María Teresa Castillo
murió a los 103 años
-Había nacido el 28 de octubre de 1908.
“Yo soy un ser humano como cualquier otro . Con las posibilidades que me ha dado la vida de que yo las haga. No las he tenido yo, me la han dado, me las han colocado allí: haz esto…y esto.. Y yo lo he hecho”.
Ella fue mi inspiración en la vida. Un gran amor. Mi amiga hidalga, mi compañera de sueños.
Una voz que la quería me despertó para decírmelo. Me lo dijo con dulzura, segura que me iba a despertar con una noticia triste que me cambiaría el día.
Anoche estuve hablando de ella… a sus cien años nos despedimos sin decirlo, en Macondo, su casa. ”Esta casa se abre de brazos para recibirnos a todos, para abrazarnos”. La casa estaba llena de recuerdos, de obras de arte, de momentos, tres generaciones pasaron por ella, esas paredes, esos jardines, se tragan hoy las emociones en sus alegrías y tristezas que no contarán a nadie más. ”Aquel árbol que ves allá tiene su historia. Un día llegamos Miguel y yo y encontramos este jardín lleno de hombres moviéndose de un lado a otro y allí estaba Miguel Angel Asturias enseñándonos la espalda y sembrando ese árbol. Imagínate! Aquel hombre admirable, Premio Nobel de Literatura, que me había hecho llorar tanto con su recopilación de la mitología maya-quinche en las leyendas de Guatemala! Es un roble”.
Miguel Otero Silva y Macondo. María Teresa recorría conmigo la casa con el amor a la vuelta de cualquier esquinita. Se conocían desde el año 28 y compartían la misma historia de conspiraciones, cárceles, riesgos. “Una vez yo soñé con Miguel.. antes de la muerte de Gömez. Yo me dije: qué raro. ¿Miguel Otero?” ¡Imagínate! El no estaba aquí. Cuando él volvió le pregunté: “Y tú no te has casado por ahí? ¿No tienes una novia, algo?” Me dijo: “No. Yo estoy soltero”. Y yo le contesté asi como era yo: “ Qué bueno”! Y ahí comenzó todo. El destino”. Y Miguel le escribió:
“Escúchame..
Yo aspiro a que vivamos
En las vibrantes voces de mañana
Yo quiero perdurar contigo
En la savia profunda de la humanidad:
En la risa del niño
En la paz de los hombres
En el amor sin lágrimas….”
Maria Teresa aseguró siempre no haber encontrado nunca otro hombre como Miguel, y prefirió matizar lo ingrato con el generoso sentimiento que ha alimentado con mas devoción el respeto. Mantenía que a los 25 años lo más importante de su vida era acabar con la tiranía de Gömez. A los 45, su hogar, su familia. A los 65, el Ateneo. Y desde siempre y para siempre, la pasión tras todas las pasiones, Venezuela.
“A mi este país me duele hasta desgarrarme. Cuando mis hijos estaban chiquitos y yo veía que iban a tropezar con algo y no lo podía evitar, sentía como un cuchillo en mis entrañas,. Y eso me pasa con Venezuela. Me desgarro por dentro cuando la sé en peligro, cuando la veo sufrir”.
Yo espero que en ese espacio infinito que la recibe y no sabemos cómo es, la esté esperando Miguel. El amor.
“Yo sé que mi lugar en su vida nunca se ocupó. Tal vez otros. Pero no el mío”. [i/]
Y que desde donde están miren con fe a Venezuela. No se perderán sus semillas.
Una vez me dijo: [i]“Vas aprendiendo con la vida que lo importante es que te necesiten”.
Nadie llenará nunca tu espacio, María Teresa queridisima. Siempre te necesitaremos por la clase, la generosidad, la bondad, el coraje.
¡Siempre estás!
Por: Isa Dobles
Politica | Opinión
Domingo 10 de Junio, 2012
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