“Esto hay que tratar de entenderlo…”
Apenas a ciento y tantos días de una elección presidencial, trascendente para el país, y tras casi catorce años de la imposición de un socialismo que sólo Hugo Chávez sabe realmente lo que quiso ser, personalista y obseso con un poder que revolvió todos los desórdenes de su mente hasta convertirlo en esto que hoy es este resultado de violencia y odio, destrucción y desconfianza.
Y a estas alturas, un hombre, además enfermo porque ya no se puede esconder que lo está, incapacitado ya para cumplir con las exigencias del poder, en la burla más voraz de la constitución y la función política, mantiene detenida en el aire, la vida de la nación., mientras, paralelamente, como si todo lo que se vive fuera natural, normal, la mayoría que rechazara la reforma constitucional y el socialismo, aletargada por esta provocación, es espectadora de esta trama tenebrosa.
La desventaja en la lucha comienza con esta situación de un Chávez negado a aceptar la necesidad de dilucidar con reglas limpias, la candidatura.
Venezuela no puede seguir expuesta de esta manera a lo que decida un solo hombre, ni agobiada con una intencionada desinformación que la agobia y paraliza. Por otro lado, un candidato opositor, elegido en unas primarias indiscutibles, forzado a desmentir insultos y descifrar amenazas en una campaña que “democráticamente “ es víctima del abuso, la desventaja y el poder.
Basta ver las pantallas de la red oficialista, el manoseado Canal 8, para tener una visión exacta de la burla absoluta del gobierno a las normas electorales y a los mismos principios fundamentales de la familia venezolana. Es una degradación de valores, es el atropello de los derechos y la usurpación de los deberes.
Lo que se dice y se ve en esas pantallas sería más que suficiente para condenar de la manera más energica a este gobierno, a quienes incitan y desconocen el daño irreparable que se hace a Venezuela, esa intención terrible y perversa de destruir, de confundir.
Pero no todo puede ser esperar con el alma en un hilo qué va a hacer Chávez.
No.
Nosotros tambien somos protagonistas y como nunca de este momento, si no hemos aprendido esta cruel y amarguísima lección, si lo que hemos visto, lo que nos ha horrorizado, no nos reactiva en la lucha, entonces habrá que asumirnos cono lo que seremos: un lamento silencioso, un llanto impotente.
Cuesta trabajo aceptar todo lo que ha pasado y pasa: los jueces militares y penales reconociendo su complicidad con el gobierno en delitos que llegan hasta asesinatos, narco tráfico, manejos obscuros que configuran esta realidad que permite esta conducta inaceptable de Hugo Chávez frente a su responsabilidad constitucional. Acostumbrado a hacer lo que le da la gana, fracturando desde su llegada los principios y la lógica del país, seguirá haciéndolo.
¿Qué nos falta, entonces, por hacer? Contéstese cualquiera de estas preguntas:
¿Cree usted que hemos sido consecuentes apoyando a los presos?
¿Se siente satisfecho con su actuación apoyando a la Jueza AFiuni?
Hay veces que yo me hago reclamos íntimos que no me atrevo a contestarme. Porque eso es lo que necesitamos hoy para fortalecernos frente a la infinita angustia de esta Venezuela extraña, agresiva, hostigada: compartir. Emoción. Solidaridad. ¡Y ese anhelo de sentir la inmensa ilusión de ser venezolanos!