“El nazi José Goebbels no
lo habría hecho mejor..”
Porque ahora resulta que los victimarios de la libertad de expresión venezolana, se andan presentando como víctimas de esa misma libertad que tanto desprecian y atropellan. ¿Y cómo así? Ah sencillo, y es que el propio Goebbels ya había consagrado una notoria técnica de la manipulación propagandística, llamada “principio de transposición” o el cargar sobre el adversario las acciones propias que son indefendibles.
Su aplicación “bolivarista o bolivarera” consiste en acusar a sectores de oposición de una estrategia agresora que menoscaba los derechos de información y opinión que el régimen imperante alega defender… Nada menos…
Una satrapía que lleva añales perpetrando todo tipo de violaciones a la libertad de expresión, incluyendo agresiones a periodistas, ataques a medios, amenazas a comunicadores, censuras y cierres de medios, instigación a la auto-censura, intimidaciones y persecuciones, hostigamientos judiciales, insultos y descalificaciones de cualquier tenor, restricciones legales e inconstitucionales, acosos administrativos y sicariato moral, entre otras modalidades de violencia fáctica y leguleya, ahora pretende transmutarse de verdugo a
mártir…
Cierto que a unoS reporteros o camarógrafos de VTV recibieron empujones y palabrotas en determinados eventos de la oposición política. Y eso no debe justificarse, mucho menos convalidarse. Pero no lo es menos, que VTV hace las veces de paredón político para todos los que critiquen o disientan de la satrapía, y ni hablar de la cloaca permanente en contra de Capriles Radonski. Encima, algunos de los”reporteros” oficialistas se dedican a imitar el “periodismo chicha” que patentara Vladimiro Montesinos para ridiculizar a los opositores del fujimorato.
En ese sentido, hay que tener cuidado con las consabidas advertencias sobre “los excesos de lado y lado”. Un momentico, en materia de guerra declarada contra la libertad de expresión, no hay ningún “lado y lado” de equitativo equilibrio en cuanto a las culpas y responsabilidades. En absoluto.
Lo que hay es un despotismo habilidoso que no escatima esfuerzo alguno en promover su hegemonía comunicacional, y una sociedad que lejos de encontrar amparo y defensa en el Estado, lo que recibe de él es más y más violencia. Los 5 años del asalto-despojo a RCTV, y la persecución estatal posterior y continua, deberían de esclarecer la materia de manera suficiente.
En esta Venezuela menguada del siglo XXI, el victimario de la libertad de expresión, amén de todas las demás libertades reconocidas en la Constitución, es el régimen que encabeza el comandante-presidente. La víctima es el conjunto de la nación venezolana. Y esos términos no deben confundirse, a pesar de las tratativas oficiales y de ciertas bobadas de ciertos equilibristas.
Por: FERNANDO LUIS EGAÑA
flegana@gmail.com
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