“Responsable aunque cante
a la “patria amada…”
■ Que si una “cistitis” sangrante, que si una metástasis de pulmón, que si… nada esperanzador, nada confirmado.
Esta vez hubo más silencio… menos llamadas, menos Twitter, menos Candanga, menos conjeturas, menos “bolas” criollas y de las demás, menos… Chávez.
Y aquí los “edecanes” de su corte moviéndose nerviosos, desesperados, erráticos, tratando de insultar como Chávez, de amenazar como Chávez, mirándose, cuando se miran desconfiados, indecisos. Y José Vicente Rangel encorbatado, momificado, manejando los hilos de las marionetas confusas, atendiendo la prensa internacional, riéndose intimamente de los “bobalicones” que conforman el parapeto de su escalón final que lo colocará en el sitial para el que ha intrigado, conspirado, ordenado siniestramente, urdido sombriamente: la silla de Miraflores.
Yo no sé si alguien se atreve a asegurar qué va a pasar, si Chávez no puede seguir gobernando incapacitado por la terrible condición del cáncer que lo abate.
La Constitución ha sido y sigue siendo burlada por este régimen desde hace mucho tiempo pero bajo la insistente y repetida manipulación que quiere convertir en verdad la mentira de esa violación constante.
¿Y si Chávez muere, así, con la inesperada decisión de una agravamiento voraz, indetenible?
Ya no está. ¿Habrá puesto todo el peso de su poder en el “Consejo de Estado” que es José Vicente? ¿O logrará este anciano astuto, esta momia política conocida por más que su inteligencia y su capacidad de intriga, por señalamientos oscuros que nunca darán tranquilidad a la sociedad que la exige en el obligado agobio de estos años amargos lograr su cometido?
¿O la lujuria de poder de otros que se han atribuido el derecho sucesoral por estupidez, por engaño o por su propia ignorancia del momento y los personajes que protagonizan la crisis política se llevará por delante todo y acabará tambien desobedeciendo la última orden del comandante?
¿Qué esgrimirá la oposición ante una constitución violada otra vez con el peso del poder? ¿Veremos aviones salir uno tras otro con rostros conocidos, rechazados, o seguiremos sufriéndolos como si nada?
¿Hasta dónde los tentáculos del pulpo que significan unas fuerzas armadas “chavistas” van a hacer respetar la Carta Magna frente a la tentación siempre latente e histórica de pisotear y arrebatar al poder civil su derecho constitucional?
Muertes en las cárceles y en el Metro y en el dormitorio de su casa y en la universidad y en la escuela, y secuestros de niños, adolescentes, ancianos.
No hay límite para aquellos estimulados en su odio por el discurso violento, vengativo que hoy todavía se cuela entre radio o quimioterapia, rumores y expectativas.
Pero ese mal que contaminó el alma del pais está sembrado en los cómplices de este horror.
Todavía hay muchos Aponte Aponte que no se atreven a denunciar o a huir, otros Aguilarte, Anderson, Moreno, asesinados ante un pais que ya no se asombra de nada. Y muchos que desde hace rato no obedecen órdenes de nadie, armados, encubiertos, asesinando, robando, secuestrando.
Hugo Chávez violó todos los principios para satisfacer lo peor de Venezuela, lo que más necesitaba de valores y límites ciertos. Abrió las puertas a lo feo, a lo peligroso, confundió conciencias y mutiló leyes que no están escritas pero son inexorables en la vida de las Naciones: principios.
Otra vez el avión, otra vez los soldaditos, otra vez las banderas y las órdenes, otra vez la figura que ya no provoca, no lastima, que fastidia, que da pena. Acusaciones espantosas, narcotráfico, asesinatos, condenas servilismo, complicidades, y este hombre cantando a la “patria amada” como si no fuera con él y como si él no fuera responsable de tanta vileza!