“El ventajismo oficial y la
complacencia del árbitro..”
I
En medio de la efervescencia y las expectativas propias de una competencia como la de un festival de cine, donde se confunden tantas emociones, cuando alguien me aborda en la antesala de una proyección o en uno de los intermedios entre una y otra película y me pregunta ¿cómo ves la cosa?, algo en la actitud de mi interlocutor me hace intuir que la interrogante poco tiene que ver con lo cinematográfico. Pero como la interpelación es indefinida por “la cosa”, y debido a que, como jurado de este Octavo Festival de Cine Nacional, mi tarea es “ver” la más reciente producción del cine venezolano, respondo que la cosa la veo bien: 13 películas en competencia, entre ellas 8 óperas primas, variedad de temáticas que transitan desde los dramas sociales, temas históricos y comedias. Como jurado no puedo adelantar una opinión cuando todavía ni siquiera he visto todas las películas y mis apreciaciones deberán ser confrontadas con las de los otros jurados. Podría agregar otras consideraciones positivas, por ejemplo, la perseverancia de los organizadores, con Karina Gómez-Franco al frente, en haber mantenido viva esta manifestación histórica del cine nacional en medio de severas dificultades económicas y de lo que podríamos calificar de discreto respaldo de una gestión cultural oficial que se guía por los imperativos de construcción de una nueva “hegemonía cultural”. Mérida, sin duda alguna, es la capital del cine y confío en que en un futuro cercano este festival se fortalezca para que nuevamente, con más vigor, sea el espacio de intercambio creativo, de reflexión y festivo de toda la cinematografía nacional.
Podría hacer explícita mi satisfacción por la presencia masiva y entusiasta de jóvenes que llenan las salas y participan de los talleres que complementan la oferta de películas en la selección oficial, la cual se nutre con producciones fuera de competencia.
De igual forma, puedo eliminar el condicional para afirmar, porque se presenta fuera de la competencia, que Cabrujas en el país del disimulo es una excelente película, dirigida por Antonio Llerandi y Belén Orsini, que hace merecida justicia a la trascendente presencia de José Ignacio Cabrujas en la cultura nacional. Pero mi interlocutor amablemente me interrumpe y vuelve sobre su interrogante. Como intuí, no espera respuestas cinematográficas.
¿Cómo veo “la cosa” política?, me interpela ahora directamente. ¿Es verdad lo que dicen las encuestas? ¿Tú crees que “el tipo” en verdad está enfermo? ¿Qué vaina es esa de Poleo? ¿Habrá elecciones?
II
¿Cómo ves la cosa? Suelo responder a esta frecuente interrogante, inicialmente, con una sola palabra: bien. Y, por supuesto, descoloco a mi interlocutor que, imagino, espera un nuevo feligrés de la desesperanza. Paso luego a darle unas razones de mi visión.
La primera, muy subjetiva, pero con alguna base empírica: el desespero del Gobierno. Juzgo sintomática toda la dedicación del pomposamente autodenominado sistema nacional de medios públicos al descrédito del candidato de la unidad nacional, Capriles Radonski. Me pregunto, si el candidato demócrata es tan débil, limitado y sin ninguna posibilidad de ganar, ¿por qué dedican tan elevadísimo porcentaje de la programación a ridiculizarlo, a desprestigiarlo, a desmerecer su gestión como gobernador de uno de los estados más complejos del país? En mi modesta opinión, la “cosa” que veo es un candidato recorriendo el país casa por casa, hablando directamente a la gente y comprometiéndose con una opción de cambio, ofreciendo un equipo de gobierno que resuelva efectivamente los problemas más sentidos de la gente, que promueve un gran acuerdo nacional para la superación de la pobreza, garantizando inclusión y no exclusión, respeto por el esfuerzo del más pequeño al más poderoso emprendedor y respeto por la diversidad de la opinión política del país. Veo un candidato joven, sano, fortalecido y legitimado por unas elecciones primarias que convocaron a todo el país. Veo actores políticos y a numerosos contingentes de jóvenes preparándose para la defensa del voto. Por supuesto, me gustaría ver de parte de los partidos políticos más contundencia contra el ventajismo oficial y la complacencia del árbitro, y me gustaría ver más ciudadanos activos buscando dos votos de nuevos electores como solicitó el candidato Capriles. En fin, a todos los que me han preguntado en los últimos días ¿cómo veo la cosa? los invito a que acompañen este domingo 10 a Capriles Radonski a la inscripción formal de su candidatura en el CNE. Allí, sin que nadie les cuente, podrán, por cuenta propia, apreciar cómo se ve “la cosa”.
Por: ÓSCAR LUCIEN
@olucien
Política | Opinión
EL NACIONAL
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