Aquí y ahora
A propósito de la discusión en los sectores de oposición y partidos políticos sobre la conveniencia de la tarjeta única en las presidenciales del 7 de octubre, es oportuno hacer algunas consideraciones acerca de sus ventajas y desventajas electorales.
Es preciso recordar que la Mesa de la Unidad Democrática, en su momento, fijó posición sobre el particular, pues decidió a favor del uso de la tarjeta unitaria. Es menester precisar, para una mejor comprensión del tema, el alcance de cada una de las propuestas.
La tarjeta única implica que todas las organizaciones políticas que integran la Mesa de la Unidad Democrátoca, adoptarían en el tarjetón un solo símbolo, por lo que renunciarían a la identificación que tradicionalmente han usado; es decir: se privarían temporalmente, para estos comicios, de no usar la identidad de su marca.
Sin embargo, la tarjeta unitaria le daría la oportunidad a cada organización de aceptar la tarjeta única, si lo considera conveniente, o mantener el sistema tradicional; por ejemplo: que Primero Justicia participe con sus colores amarillo y negro; Acción Democrática con su histórico blanco; Copei con el verde; Un Nuevo Tiempo con el azul; Podemos con el vinotinto…
Ambas propuestas, dependiendo de la posición de cada quien, tienen aspectos positivos y negativos. La tarjeta única podría proyectar la sensación de unidad con más entusiasmo y emoción, mientras que la unitaria implicaría que cada partido tendría que esforzarse más, con el fin de consolidarse ante los electores, dentro de una competencia sana y legítima que nunca puede entenderse como una conducta sectaria o excluyente.
La oposición democrática ha venido, en su largo transitar, superando obstáculos, venciendo dificultades y madurando un camino político que nos conduzca a la recuperación de la democracia plena, por lo que este debate no puede ser motivo de desencuentros e incomprensiones de último momento. La hoja de ruta ya está trazada y se está cumpliendo con rigurosa seriedad y desprendimiento, por qué no decirlo.
El oficialismo, consciente del alto impacto de la realización y culminación exitosa de las primarias, amén del inobjetable triunfo de Henrique Capriles y la alta participación de votantes, quiere aprovecharse del debate abierto sobre la tarjeta única, con el fin de crear contradicciones y tratar de enrarecer el ambiente de optimismo y entusiasmo de las filas opositoras.
Por ello destaco el interés oficialista de mantener viva y generar una posible controversia sobre el tema.
Por primera vez hay una opción real de triunfo, que no debe y no puede ser debilitada, ni por asomo, al desviar la atención sobre el objetivo principal: derrotar a Chávez por medio de la construcción, día a día, de un movimiento fuerte, incluyente, unido y solidario.
Toda discusión es bienvenida dentro de la estrategia de la Unidad de buscar propósitos y conjunción de acciones.
Más allá de la tarjeta electoral, hay que recordar las palabras de Deng Xiaoping: “No importa que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones”. Al final: ¿tarjeta única o unitaria? ¡Qué importa! Hay que pasar la página.
Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
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EL NACIONAL