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Thursday, November 21, 2024
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PEDRO LLORENS: Embustes que parecen verdades



La mosca en la oreja

 

El autócrata regresó de La Habana cargado de mentiras nuevas, para reemplazar las viejas que, de tan repetidas, terminaron por convertirse en verdades (el nazi Goebbels descubrió que sus embustes empezaban a hacerse creíbles a las mil repeticiones, pero el führer venezolano, y sus “jalabolen” bolivarianos, incluidos los “mande usted” de la Asamblea, el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía, lograron reducir sustancialmente los lapsos de legitimación)… Y ahora el mentidor de oficio intenta remediar la grave situación institucional provocada con la aparición de tantas verdades que dejaron de ser mentiras.

Aquel aspirante a cadete al que llamaban Tribilín, que recitaba frases de Bolívar, no se inscribió en la Escuela Militar para poder jugar en su equipo de béisbol, lo hizo como infiltrado de comandos subversivos para fomentar la revolución entre los uniformados; el responsable del intento de golpe de 1992 no se rindió, resistió como un valiente arrinconado en el Museo Militar; tampoco se rindió el 11-A, cuando el Alto Mando le pidió la renuncia, su valor hizo posible que, una vez capturado por militares conjurados, el pueblo lo rescatara y lo restituyera en el poder (no pidió sacar el Ejército a la calle, Plan Ávila, ni moqueó la sotana del cardenal)… Y la historia continúa, con mentiras celebradas como verdad, incorporadas a los textos escolares, a las actas del Parlamento, a decretos leyes…

¿Qué hacer, ahora que son verdad?, inquirió el autócrata.

Parece ser que Fidel, una verdad convertida en mentira, y su hermano Raúl, una mentira de Fidel repetida durante más de 50 años, convocaron a una reunión al más alto nivel para analizar los embustes más exitosos metidos a lo largo de 5 décadas a los gobiernos de Argelia, China, Corea del Norte, Unión Soviética y Rusia (también al de Francisco Franco, con el que tuvieron las mejores relaciones), hasta finalmente dar con la fórmula para atacar el imperio de la verdad y restaurar la ideología de la mentira en Venezuela. Raúl habría indicado que, “en virtud de la grave situación por la que atraviesa el Gobierno gemelo de Venezuela, recomendamos más de aquello, o como dice la canción: `Miénteme una eternidad, que me hace tu (mentira) feliz’, para lo cual es necesario repetir la verdad (mentira) original, las veces que sea necesario, para que deje de ser verdad y vuelva a su estado de mentira”.

¿Y luego que hago con la vieja mentira? ­preguntó el autócrata.

¡Te inventas otra mejor! ­sentenció Fidel.

El autócrata, obediente, convocó un Consejo de Estado.


Por: PEDRO LLORENS
pllorens@el-nacional.com
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EL NACIONAL