Sangre por un boleto

■ El caos se apoderó del José Antonio Anzoátegui.

■ Las fuerzas del orden intervinieron y en la refriega tres personas resultaron heridas.

■ A los 35 minutos de haber empezado la venta de entradas para el partido de fútbol de la Vinotinto contra Chile, un agente policial notificó a las personas en cola, casi un millar, que no había más boletos. Indignados porque habían pasado la noche en el lugar en vano, afloró la violencia y hubo destrozos.

El caos tomó ayer el José Antonio Anzoátegui. El reloj marcaba las 10:38 am bajo el sol de Puerto La Cruz. Cerca de 2.000 personas hacían cola en el estadio mientras dos taquillas despechaban un par de entradas por persona a los sobrevivientes de una noche larga.

Varios metros más atrás en la fila, rastros de sangre confirmaban que el último día de venta de boletos para el partido contra Chile había terminado luego de tres heridos de arma blanca y varias bombas lacrimógenas.

“Esto es un sacrificio cuando debía ser algo para disfrutarlo”, se quejó Abraham Martinez, uno de los que pudo comprar boletos en los 35 minutos que estuvieron abiertas las taquillas. También fue uno de los testigos de la pelea que envío a Yoel Moisés Díaz, de Puerto La Cruz, al Hospital Luis Razzeti. Eran las 5:50 am cuando fue ingresado con cuatro heridas hechas por una botella: en el cuello, el hombro izquierdo, el abdomen izquierdo y en el rostro. Ayer mismo fue llevado al quirófano, del cual salió con vida según el diario El Tiempo. Mejor suerte corrieron Jesús Bermúdez, también de la zona, quien sufrió tres heridas pero fue dado de alta. El tercer herido, Jesús Acuña, fue tratado de traumatismos múltiples y de una desviación en la rótula de su pierna izquierda.

Gustavo López, uno de los fanáticos, atribuyó el problema a una riña entre seguidores del Caracas y de Táchira, dos de los equipos más representativos del país, poco antes de las 5:00 am. “Varias personas comenzaron a discutir y se fueron a las manos, allí decidimos irnos porque hasta hubo heridos”, dijo. La información no concuerda con la de Oscar Trestini, presidente de Main Event, quien asegura que sólo hubo un herido de arma blanca y este fue “en la cola para comprar entradas para el partido de basket”, que era a pocos metros.

Sol y sangre:

“Que el Indepabis haga algo y nos ayude”, gritaba Pedro Díaz indignado, poco antes de que comenzara la venta. Había hecho cola toda la noche pero se tuvo que salir antes de llegar a la taquilla.

“Más vale mi vida que una entrada”, aseguró Génesis Martínez, quien el día anterior había pagado BsF. 100 a un policía para poder tener uno de los primeros puestos de la cola.

A Luis García le tomó la noche siendo el primero en la cola. Sin embargo, a la hora de comprar los boletos entró rezagado, ya que en medio de los problemas, varios aficionados corrieron a resguardarse y al regresar la cola había perdido el orden. “Es que se burlan de nosotros”, afirmó Adrián Rodríguez luego de solucionar el último problema ya que al llegar a la taquilla, la cajera no tenía suficiente efectivo para reponer el vuelto de su pago.

10:42 am.

Luego de él, un último puñado de aficionados pudo comprar boletos hasta que un oficial de policía les dio la peor noticia del día: no quedaban entradas. 10:50 am. Minutos antes, los efectivos de la Guardia Nacional se habían retirado, lo que permitió que varios fanáticos tomaran las barandas metálicas e intentaran romper el vidrio blindado de las taquillas. Ante el desorden, la Policía de Puerto La Cruz disparó bombas lacrimógenas y dispersó a los furiosos hinchas.

“Si el juego está anunciado desde hace meses, no se justifica que la venta se haga tres días antes del partido”, criticó Tarek William Saab a la empresa Main Event. Desde la otra acera, Trestini admitió que no esperaba tener a fanáticos durmiendo la noche anterior en las afueras del estadio. “A los que critican a Main Event yo les volteo la pregunta, ¿qué hubiéramos podido hacer?”.

Para él, y también para Rafael Esquivel, presidente de la FVF, el punto central del problema estuvo en la cantidad de puestos para vender. “Lamentablemente hay una capacidad en los estadios que no se puede rebasar”, opinó en un comunicado. “Si tuvieramos estadios de 100.000 personas también hubiera gente quejándose”, agregó Trestini.

Sin embargo, entre los fanáticos más que una mayor cantidad de boletos, los reclamos se dirigían a unas mejores condiciones para la espera, una mejor organización y seguridad para los que pasaron la noche.

“En otros partidos no había pasado esto y estamos haciendo lo mismo”, reclamó Trestini, quien asegura que uno de los objetivos de venta es evitar la reventa y la falsificación de boletos. Según él, la presencia actualmente de revendores es un mal controlado.

El parte de guerra y las manchas de sangre en el estadio muestran que el problema más grande ahora es otro.

César Farías llamó a la paz:

La situación de violencia vivida durante la mañana y la tarde de ayer tampoco pasó por debajo de la mesa en el bunker de la selección nacional. César Farias aseguró, por un comunicado de prensa, que desea que entre los venezolanos exista un clima de paz y entendimiento. “Queremos hacer un llamado a la paz y a la convivencia, ante la serie de hechos lamentables que ocurrieron, ante la evidencia de que se habían vendido en su totalidad las entradas para el juego del sábado”, destacó. El seleccionador nacional aseguró que desea que los fanáticos rescaten la integridad que caracteriza al venezolano: “Los venezolanos somos un pueblo integro, ajenos a la xenofobia, y amigos de todos los pueblos de Latinoamérica y el mundo; y así como exigimos respeto para nuestro país y nuestra selección, debemos respetar las selecciones que nos visitan”. Para finalizar,el DT aprovechó para recalcar su llamado para construir un nuevo estadio en Caracas con más capacidad. 

Por: DANIEL PRAT JEREZ E
LGICA SEMPRÚN H.
ANZOÁTEGUI | PUERTO LA CRUZ
DEPORTES | CORRUPCIÓN
EL NACIONAL
JUEVES 07 DE JUNIO DE 2012