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FREDDY LEPAGE: El sainete de la inscripción de Chávez



Aquí y ahora

 

Lo que sucede con Chávez y la cúpula chavista es realmente algo inédito en la política mundial. El manejo de la enfermedad del Presidente tiene a la opinión pública nacional e internacional dando tumbos y, algo peor, haciendo aseveraciones de todo tipo, que provienen de todas partes que en nada favorecen a un Chávez enfermo (claro, a lo mejor esto le da igual, habida cuenta del mal que lo aqueja).

La situación se agrava (no me refiero al padecimiento), habida cuenta de que estamos inmersos en un proceso electoral que culminará dentro de escasos cuatro meses. Vistas las cosas así, esconder la gravedad del cáncer de Chávez parece una estrategia oficialista a efectos de ganar tiempo, y tratar a todo trance de sacar el mejor provecho posible. Es como jugar a la ruleta rusa con los ojos vendados.

Pero el chavismo ­con o sin Chávez­ parece estar dispuesto a correr ese albur. De lo que se trata es de retener el poder que han disfrutado, sin control, durante 13 años. Sin embargo, ahora la suerte parece que ya no les sonríe, más bien se ha convertido en un rictus áspero que no los deja dormir tranquilos: el destino, por primera vez, les es incierto y ellos no están acostumbrados a pensar por sí mismos; la imagen omnipresente y omnímoda de un Chávez todopoderoso siempre les ha dictado lo que deben hacer, al menos en materia política.

El próximo lunes vence el plazo pautado por el CNE para inscribir a los candidatos para la carrera presidencial que culminará el venidero 7-O.

¡Oh, fatalidad! Cómo esconder una realidad tan visible: todo estaba blindado por un camino bien pavimentado por las armas y los petrodólares de la nación, dirigido siempre por el caudillo máximo pero, lamentablemente, único de la revolución bolivariana.

Tienen un candidato ausente que, según su última y fugaz aparición pública de finales de la semana pasada, a propósito de la visita del viceprimer ministro bielorruso, tuvo el lapsus de decir que “con los binoculares que le regalaron veía su victoria”. Resulta que, hasta donde yo sé, dicho instrumento sirve, solamente, para divisar los objetos o paisajes lejanos… O sea, a confesión de parte… Nos imaginamos que no ve su posible triunfo nada cerca, a pesar de la proximidad de la fecha comicial.

Ya Capriles tiene no solamente el día y la hora (el 10 de junio a las 10:00 am), sino también la forma como se inscribirá en el CNE, con una multitudinaria marcha de cientos de miles de venezolanos que lo acompañarán por toda Caracas, con el fervor y el entusiasmo que significan recuperar la democracia para todos sin excepción.

Volver a la paz, el progreso y la tranquilidad.

Diosdado Cabello y Elías Jaua han sido los actores de reparto que han manejado el culebrón o sainete sobre la inscripción del candidato a la reelección indefinida. Todo es ambigüedad, como si estuviéramos atrapados en un juego de espejos del cual no se puede salir. Con una arrogancia vacía desprecian la inteligencia del venezolano con argumentos tan banales como falsos, mantienen en vilo a sus seguidores que serán, al fin y al cabo, los que acompañarían al militarpresidente a cumplir con lo pautado en la Ley Electoral y en la carta magna.

Por lo pronto, en el oficialismo carreras van y carreras vienen para tratar de evitar lo inevitable. El futuro ya no es lo que era… Por ahora tiene dos caras contrapuestas: una la de la providencia divina; la otra, la de un pueblo determinado a salir de esta farsa convertida en tragedia cotidiana…


Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL