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DÁMASO JIMÉNEZ: Gina y los AK47



Nota: Los plagiarios de Gina Bortolotti secuestrada en Maracaibo no han establecido contacto.

¿Quién le pone fin
a la violencia?

 

Que la inseguridad devore salvajemente la vida de los venezolanos y aquí no pase nada para contrarrestar el dolor y la muerte de lo que esto significa no es nada nuevo, un soberano caliche como lo referiría el propio presidente Chávez, pero que en pleno año electoral en una de las regiones más adversas al oficialismo, en medio de una ausencia catastrófica de su candidato-presidente y con un caos avasallante a punto de explotarnos en cara, con su impunidad, con la turbidez de tanta mafia, y con la amenaza de armas de guerra en la calle para lo que sea, es un mensaje que se descifra clarito entre el ciudadano común: ¡sálvese quien pueda!

El último secuestro del Zulia dejó estupefacto a la gente de cualquier nivel social o interés político. Cinco antisociales armados de AK47 permanecieron cerca de 40 minutos esperando dentro de una camioneta estacionada a la vista de quien pasara por una venta de pastelitos del sector Belloso de Maracaibo, haciendo tiempo y con conocimiento de la rutina de la víctima, a la que chocaron su vehículo cuando se disponía a salir a buscar sus hijos al colegio, para atacarla y plagiarla. Ambas mujeres forcejearon con los asaltantes. A Gina se la llevaron y a su madre la dejaron tirada con vida en el suelo.

“Los que se llevaron a mi hija vestían de negro, eran morenos, altos y fornidos. Pensé que era un grupo especial de un organismo de inteligencia, pero cuando vi su violencia, dije: ‘¡no puede ser!, es un secuestro”‘, fue el relato de la matrona de Gina Bortolotti, una joven madre de 2 hijos, proveniente de una reconocida familia de comerciantes ítalos-venezolanos sin bienes de fortuna y con muchos años en Maracaibo, que se asombran no solo de la presencia del delito sino del bullicioso y vehemente operativo de sujetos portando trajes militares y armamento de guerra, en plena tarde y ante la vista de los vecinos del populoso sector. Gina fue interceptada y sometida con armas de guerra como si se tratara de un enemigo peligroso.

En un primer momento cuando ocurre el hecho se daba por sentado que se trataba de militares venezolanos que actuaron en una operación comando y en ningún momento hubo una respuesta por parte de los voceros de la FANB para desmarcarse de la situación o explicar “el malentendido”. Claro habría que explicar en el caso de las AK47 como llegan varios fusiles de este calibre a manos de miembros del hampa común.

¿Cuántas armas de este potencial de guerra como las AK47 y FAL estarán en manos del hampa desatada y cuántas se encuentran en las explosivas cárceles venezolanas?

¿Si se trata de hampa organizada, quién la organiza y qué tanto poder tienen para utilizar armamento destinado a la Fuerza Armada de nuestro país y sacarlo a pasear en un secuestro de este tipo?

¿Para quién es el mensaje?

¿Quién realmente detenta el poder en este país y por qué hay tanto movimiento en ebullición desde los centros penitenciarios?

La fábula real nos recuerda a Marcos Camacho, mejor conocido como Marcola jefe de la banda carcelaria de San Pablo denominada Primer Comando de la Capital (PCC), que en 2006 impactó con su vandalismo a toda la ciudad de San Pablo, en su guerra contra la decencia.

La comisario Odalis Caldera, a la que no se le puede negar que ha batallado duro contra las incesantes acciones delictivas que se comenten en el Zulia, no dejó de mostrar su sorpresa ante la aparición de este arsenal en las calles “Es una cuestión delicada y que hay que evaluar porque un arma de ese calibre no debería estar en manos de delincuentes, es un arma que no se consigue en una armería”.

La única bala percutada y encontrada en el sitio tiene inscrito en el respaldo la inscripción Cavim 40, lo que quiere decir que pertenece a un lote almacenado en algún lugar de la Dirección de Armamento de la FANB.

Están logrando intimidar a la población, La guerra se traslada a sus casas, no salgan ni a votar. ¿Quién le pone fin a la violencia?


Por: DÁMASO JIMÉNEZ
Politica | Opinión
secuestros | Sucesos
EL UNIVERSAL
martes 15 de mayo de 2012