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COLOMBIA: La preocupación del nuevo mejor amigo



Venezuela y Brasil "afinan" mecanismos de respuesta contra vuelos ilegales.

Los vuelos ilegales desde
y hacia Venezuela

 

Un informe de la Comandancia de la Fuerza Aérea de Colombia indica que en el primer trimestre del año partieron 19 vuelos ilegales desde y hacia Venezuela, a pesar de que ambos países hablan de cooperación

Un avión Cessna-210, monomotor, de color blanco en su parte superior y rojo en la inferior, surcaba los cielos de Venezuela el 10 de febrero. A las 7:40 pm fue detectado por los radares de la Fuerza Aérea de Colombia. Sus características y la ruta llamaron la atención de las autoridades militares de ese país; temían que pudiera ser uno de los vuelos ilegales que se relacionan con el tráfico de drogas.

Inmediatamente se comunicaron con sus homólogos de Caracas. “Se reportó a Defensa Aérea de Venezuela TE Angulo cuando subió la traza a Honduras, quien manifestó no tener conocimiento del vuelo”, se lee en el reporte del componente militar del Estado colombiano.

En función de un mecanismo acordado por ambas naciones, un radar localizado en Colombia le hizo seguimiento, lo que permitió determinar que efectivamente se dirigía al país centroamericano, uno de los señalados como destino intermedio de los estupefacientes que diversos carteles y grupos aspiran a introducir en Estados Unidos.

Horas después, los radares de la Fuerza Aérea de Colombia descubrieron que el mismo aeroplano retornaba por el Caribe al territorio nacional. “Se le informó la posición y las características de la traza a Defensa Aérea de Venezuela CT. González; informan que le reaccionará”, se indica textualmente en el reporte citado. Sintieron que su presagio se había cumplido.

La descripción corresponde a uno de los 19 vuelos ilegales que las autoridades colombianas detectaron que habían salido o aterrizado en alguna zona del territorio venezolano durante el primer trimestre del año y a los que les hicieron su respectivo seguimiento.

La información está en un dossier preparado por la Comandancia de la Fuerza Aérea Colombiana, que lidera el general Tito Pinilla Pinilla, en el que se aclara que en su momento se informó al gobierno de Hugo Chávez, así como “a autoridades de países centroamericanos a fin de prever y coordinar acciones”.

En páginas posteriores se confirma que, una vez detectados los vuelos, se comunicaron con la Defensa Aérea de Venezuela para que los rastrearan.

Se evidencia que la constante fue el uso de aviones mono o bimotor, de pequeño tamaño, como los Cessna o BE-58 (barón) o los BE-56, que suelen ser los preferidos por los que trafican droga.

En el dossier que se envió a las autoridades venezolanas, al que tuvo acceso El Nacional , se puede leer: “Estiman- do la importancia de compartir experiencias, información y apoyo mutuo en aspectos como éste, solicito respetuosamente dar a conocer esta información a agencias como el Codai (Comando Aéreo para la Defensa Aeroespacial Integral) y la ONA en su país”. A continuación se señala: “Asimismo, el Gobierno de la República de Colombia apreciaría conocer si el ilustrado Gobierno de Venezuela ha adelantado alguna gestión o desarrollado alguna operación, haciendo uso de la información suministrada por nuestro país y en particular la Fuerza Aérea Colombiana”.

Fuentes diplomáticas que solicitaron el anonimato aseguraron que el texto debió llegar a la Oficina Nacional Antidrogas y el organismo venezolano que intercambia información sobre actividades, rutas y modos de operación de aviones relacionados con acciones ilícitas con la propia ONA y el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil.

“Hasta donde sabemos, los órganos competentes en el país conocen la información”, precisaron otras fuentes diplomáticas.

“El tema preocupa mucho en Colombia y en la región. En Centroamérica se conocen a diario vuelos de ese tipo que provienen de Venezuela”, precisaron fuentes políticas de Bogotá que también pidieron el anonimato.

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En detalle:

De los 19 vuelos ilegales detectados por la Fuerza Aérea de Colombia, 8 tuvieron como destino inicial o final Honduras; 7 una zona del Caribe que no se especifica y 3 Haití.

Uno de ellos salió el 1° de marzo de una zona de Venezuela, según las trazas que hallaron los militares de Colombia. Su posición final fue Honduras. La aeronave era una Cessna-210 blanca con tres rayas: rojo-dorada-blanca; su matrícula era YV246CP, que las autoridades nacionales verificaron que era falsa, dado que correspondía a un aeroplano AC-690 siniestrado en el año 2007 en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia.

Otro se reportó el 2 de febrero. Partió desde el aeropuerto de La Aurora ­que se encuentra en Ciudad de Guatemala­ y su destino era Río Dulce, en el país centroamericano.

