudo van a Estados Unidos.
Reglas del juego:
Aunque la figura de Chávez es muy importante en el panorama internacional, su ausencia por un posible deceso, o que simplemente abandone su puesto por enfermedad, no cambiaría las reglas de comercio ni se alteraría el mercado petrolero, explica Miguel Ángel Corro, director del Departamento de Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe:
“Pese al discurso agresivo contra el imperialismo estadounidense, las ventas de petróleo a Estados Unidos no se han visto mermadas. Tanto a EU le interesa importar petróleo de Venezuela, como a ellos les conviene seguir vendiendo su petróleo”, dice el académico.
Además, recuerda que Venezuela forma parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y, por lo tanto, sigue las reglas del organismo. “Chávez no es una figura marginal, pero no controla el mercado petrolero ni a la OPEP”, considera.
Durante su mandato, el presidente venezolano realizó una serie de expropiaciones de las participaciones de compañías trasnacionales, como en el caso de Cemex. Sin Chávez, esta situación podría revertirse y las empresas verían posible un regreso.
“Se abrirían algunos sectores económicos a las empresas que, desde que llegó Chávez, fueron perdiendo influencia importante y decidieron salirse, y esos capitales, con una expectativa diferente, podrían regresar a Venezuela”, comenta Miguel Ángel Corro.
Tal como pasó con Cuba, cuando Fidel Castro dejó la Presidencia por su deteriorada salud y comenzó la apertura económica del país, permitiendo la salida de sus habitantes como turistas, mayor consumo de bienes y entrada de inversión extranjera, Venezuela podría experimentar el mismo proceso después de la era Chávez.
“Quien lo sustituya, si asegura una apertura en todos los órdenes, podría hacer volver los capitales y generar una diferencia en el crecimiento económico”, resalta el académico del Tecnológico de Monterrey.
El vacío del comandante:
Si el panorama económico de Venezuela y sus relaciones comerciales no se verían trastocados en exceso tras una posible salida de Chávez, el país sí podría sufrir cambios profundos en materia política. Durante su gestión, la figura del comandante acapara todo el poder, pero el vacío que dejaría podría abrir una lucha interna entre las propias filas del chavismo.
El analista venezolano Moisés Naím advirtió en su artículo publicado en julio de 2011 en ‘El País’ titulado “Venezuela sin Chávez” que por la sucesión entrarían en pugna:
■ Las fuerzas armadas fieles a Chávez
■ Los funcionarios y militares relacionados con el tráfico de armas y lavado dinero, y quieren mantener a Venezuela como campo fértil para estas actividades
■ El grupo relacionado con Cuba e interesado con que la economía sudamericana siga subsidiando a la caribeña
■ La oposición al régimen
En el plano económico, Venezuela seguirá las reglas del juego, pero la incertidumbre se encuentra en qué grupo sucederá a Chávez, pues a su alrededor no ha brillado otro liderazgo que no sea el suyo. Algo parece claro: “Su sucesor será de un perfil más moderado”, opina Miguel Ángel Corro, del Tec de Monterrey. Mientras Chávez siga vivo, con el comandante no habrá medias tintas.
Por: Francisco Muciño
Redactor: Genaro Mejía
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