“El terrible drama del desdoblamiento..”
El presidente está a punto de terminar los dos millones de viviendas que se propuso construir a comienzos de este año. El tema del desempleo podríamos decir que es pan comido, si atendemos por un instante las comparecencias matutinas del profesor Elías Eljuri a Venezolana de Televisión.
Otro aspecto, al que el imperio mediático de la derecha le gusta sacar provecho electoral, es el de la inseguridad. Fíjense que ni la fiscal ni la defensora del Pueblo tienen necesidad de declarar sobre cifras de homicidios, visitar la morgue.
Como un predicador que viene a revelarnos el secreto de las siete claves de la felicidad y el éxito, Hugo Chávez sepasea con dificultad, pero parsimonioso, forzado a mover su gruesa figura, enfundada de vendajes y blindajes, mientras la concurrencia le observa con especial devoción.
No es el pasaje de una cuña de los brasileños Flavio y Jorgiño ofreciendo a la feligresía televisiva de la medianoche la palabra de Cristo. Se trata de otro embaucador. Con la misma devoción carismática rayana a la beatitud, según revelan las encuestas de Hinterlaces, y que a duras penas puede sobrellevar el desafío de un adversario joven y omnipresente, que un día está en Maturín y a la mañana siguiente recorre Barinas.
Así son ahora las cadenas televisadas de tres horas y media, en el horario estelar, y a través de las cuales sebusca dejar sentada de una vez que ya no existe la enfermedad y que el hombre que no quiere irse de Miraflores, porque no le da la gana, está dispuesto a luchar por lo suyo.
Pero no vayamos tan de prisa. No es el presidente Chávez quien está en juego, sino el candidato Hugo. No tanto porque su otro yo, el gobernante, desafortunadamente ha sido tocado por una misteriosa enfermedad que lo mantiene recluido en su prisión amurallada de Miraflores, sino porque sencillamente ya no tiene nada que ofrecer.
Veamos. Según el presidente Chávez el gobierno está a punto de terminar los dos millones de viviendas que sepropuso construir a comienzos de este año. El tema del desempleo podríamos decir que es pan comido, si atendemos por un instante las comparecencias matutinas del profesor Elías Eljuri a Venezolana de Televisión, donde prácticamente concluye que quien no está en estos momentos sentado detrás de un escritorio, cumpliendo con sus deberes, es porque no quiere.
Otro aspecto, al que el imperio mediático de la derecha le gusta sacar provecho electoral, es el de la inseguridad. Fíjense que ni la fiscal ni la defensora del Pueblo tienen necesidad de declarar sobre cifras de homicidios, visitar la morgue, ni llamar la atención por la acción inexistente de los cuerpos policiales, aunque humildes trabajadores terminen abaleados al subir la escalinata a su hogar, o los terribles secuestros se multiplican en las ciudades fronterizas, donde el Dibise “es garantía de paz y sosiego a las comunidades”, como reitera el ministro del Interior.
Vaya problemas que se le presentan a ambos personajes, desde hace 14 años en la escena nacional, y protagonistas de una experiencia revolucionaria que no ha dado otros frutos que inestabilidad y atraso. Ambos están atrapados en sus propias contradicciones. Pero mientras la directiva del PSUV resuelve este drama del desdoblamiento de un presidente que lo ha hecho todo, y un candidato que promete misiones más importantes como salvar el planeta o construir fusiles y aviones sin pilotos, un joven empecinado y optimista recorre el territorio nacional una, dos y hasta tres veces; abrazando amas de casa y escuchando al joven desempleado; desgañitándose en los mítines o tomándose fotos con las mujeres, y dejando entre tanto un solo mensaje: el compromiso de construir juntos un país con futuro. Que no tenga que gobernar con el retrovisor sino con la mirada a los tiempos difíciles que vendrán.
Por: Elizabeth Araujo
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Jueves, 21 de junio de 2012