¡Nuevo modus operandi..!

■ Polichacao arrestó a los miembros de un grupo que plagiaba a sus víctimas para luego despojarlas de sus bienes en sus casas.

Las bandas delictivas han adoptado otras modalidades para robar en conjuntos residenciales y casas. Este nuevo modus operandi por lo general está asociado con secuestros express, pues una vez que los antisociales capturan a sus víctimas, suelen ruletearlas por Caracas. A diferencia de los plagios, los delincuentes no piden rescate.

El objetivo de los plagiarios es obtener información de los cautivos para posteriormente obligarlos a que los lleven a sus hogares, donde los retienen mientras escogen los objetos de valor y pertenencias que se van a llevar.

Los antisociales, que interceptan a las personas en las salidas de sus casas o en lugares públicos, no siempre se movilizan en vehículos propios. En algunas ocasiones utilizan los carros de sus víctimas para mantenerlas en su poder y posteriormente llevarse los artículos robados de sus residencias.

El caso más reciente ocurrió el pasado miércoles en la noche, cuando cuatro de los integrantes de un grupo que cometía delitos desde hacía seis meses en Chacao y otras jurisdicciones fueron detenidos por funcionarios de la policía de ese municipio.

Ese día a las 9:00 pm acechaban los predios de la quinta Kaluva, en la 6ª avenida de Altamira, entre octava y novena transversal. El momento fue propicio porque un joven llegó a buscar a otros dos en esa casa para ir a jugar futbolito. Los delincuentes sorprendieron a los jóvenes y los encañonaron. Los obligaron a entrar a la vivienda y se llevaron dinero, joyas y armas de fuego.

La negociación. Los delincuentes no sabían que sus movimientos en la calle fueron vistos por patrulleros de una unidad de Polichacao, que alertó al personal de guardia sobre lo que habían visto. No sólo llegaron agentes de esa institución sino el grupo BAE y la División contra Robos del Cicpc, dijo Carlos Vargas, director de Polichacao.

La negociación comenzó:

Sin embargo, uno de los individuos trató de huir por la pared posterior de la casa. Los delincuentes pidieron un fiscal del Ministerio Público y expresaron temor por sus vidas, hasta que se rindieron. No obstante, tuvieron que ser sometidos por la fuerza porque se mostraron rebeldes.

Uno de los detenidos es Jesús Manuel Garboza, de 21 años de edad, cabecilla de la banda.

Tiene prontuario por robo, se ha enfrentado a tiros con funcionarios de Polichacao y ha cometido delitos en los municipios Sucre y Baruta. Reside en el barrio Santa Cruz de La Castellana.

También fue arrrestado su lugarteniente, Cristian Jiménez, de 24 años, que vive en Petare; Carlos Alberto Hernández Castillo, de 24 años, quien tiene porte legal de arma de fuego y es el dueño del Toyota Starlet, placas AD611VA en el que llegaron a Altamira; y Maikol Michael Guzmán Ávila, el más violento de todos cuando se entregaron. Vive en el barrio Bucaral de Chacao. Dos de los presos manifestaron ser estudiantes, uno de Administración y otro de Seguridad Industrial.

No fue fácil lograr que el grupo se rindiera porque sus miembros trataron de confundir a los policías. Una de las trampas que montaron fue vestir a uno de los rehenes con la ropa de Garboza ­que es obeso y bajo de estatura­, y eso se notaba apenas lo sacaron a la calle. Querían dar la impresión de que Garboza se entregaba.

Se conoció que a la quinta llegaron familiares del grupo de delincuentes y cuatro personas fueron detenidas para averiguaciones. Entre ellos están Marco Esteban Vásquez Briceño, de 25 años, funcionario de Polibaruta, quien sería hermano del jefe de la banda y portaba una pistola 9 milímetros de uso personal; Cristian Misael Suárez, de 17 años; Winder Oscar Barboza, de 28 años; y Jean Carlos Rojas Briceño, de 30 años.

Una comisión de Polimiranda también participó pues reforzó la seguridad en el barrio Bucaral ya que familiares de Carlos Hernández amenazaban con quemar el módulo de Polichacao.

Tres pistolas, una Tanfoglio, una Beretta, ambas 9 milímetros y una Astra calibre 3.80, fueron sacadas de la quinta Kaluva.

Qué se debe hacer:

Le preguntan dónde trabaja. El consultor Fermín Mármol afirmó que el secuestrado debe evitar aportar datos sobre su ocupación: “Lo que se responda será comprobado por los delincuentes. Puede decir dónde trabaja, pero no diga el cargo. Se debe aparentar menos de lo que se es”.

Ir a su casa.

El criminólogo sugiere que se les advierta que en la casa hay vigilantes que podrían ocasionar un enfrentamiento y que además la vivienda tiene cámaras que facilitarán su identificación. Si insisten, la víctima debe asegurarles que obtendrán el dinero sin necesidad de ir al inmueble.

Está con sus hijos.

Si los delincuentes pretenden tener a los niños apartados de sus parientes, el especialista recomienda negociar con ellos: “Las personas tienen que advertir que si no están con sus hijos, los familiares pueden denunciar el caso. Si por ejemplo está toda una familia, el hombre puede negociar para que dejen ir a la mujer con sus hijos y él manejar la situación”.

La visita del crimen:

El 15 enero a las 7:30 pm un trío de delincuentes que iban en un vehículo por La Guairita atacó a una pareja de esposos que habían salido a comprar películas con sus hijos de 2 y 10 años de edad.

2 de los hombres obligaron al padre a pasarse al asiento trasero, mientras que a la mujer se la llevaron en otro carro con los niños.

“A mi hermana la ruletearon con sus hijos. A su esposo lo llevaron a varios cajeros para sacar dinero, y después fueron a la casa de ellos. Se llevaron objetos de valor y los dos carros. Eran dos hombres y una mujer que vestían y hablaban bien.

Después de cuatro horas, los los dejaron en Catia y les dieron dinero para un taxi”, dijo la pariente de una víctima.

El 19 de mayo a las 7:00 pm 2 mujeres fueron atacadas por 10 hombres cerca de su casa en Santa Mónica. Los delincuentes pidieron las llaves de la casa y 6 se quedaron en la vivienda; los otros 4 pasearon a sus víctimas hasta las 5:00 am en el carro de ellas.

“Tenían capuchas, no les vimos las caras. Se llevaron dinero de la casa, mi cartera y algunos relojes. No nos hicieron nada, pero no íbamos a denunciar porque saben dónde vivimos y trabajamos”, dijo una de ellas.

Por: SANDRA GUERRERO
SGUERRERO@EL-NACIONAL.COM
ANGÉLICA LUGO
ALUGO@EL-NACIONAL.COM
VÍCTIMAS POLICÍAS
POLICIALES | SUCESOS
INSEGURIDAD | CARACAS
EL NACIONAL
VIERNES 01 DE JUNIO DE 2012