“La aeronave se pierde de contacto. Posteriormente es detectada una traza por el sistema de defensa aérea de la Fuerza Aérea Colombiana. Se le identificó como una tipo C-90 color blanco con gris y líneas azules, con las mismas características de la desaparecida”, indica el reporte que aclara que la posición final se halló en Venezuela.

Un informe de la ONA de 2012 reveló que las autoridades venezolanas descubrieron 218 vuelos sospechosos de enero a noviembre de 2011, de los cuales 116 entraron al país y 102 salieron desde el territorio nacional.

La detección la hace una red de 10 radares de control de fabricación china, instalada en los puntos de más tránsito aéreo del país y bajo la supervisión de la Aviación.

La ONA señaló dos vías: la primera comienza en pistas clandestinas en Apure, sigue hacia el norte, por el estado Falcón, y termina en Honduras, Belice o Guatemala. La segunda tiene como punto de partida la misma entidad llanera y sigue hasta Sucre o Delta Amacuro para terminar en el Caribe, donde se libera la droga, o en África Occidental.

En los vuelos detectados por Colombia este año se utilizaron siete tipos de aviones diferentes. El más común fue el Cessna-210, al que corresponden 9 de las 19 trazas. Otros usados fueron el Beechcraft-58 o BE-58 ­bimotor, ligero y de pistón­; el BE-56; el turbo hélice Beechcraft King Air C90; el Piper PA-34 y el monomotor Cessna-174.

Uno de los modelos no se pudo identificar.

A principios de mayo, funcionarios de la Brigada 91 del Ejército detuvieron dos aeronaves de la misma clase ­C210­ en el municipio Pedro Camejo, del estado Apure. Los reportes de prensa coinciden en que se presumía que se utilizaban para el transporte de estupefacientes.

La organización no gubernamental Just for the Facts, que analiza el tráfico de drogas en la región en función de reportes del Comando Sur de Estados Unidos, presentó a comienzos de año los correspondientes a 2005, 2007, 2010 y 2011. La información indica que del 1° de enero al 20 de diciembre de 2005, las aeronaves con estupefacientes detectadas salían desde Colombia y Venezuela. Las que partieron desde el país lo hicieron desde estados noroccidentales con destino a República Dominicana y Haití.

En 2007, los envíos se realizaban principalmente desde Apure hasta República Dominicana; en menor medida despegaban desde el mismo punto con destino a Honduras. La tendencia de ese año se mantuvo en 2010, aunque el destino de los estupefacientes varió: el principal fue la región de Mosquitia, en el país centroamericano. Para mayo de 2011, más de 80% de los vuelos con droga detectados salió de Apure y se dirigió a las regiones de Colón, Gracias a Dios y Olancho, en Honduras.

“La mayoría de lo que llega a Centroamérica y el Caribe sigue a Estados Unidos. Lo que se recibe en Tegucigalpa normalmente pasa por Guatemala, México y entra a través de la frontera. En el caso de Puerto Príncipe, va para el Caribe o a la Florida”, afirmó Adam Isacson, de Just for the Facts, que también trabaja para Washington Office on Latin America.

Aseguró que Honduras y Haití se han convertido en receptores de drogas por las facilidades que brindan a los carteles los problemas de gobernabilidad y la ausencia de controles estatales.

“Especialmente después del golpe de Estado de 2009 y del colapso de su Policía Nacional, Honduras ha sido muy fértil para el narcotráfico; por eso Estados Unidos da más ayuda militar y policial y la DEA colabora para incrementar la captura de droga. En el caso de Haití, la gobernabilidad es casi inexistente después del terremoto ocurrido en enero de 2010”, agregó.

Alertó que es posible que no se estén registrando los vuelos que puedan salir desde el oriente del país hacia Trinidad y Tobago y a África y Europa, “donde el precio de la cocaína puede llegar a ser el doble del de Estados Unidos”.

Cooperación:

Adam Isacson señaló que los vuelos ilegales que salen del territorio nacional transportan droga, casi en su totalidad cocaína que proviene de Colombia.

“Las aeronaves son pequeñas, ligeras, difícilmente pueden llevar más de 2 o 3 toneladas por viaje ­las Cessna no pueden transportar más de una tonelada”, indicó.

Señaló que el número de aviones se ha incrementado con las medidas de seguridad tomadas por Bogotá: “Hace 10 o 15 años la mayoría salía de allí. De acuerdo con el Departamento de Defensa de Estados Unidos ya no es así. Este país tiene radares y comparte información con Washington y sus vecinos.

Caracas no colabora en materia de inteligencia, entonces, los narcotraficantes se aprovechan de que sus autoridades trabajan solas para cruzar la frontera e ir a Guasdualito, Apure, para operar”.

