Aquí y ahora
La historia es mostrenca, relancina. Hace ya unos cuantos años la cúpula chavista acuñó la frase “Chávez los tiene locos” para referirse al estado de ánimo de los sectores opositores al régimen. Y tenían toda la razón. En ese entonces el teniente coronel, ungido por el fervor popular, decidía la agenda nacional a su antojo, mientras disparaba a quemarropa a quien osara atravesársele en el camino.
Eran los tiempos del Chávez arrogante, exultante que hacía, literalmente, lo que le daba la gana. Pero, ¡ironías de la vida!, la situación ha cambiado. Ahora vemos al sempiterno candidato haciendo de tripas corazón, para tratar de reaccionar ante las iniciativas del postulante de la unidad democrática que poco a poco le va arrebatando las banderas que eran de su exclusiva propiedad.
Amén de sus esporádicas apariciones, estas son reactivas. Veamos algunas a vuelo de pájaro: ante el ofrecimiento de Capriles de crear una Ley de Misiones, para hacer de ellas un instrumento que no dependa de los humores demagógicos del gobernante, a Chávez no se le ocurre otra cosa que sugerir, tímidamente, una reforma constitucional para incluirlas en la carta magna.
Sobre semejante propuesta en este momento electoral, saltan algunas interrogantes.
¿Después de 13 años en el poder es que se le ocurre el planteamiento?, ¿es que con una ley no es suficiente para institucionalizar estos programas permanentemente? La respuesta es obvia: el líder único de la revolución bolivariana está a la cola de los vigorosos empujes de Capriles.
Ante la magistral presentación sobre cómo combatir la inseguridad y el problema policial y carcelario, a Chávez no se le ocurre otra cosa, luego de una larga ausencia, que encadenar al país en una muestra elocuente del ventajismo a que nos tiene acostumbrados, para hablar de cualquier tema de manera dispersa y desordenada.
Se nota que, a pesar del esfuerzo del aparato propagandístico chavista, todo apuntaba a tratar, sin lograrlo, de minimizar el impacto positivo de la moderna presentación (con ayuda de mecanismos audiovisuales que le dieron más vistosidad y comprensión) de Henrique Capriles.
Este escenario de un Chávez sin muchos bríos para hacer nuevos e innovadores ofrecimientos con el fin de solucionar los problemas que no ha solucionado estos años, lo sitúan a la cola. Pareciera que la magia de otros tiempos se le escurrió entre los dedos de su inconsistencia y falta de capacidad y eficiencia de su gobierno.
Por otra parte, resalta el culebrón de la inscripción del candidato Chávez en el CNE.
Ahora resulta que, según la novedosa e inédita doctrina “Cabello”, este evento cobra categoría de secreto de Estado, al igual que la enfermedad del Presidente. Hasta el momento de escribir estas líneas no hay fecha definida. Lo que sí es verdad es que el tiempo corre inclementemente y dicho límite impuesto por el organismo comicial está muy cerca. ¿Será que, como se atrevió a balbucear el propio Cabello, el flamante candidato del oficialismo lo hará por Internet? Sobre seguridad y defensa.
Quiero reseñar el nuevo libro de mi amigo el general de Brigada (GN), Gaudy Giménez, sobre un tema de tanta importancia. Con un gran espíritu venezolanista, Gaudy Giménez se adentra de manera rigurosa y enjundiosa en la materia, para mostrar a los miembros de la comunidad universitaria y comunidad militar, la necesidad imperiosa de ventilar estos asuntos, en el contexto de las relaciones internacionales.
Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL