“Chávez, un año de batalla
contra el cáncer…”
■ Inicialmente, el mal fue diagnosticado como un absceso en la pelvis; los médicos pensaban que era una infección.
La vida del doctor José Rafael Marquina transcurría tranquila entre su consultorio de la pequeña ciudad de Naples, en La Florida (Estados Unidos), sus pacientes y su hogar. Venezolano de nacimiento y especialista en medicina interna, neumología y trastornos del sueño, su calma comenzó a cambiar por el constante llamado de periodistas que hoy le preguntan por la salud de Hugo Chávez. Su fama, si se le puede llamar así, tuvo como punto de partida su cuenta en Twitter (@marquina04), desde la que comenzó a publicar información que le llegaba de fuentes médicas cercanas al presidente y que resultaban ser la única grieta del hermetismo con el que se manejaba su tratamiento y enfermedad.
Marquina, ahora convertido en la fuente médica de mayor credibilidad frente al tratamiento de Hugo Chávez, conversó con El Espectador, justo cuando se cumple un año del inicio del tratamiento del mandatario. Aunque anteriormente ha asegurado que la expectativa de vida de Chávez tendría como máximo abril del próximo año, es un pronóstico que no está dispuesto a repetir. Considera que la información que ha entregado ha sido tratada con morbo.
–Luego de un año de batalla contra la enfermedad, ¿cuál es su evolución?
-El tratamiento de la enfermedad de Chávez ha sido una cadena de errores. Inicialmente, el mal fue diagnosticado como un absceso en la pelvis; los médicos pensaban que era una infección. Lo operaron, drenaron el absceso y enviaron el tejido extraído a patología. Los médicos se dieron cuenta de que había células malignas, pero en Cuba no tenían los reactivos para identificar cuál era el tipo de cáncer. Error. Lo volvieron a operar creyendo que se trataba de un cáncer de colon, y dieron inicio a un tratamiento sin sesiones de radiación. Otro error.
–Basado en la información que usted tiene, ¿cuál es realmente el cáncer que padece Chávez?
-La información llegó a varios médicos de Venezuela porque se pensó que alguno de los especialistas venezolanos lo podía tratar. Los médicos que lo atendían en Cuba creyeron también que podría tratarse de un cáncer de vejiga y comenzaron un tratamiento para combatirlo. Dos semanas después, cuando tuvieron todos los reportes, entendieron que se trataba de un leiomiosarcoma, un cáncer tan raro, tan inusual, que los médicos que lo atendían no sabían realmente qué tipo de tratamiento usar.
–¿Qué características tiene un leiomiosarcoma?
-Son tumores sumamente agresivos, hacen metástasis por vía hematógena, es decir a través de la sangre. No responden totalmente a la quimioterapia y tampoco a la radioterapia. Sólo responden a la cirugía, cuando son localizados a tiempo. Con Chávez, al principio creí que el crecimiento iba a ser lento, pero no. Pensé que podía vivir unos tres años apoyado con quimioterapia, que a pesar de no erradicar la enfermedad podía disminuir el crecimiento del tumor, pero esto no sucedió.
–¿El error más grave estuvo en el diagnóstico inicial?
-Posiblemente, pero también pudo estar en que los médicos decidieron darle dosis altas de esteroides, me imagino que con la intención de contrarrestar los efectos colaterales de la quimioterapia inicial y darle un poquito más de energía. Esto ocasionó una supresión del sistema inmunológico, que es fundamental. Ahora, según el periodista Nelson Bocaranda, la enfermedad ha crecido al nivel de los huesos, del páncreas. La información que yo tengo es que ha crecido al nivel de la pelvis ósea, especialmente en el fémur.
–¿Cómo consigue usted esta información?
-Hubo gente muy cercana a Chávez que, a raíz de los errores y la inseguridad de los médicos cubanos, querían que él se tratara en Brasil. Se lo pidieron muchas veces, pero no quiso. Esa fue una de las razones. Mucha gente que me dio información jamás pensó que fueran a suceder todas estas cosas. A mí no me han consultado, pero sí se ha filtrado información. Personas que han cuidado a Chávez están preocupadas por el avance de la enfermedad.
–¿Ahora qué sigue en el tratamiento?
-Chávez tiene que continuar la radioterapia, hasta completar entre 25 y 30 sesiones por área afectada. Tienen que darle quimioterapia también, pero con agentes de segunda línea, que son mucho más tolerables y suaves y que, por ejemplo, no le van hacer caer el pelo. Una vez que se completen las sesiones, Chávez no va a tener más opciones de tratamiento. Podrían aplicársele los llamados anticuerpos monoclonales, que disminuyen el crecimiento del tumor, pero ya la radiación y las opciones terapéuticas se agotan.
–¿Qué podría haber pasado si desde el principio se hubieran tomado las decisiones médicas correctas?
-Probablemente tendría unos tres o cuatro años de expectativa de vida. El leiomiosarcoma puede tener entre 60 y 70% de probabilidades de controlarse con tres o más años de la mano de un tratamiento adecuado.
Por: Diego Alarcón Rozo
Elespectador.com
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Internacional | 8 Mayo 2012