Venezuela está oficialmente
en campaña electoral…
Veamos que se acostumbra en los países de elevada solvencia democrática. En las primarias del Partido Demócrata estadounidense Obama sabía perfectamente que debía incorporar a su “formula electoral” a todas las tendencias posibles y desde todos los ámbitos (incluidos el racial y el religioso, algo nada desdeñable en ese país) para que de esa forma todas las corrientes políticas no solo se sintieran representadas, sino para contrarrestar algunos puntos negativos de su candidatura (cosa que todo candidato tiene) y así multiplicar el mensaje desde diferentes tribunas. Le tocó echar mano de varias fórmulas (llaves electorales) como la acordada con Joe Biden y algunos otros representantes de distintas corrientes, dándole con esto tranquilidad a aquellos sectores contrarios a su candidatura y además lograr capturar a buena parte de las facciones del partido y a los 6 grupos de presión. Cuando ganó las primarias, sabía que sería cuesta arriba lograr el triunfo en las elecciones presidenciales sin el poder multiplicador de la poderosa tendencia de Clinton en el Partido Demócrata, acompañada de dos facciones más y entonces consolidó una imperdible “llave” con Hilary como secretaria de Estado (y de Bill con 56 demócratas poderosos) después de casi matarse en las primarias y utilizó luego otras llaves para recomponer al partido. Estamos hablando solamente de llaves con su propia gente.
Pero Obama sabía que si quería dar señal de estabilidad a los norteamericanos debía cautivarlos durante la campaña y usó varias fórmulas de imagen para captar a los indecisos (que siempre se ven representados por alguien), a las comunidades científicas, a las económicas, a las corrientes sociales y religiosas (a quienes también alguien representa) en fin que echó mano de decenas de fórmulas, incluida la tecnocrática. Por ejemplo uso la “llave” Timothy Geithner como secretario del Tesoro que hubiera sido nombrado, ganara quien ganara, (McCain también lo consideraba para ese cargo). Pero luego vendría algo increíble, llegado al poder sorprendió a todos con otras “formulas de gobernabilidad”. Por ejemplo, para secretario de Defensa escogió a un republicano (bando contrario) Robert Gates, quien además fue el director de la CIA de Ronald Reagan y secretario de Defensa de Bush. Y no quedó allí porque optó por otros dos republicanos Judd Gregg y Ray LaHood como sus secretarios de Comercio y Transporte. Menuda fuerza multiplicadora la que armó Obama para captar votos y tremendo mensaje para el pueblo estadounidense.
Esto es lo que en el mundo de la democracia representativa es considerado como determinante en una “campaña electoral”. Ocurrió igual en Alemania cuando Angela Merkel escogió a decenas de representantes de diferentes tendencias para que hablaran y negociaran por ella, incluso cuando ganó incluyó como ministro del Tesoro y segundo a Philipp Rösler de otro partido y de los 16 del Gabinete, la mitad no pertenece a su partido. Y así ocurrió en 122 países donde sencillamente hacen política y las formas negativas de ejercerla no tienen cabida. Ocurre en el 100% de las elecciones, y en todas las naciones verdaderamente democráticas, salvo en Venezuela, donde pensamos que una campaña electoral son jingles pegajosos y un libro lleno de buenas intenciones para tecnócratas (que es una fórmula vital, pero que demuestra estadísticamente que solo capta a una minoría pro tecnocracia y llena de sentido común, que siempre es el menos común de los sentidos y menos en una campaña).
Pero ¿Saben quién es el que más sabe jugar ese juego? Chávez, quien en su perversa estrategia de campaña ha jugado cientos de llaves mientras le restó a la oposición 318 mil votos de la llave de izquierda (PPT), le restó 424 mil votos de la llave Podemos, mientras sumó a la suya otros 818 mil votos que habían votado en su contra en las elecciones de la Asamblea (nos restó llaves de por lo menos 1,5 millones de votos) y ha impedido que utilicemos la llave del millón de electores fuera de Venezuela que deberían como en cualquier país democrático, ejercer su voto por correo o en la representación diplomática. (Esas llaves restan 2,5 millones de votos). Es Chávez (dejemos de hablar de que es el TSJ o el CNE) el que ha manipulado un modelo que conoce bien desde que dio su golpe de Estado y llegó al poder para luego eliminar todas las tendencias que lo llevaron, un modelo con el que siempre nos ha convertido en un “bonsai electoral” cada vez que se aproximan unas elecciones. ¿Por qué creen que Chávez puso tanto empeño en demoler a la democracia representativa? Porque el peor enemigo de Chávez, es la democracia representativa.
¿Sería lógico qué Henrique excluyera a algunas llaves en su campaña? Este asunto es sumamente complejo. La campaña electoral debe contar con muchas “fórmulas” (entiéndase qué llaves usar y cuáles jamás) hasta ahora nos han quitado muchos votos y veo exclusiones evidentes por razones tácticas y a la centro derecha que siempre acompaña a la oposición junto con fórmulas para los que creen en tecnocracia y fórmulas para los que creen en la antipolítica (una minoría poderosa, pero minoría). Falta ver fórmulas para que la izquierda dentro del modelo de primarias capte a la izquierda fuera del modelo de las primarias (sin ellos no ganaremos), que la derecha interna capte a la derecha fuera y así con los modelos de centro y los radicales. (Me refiero a los que no han votado jamás por la oposición). Fórmulas para captar a los grupos y tendencias ajenas, fórmulas para indecisos y la más importante fórmula aquella que logre captar a sus adversarios y fórmulas para quitarle a Chávez sus apoyos. Bravo por la marcha, la imagen fue impresionante y le dejó a la oposición el agradable sabor de una gran demostración de fuerza de calle ante el adversario, ahora hay que concentrase en las fórmulas para ganar.
Por: THAYS PEÑALVER
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EL UNIVERSAL
jueves 14 de junio de 2012