Continúan los ejercicios de guerra
popular prolongada (GPP)
■ La tesis implantada por Cuba para la defensa integral de la Nación en la que cada vez más se está involucrando a la Milicia Nacional Bolivariana.
El último de estos ejercicios, efectuado en el estado Miranda durante tres días, del 17 al 19 de mayo pasado, y en el que participaron más de quinientos milicianos, concretamente en las poblaciones de Higuerote y Mamporal, estuvo orientado, entre otros aspectos, al “levantamiento logístico”, es decir a realizar inteligencia sobre la población civil considerada potencialmente enemiga.
Bajo la tesis de una posible invasión, milicianos irrumpieron en locales seleccionados para preguntar especialmente a ciudadanos extranjeros, españoles y portugueses en la zona cuál sería su posición frente al enemigo y si disponían de espacios para almacenaje y refrigeración. Todo el mundo en esta parte del país sabe del esfuerzo honrado de estos ciudadanos en la economía de la zona y como todos están casados con criollas o tienen hijos nacidos en el país, señalando muchos de ellos sentirse más venezolanos que nadie.
Lo sucedido en Higuerote y Mamporal constituye una irresponsable operación psicológica concebida para intimidar y generar zozobra en la población civil. La parte de un plan ilegal a todas luces que busca señalar a una parte de los venezolanos como enemigos internos y apátridas.
Es en definitiva lo que repetidamente ocurrió en la historia de las dictaduras militares sudamericanas bajo los conceptos de la “Doctrina de Seguridad Nacional” o el de la “Guerra Popular Prolongada” de Cuba y ahora en Venezuela, aplicar la receta de arremeter contra ciudadanos opositores, críticos y disidentes bajo el concepto de la Defensa de la Nación. El Presidente de la República intenta hacer campaña electoral y se disfraza de oveja frente a sus seguidores. Sin embargo, está claro que no puede garantizar la paz quien odia y agrede a la mitad del país como lo está haciendo Chávez cada vez que le da la gana de manera abierta o encubierta.
Al momento de su creación en el 2005 el Gobierno aseguró que la Milicia Nacional Bolivariana no configuraba un quinto componente de la Fuerza Armada Nacional (FAN). De allí el intento presidencial de incorporarla en la reforma Constitucional del 2007 rechazada por el pueblo venezolano. Más tarde, frente a los recursos legales ejercidos en contra de su existencia, se señaló expresamente en la Ley que la milicia no forma parte de la Fuerza Armada Nacional. La pregunta a estas alturas es:
¿A qué se está jugando en definitiva al apuntalar su existencia, permitir utilice el uniforme y las armas de la FAN y prepararla frente a un supuesto enemigo interno? Lo cierto es que avanza la consolidación de la Milicia Nacional Bolivariana como recurso eficaz de intimidación, una amalgama de 125.000 hombres y mujeres reunidos bajo el más descarado propósito de configurar el partido armado para la defensa de la Revolución y su líder, altamente ideologizado y orientado a la eliminación del enemigo interno y apátrida que no comulgue con la transición hacia el socialismo.
Por: ROCÍO SAN MIGUEL
@rociosanmiguel
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