“Cuando Capriles asuma, si es que gana,
me convertiré en su opositor…”
–¿Necesita Venezuela una sesión de risoterapia?
-De una gran sesión, pero… sin exagerar.
–Ante la seria situación, ¿censurarán también el humor?
-Ya está censurado, regulado, pero como a todo en Venezuela se le encontró la vuelta.
–¿Se autocensura?
-No, yo me agudizo.
–¿A quién le prestaría su humor?
-A los entristecidos por esta revolución.
–¿Cuántas de sus 200 voces se levantarán el 7 de octubre?
-(Risas) La mía.
–¿Y el resto?
-No vota; el único que tiene cédula soy yo.
–¿Con todo y el proceso de cedulación de los últimos años?
-Entre tanto cubano y colombiano, está la ventaja de los chinos, que traen al mismo siempre y lo cedulan varias veces.
–¿El chino de Cadivi?
-Todavía no lo han elegido.
–¿Qué le da risa de la revolución?
-Su cultura.
—¿Y de la oposición?
-Los asomos de interés por el poder.
–¿Haría una comiquita de usted mismo?
-Uno hace de sí mismo una caricatura para poder ser comediante.
–¿La parodia cómica nacional?
-La cadena llanto colectiva.
–¿Le ha dado este gobierno más material que otros?
-El humor siempre es de oposición. Este gobierno nos ha sorprendido con elementos que no es necesario modificar para que den risa.
–¿El humor del proceso?
-Siempre está de mal humor (risas).
–¿Por qué entonces ha aguantado tanta oda?
-(Risas) Hace creer que la aguanta.
–¿Le teme la revolución a los humoristas?
-Para el ignorante un chiste puede ser peor que una bomba. Por eso nos tratan como si fuéramos pranes.
–¿Tímido?
-Ante las mujeres.
–El hombre mientras más feo…
-Está de moda (risas).
–¿Cómo parodiaría a la oposición?
-Gran parte de ella a través de mi personaje del waperó.
Ahora se llaman “los chamos pues”.
–¿Se iría demasiado?
-¡Jamás!
–¿Qué le falta demasiado al Gobierno?
-Trabajar (carcajadas).
–Y usted, ¿es cómico o humorista?
-Actor cómico.
–Zapata dice que el humorista es un cómico que ha fracasado…
-Y el cómico es un humorista que tiene real.
–¿Cuándo se convierte una gracia en morisqueta?
-Cuando se burla de un indefenso.
–¿Defendería la causa democrática?
-Defendería ideas, no caudillos. Cuando Capriles asuma, si es que gana, me convertiré en su opositor (risas).
–¿Su mejor papel?
-El de padre.
–¿El papelón de su vida?
-¡Ahí sí me desarmaste! Uno olvida los papelones, pero los amigos te lo recuerdan.
–¿Alguna vez hizo llorar tratando de hacer reír?
-A una señora, cuando narré la Batalla de Carabobo con los venezolanos de hoy en día.
–¿Se imagina a los políticos imitando a los humoristas?
-Lo han hecho. Cuando Chávez le comentó a Evo sobre La Isla Presidencial. Me imitó a mí haciéndolo a él (carcajadas).
–¿La imitación más querida?
-Claudio Fermín.
–¿Parodiaría a Obama?
-Causaría gran alegría entre toda la población.
–¿El cómico de la revolución?
-Pedro Carreño. Los periodistas lo desarman y él, totalmente indefenso, acusa el desarme.
–¿Y el de la MUD?
-Definitivamente, Pablo Medina.
–¿Un cómico que asumió su personaje?
-Joselo, con el guabinoso.
–¿La guasa más detestable?
-Los comentarios de Diosnomehadadocabello con su rictus de sonrisa (igualito a “Rizarra”) ante el tema del hampa.
–En el TSJ, ¿quiénes son los dueños del circo y los payasos? –
-(Carcajadas) Creo que el periodista ya hizo el chiste.
–¿Qué tiene de risible la parte dura de su vida?
-Anteriormente no la llevaba con humor; ahora me acuerdo y me río.
–¿Qué tiene de cura?
-Ni la sotana.
–¿De Ni-Ni?
-Nada. Prefiero a un chavista que a un Ni-Ni.
–¿Y de majunche?
-Quizás, lo político. Hay unos que lo son como políticos y como cómicos, es decir, doblemente majunches.
–¿Ha hecho reír a un oficialista?
-Ellos no tienen espectáculos graciosos. De hecho, no tienen humoristas, pero son nuestro público y van a divertirse, aunque primero envían a sus escoltas a ocupar los puestos hasta que apagan la luz y aparecen con su familia.
–¿Subversivamente?
-(Risas) Exacto. Imagínate si los ve el jefe; de hecho, se van antes de que acabe el espectáculo.
–¿Alguna vez recibió un reclamo bolivariano?
-Sobre todo entre 2001 y 2007, pero la abrumadora mayoría los mandaba a callar.
Reclamaban cosas sin entenderlas, como aquella vez que le puse a Chávez la voz de Bolívar y no se dieron cuenta.
–¿Parodiaría al soberano?
-Lo hice con mi personaje Elso Berano, el eterno Juan Bimba.
–¿Qué produce más dinero: hacer reír o hacer llorar?
-Muchos que han amasado grandes fortunas han producido mucho llanto.
–¿Humoristas al poder?
-No. Deben estar en el poder las personas preparadas.
–¿Regulará la risa Conatel?
-La regula, pero no la reconoce.
–De seguir la revolución, ¿se anotaría en el pan o en el circo?
-No en el pan, a pesar de que como mucho. Yo soy el circo.
–¿Cuántos espectáculos le quedarían?
-Espero que lo suficiente para volver a hacerlos libres y sin censura.
–¿Qué pasaría en Venezuela si la gente dejara de reír?
-El venezolano trabaja riendo, vive riendo, en la escuela, en la calle, en los velorios, en los hospitales, en los atracos.
Se paralizaría el país.
* EMILIO LOVERA, HUMORISTA
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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DOMINGO 27 DE MAYO DE 2012