“Sólo el 65% de los niños latinoamericanos
reciben educación preescolar”
■ Días atrás, cuando entrevisté al cantante colombiano Juanes sobre su labor por causas sociales, me sorprendió su insistencia de que los países latinoamericanos le deben prestar más atención a la educación preescolar. Tiene toda la razón.
Juanes, que ha ganado 17 premios Grammy Latinos y tiene nada menos que 5.1 millones de seguidores en Twitter, firmó recientemente un acuerdo con el Banco Mundial para promover la educación artística entre los jóvenes que han abandonado la escuela en Colombia. Según Juanes, enseñarles música, danza y artes visuales es una buena forma de evitar que se sumen a la delincuencia.
Durante la entrevista, Juanes me dijo que se comenzó a interesar por la educación inicial, o preescolar, hace unos siete años, cuando estaba mirando un mapa de la pobreza en Colombia junto con el alcalde de Medellín y sus colaboradores, y alguien en la reunión señaló que prácticamente no había programas de educación para ninos de entre 2 y 5 anos en las zonas rurales del pais.
“Los primeros cinco años de educación son fundamentales”, me dijo el cantautor. “Son los que determinan el desarrollo cognitivo de las personas, establecen el carácter, la capacidad de relacionarse con otros y con ellos mismos”.
Asimismo, la educación preescolar es importante para preparar a los niños para la escuela primara, “porque la mayoría de los niños llegan por primera vez a la escuela y están aterrorizados de estar allí’’, agregó. Eso lleva a que muchos niños arranquen mal, repitan de grado, y terminen dejando la escuela.
Preguntado sobre si su salida hace dos años de la Fundación Alas -un esfuerzo conjunto de Shakira, Ricky Martin, Juan Luis Guerra, Juanes y otros artistas que se unieron en el 2006 para promover la educación preescolar- se debió a un choque de egos, respondió: “No fue por egos . Fue muy complicado. Eran demasiadas personas, demasiado ambicioso el proyecto… Pero no tendría ningún problema en tratar de hacerlo otra vez, colectivamente’’.
Los gobiernos latinoamericanos han descuidado desde hace mucho la educación preescolar. Como resultado, la gente de clase media y alta envía a sus hijos a jardines de infantes privados, y éstos últimos empiezan la escuela primaria con una clara ventaja. La desigualdad social en Latinoamérica empieza antes del primer día de clase.
Mientras Finlandia, uno de los países más avanzados en materia educativa, gasta alrededor del 1.4. por ciento de su Producto Bruto Interno en educación infantil, México gasta el 0.6 por ciento, Chile el 0.4 por ciento, Argentina 0.3 por ciento y Colombia 0.1 por ciento, según un informe del Banco Mundial.
Sólo el 65 por ciento de los niños latinoamericanos entre los 3 y los 5 años reciben educación preescolar, ya sea en jardines de infantes estales o privados, comparado con el 75 por ciento en Estados Unidos y Europa, según un nuevo estudio de la UNESCO.
Muchos expertos coinciden en que la educación preescolar debería empezar incluso antes de los 3 años. Debido a la mala nutrición o a la falta de estímulos intelectuales, cuando cumplen los 3 años, los niños de familias pobres ya están condenados al fracaso académico, dicen.
“Un niño al que no le hablan, al que no le cantan, con quien no juegan, llega a la escuela con una tremenda desventaja”, dice María Caridad Araujo, una experta en desarrollo infantil del Banco Inter- Americano de Desarrollo.
En los últimos años, Chile, Brasil, Perú y Colombia han empezado programas a gran escala para expandir la educación preescolar. Sin embargo, mientras los países latinoamericanos gastan un promedio de casi el 1 por ciento de su PBI en sus sistemas universitarios, casi todos gastan menos de un tercio de eso en educación preescolar, según las cifras de la UNESCO.
Mi opinión: Ojalá que Juanes y muchos otros artistas sigan llamando la atención sobre la falta de educación preescolar en Latinoamérica, porque es un tema clave para reducir la inequidad social, y es un problema que no tiene ningún lobby poderoso para ayudar a resolverlo.
Las escuelas primarias, y en menor grado las secundarias, tienen un grupo de presión de extraordinario poder político, que son los sindicatos de docentes, que pueden paralizar los países para presionar a los gobiernos a darles fondos estatales. De manera similar, las universidades son instituciones con gran poder político para exigir dineros públicos.
Pero las mamás y los papás en sus hogares no tienen poder político para exigir fondos para la educación preescolar.
De manera que ¡no aflojes, Juanes! Sigue adelante, y -lo que sería aún más importante- trata de reanudar los esfuerzos colectivos con Shakira, Ricky Martin y otras superestrellas para que juntos presionen a los gobiernos a prestar más atención a la educación preescolar, porque ni los políticos ni los sindicatos de maestros lo van a hacer.
Por: Andrés Oppenheimer
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