Una nota de prensa publicada en la página web de la ONA el 31 de mayo señala que la Fuerza Armada Nacional localizó e inutilizó 36 pistas clandestinas en el estado Apure, cerca de la frontera con Colombia, que eran empleadas para “el tráfico de drogas, que usa a Venezuela como país de tránsito”. El ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck el Aissami, dijo que en 2012 se había reducido en 50% las trazas de sobrevuelo en territorio venezolano.

Nuevos aires:

Con la llegada de Juan Manuel Santos al poder, en agosto de 2010, los gobiernos de Colombia y Venezuela reiniciaron las relaciones diplomáticas, rotas un mes antes, al final del mandato de Álvaro Uribe, por la denuncia que éste hizo en la OEA de la presencia de guerrilleros colombianos en territorio nacional.

Los dos presidentes anunciaron en Santa Marta una nueva era. La profundización de los lazos se trabajaría a través de cinco comisiones: para el pago de la deuda y el reimpulso de los lazos comerciales; para trabajar un acuerdo de complementación económica entre ambos países; para desarrollar un plan de trabajo de inversión social en la frontera; para el desarrollo conjunto de obras de infraestructura y para tratar asuntos de seguridad.

Esta última es la que aborda la lucha antinarcóticos. La presiden los titulares de Defensa de los dos países, Juan Carlos Pinzón y el general Henry Rangel Silva. “Los temas que se tratan son de absoluta confidencialidad”, señalaron fuentes diplomáticas En la reunión oficial más reciente de ambos ministros, que se celebró el 10 de febrero en dos escenarios ­Cúcuta y San Cristóbal­, se anunció la firma de dos acuerdos para atacar el narcotráfico y afinar acciones a través del intercambio de información de blancos de interés para la interdicción aérea entre el Comando de Defensa Aeroespacial Integral y la Fuerza Aérea Colombiana.

Fuentes dijeron que con Caracas se ha comenzado a trazar una relación técnica que ha producido resultados puntuales, como la captura de Diego Rastrojo, cabecilla de las llamadas Banda Criminales o Bacrim, ocurrida el domingo 3 de junio en Barinas.

Sobre la cooperación actual en el tema no se obtuvieron datos. Se solicitó información en la ONA e indicaron que solicitarían autorización al director de la institución, el general Néstor Reverol; caso similar ocurrió con la Fuerza Aérea Colombiana, la cual informó que debía consultar con el general Pinilla Pinilla.

Mildred Camero, ex directora de la extinta Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de las Drogas, indicó que no tiene información de lo que sucede ahora, pero que de 1999 a 2005 hubo un trabajo cercano con Bogotá. “Había programas de interdicción y supervisión; se hizo verificación de vuelos nocturnos, detección de procedimientos y hallazgo de nuevas rutas. Ellos nos enviaban las coordenadas de donde estaban las aeronaves y buscábamos su detención. Así descubrimos rutas en el Guárico, por ejemplo. La Guardia Nacional en esto era clave. Combatimos el tráfico de químicos y la urea, ambos usados para procesar la cocaína. Teníamos reuniones bilaterales, así como con los embajadores”.

La ex juez afirmó que no posee cifras, pero garantizó que el tráfico de estupefacientes a través del país ha aumentado en los últimos años. Señaló como una de las causas la decisión del presidente Hugo Chávez de romper en 2005 el acuerdo de cooperación con la agencia antidroga de Washington, la DEA.

“A partir de ese momento nos aislamos”, expresó.

“Una frontera porosa con Colombia, un débil sistema judicial, una cooperación internacional inconsistente (…) y un ambiente político corrupto han hecho de Venezuela una de las rutas preferidas para el tráfico de cocaína desde Suramérica hacia el Caribe este, Centroamérica, Estados Unidos, el occidente de África y Europa”, precisa.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que en 2011 Caracas “había fallado en el cumplimiento de sus obligaciones establecidas en los acuerdos internacionales que había firmado sobre la lucha contra el narcotráfico”.

El informe de la Estrategia Internacional para el Control de Narcóticos que presentó en marzo de este año la Secretaría que lidera Hillary Clinton denuncia que Venezuela se convirtió en 2011 en el país de mayor tránsito de drogas.

Consultados sobre el informe de Pinilla Pinilla, la DEA declinó hacer comentarios y remitió a la Embajada de su país en Caracas. A su vez, un vocero de la misión diplomática señaló: “No tenemos nada que decir sobre este tema, ni on the record, ni off the record”.


POR: ARMANDO AVELLANEDA
AAVELLANEDA@EL-NACIONAL.COM
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DOMINGO 10 DE JUNIO DE 2012