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NICARAGUA: En la peligrosa dependencia de Venezuela



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Para preocuparse relación
financiera con Venezuela

 

Funides advierte que cada vez más el crecimiento económico del país depende de la cooperación de venezuela, lo que vulnera al país.

Más del 20 por ciento del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de los últimos dos años ha sido garantizado por la cooperación de Venezuela, revela un informe de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), lo que refleja que el crecimiento del país es cada vez más dependiente de Venezuela.

Según cálculos de Funides en el 2010 cuando la economía alcanzó un crecimiento del 4.5 por ciento, el aporte de la relación con Venezuela fue de 1.1 punto porcentual. Mientras que en 2011, cuando el crecimiento fue del 4.7 por ciento, el aporte venezolano a la cifra fue de 0.9 punto porcentual.

Esta sujeción económica está rodeada por múltiples riesgos. Funides plantea varios escenarios ante una posible reducción parcial o cese total de la cooperación de Venezuela, que en 2011 fue de 564.1 millones de dólares, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).

En el segundo informe de coyuntura económica 2012 de Funides, que será presentado el próximo miércoles en el hotel Inter de Metrocentro, se advierte que esta “alta dependencia” de la cooperación de Venezuela incrementa cada vez más la ya marcada “vulnerabilidad” de la economía local, amenazada por otros choques externos como la crisis económica mundial.

Los escenarios de riesgo:

¿Qué factores incidirían en una posible reducción de la ayuda venezolana? Funides menciona “una caída en el precio del petróleo o por razones de otra índole”.

Si la disminución se diera por “la caída en el precio del petróleo, no habría un impacto macroeconómico negativo. “Por el contrario, el efecto neto para el país sería positivo, ya que la disminución en la factura petrolera sería el doble de la disminución en la cooperación venezolana”.

Entretanto si la reducción se produce por “razones de otra índole” se daría un doble efecto negativo. “Por una parte bajaría la demanda y la actividad económica y por la otra, se generarían las presiones fiscales, para mantener los programas sociales que se financian con estos recursos”, explica Funides en su informe.

Ambos escenarios tendrían un efecto dominó inmediato en la tasa de crecimiento del país, cada uno con intensidad diferente. Los cálculos de Funides advierten que si la cooperación disminuye en un cincuenta por ciento en relación a los niveles de 2011 el impacto negativo en el crecimiento del PIB podría ser hasta del uno por ciento.

En el caso extremo, que la ayuda cesara completamente el impacto negativo en el crecimiento del PIB podría ser hasta por el orden del 3.2 por ciento. Y “si además se pierde el mercado venezolano de exportación, habría un impacto negativo adicional en el crecimiento del PIB del orden del 0.6 por ciento, suponiendo que el 75 por ciento de las exportaciones que se destinan a Venezuela se colocan en otros mercados”.

Venezuela se ha convertido en el segundo mercado de exportación de Nicaragua, superado solo por Estados Unidos. En 2011 la venta de productos hacia ese destino comercial sumó 307.15 millones de dólares, lo que significó un aporte del 13 por ciento del total de divisas generadas por las exportaciones, según datos del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).
Desaceleración de la economía

Desaceleración de la economía:

Además del peligro que corre la economía por la dependencia que mantiene con Venezuela, Funides señala que los mercados a futuro proyectan una disminución en el precio de los alimentos que Nicaragua exporta, por lo que el crecimiento de la economía en este período será menor al alcanzado en años anteriores.

Además, considera que difícilmente la inversión extranjera superará (al menos significativamente) la cifra de los mil millones de dólares en 2012.

Basados en estos hechos Funides “continúa proyectando un menor crecimiento económico en el 2012-14. De hecho, algunos indicadores muestran que aunque el ritmo de la actividad económica sigue alta, se está dando una desaceleración”, dice Muñiz.

Señalan como muestra del desaceleramiento que el crecimiento promedio anual (tendencia ciclo) a enero de 2012 del IMAE muestra una desaceleración pasando de 8.2 por ciento en abril de 2011 a 6.1 por ciento.

Además, el crecimiento promedio anual (tendencia ciclo) del volumen de las exportaciones también se está desacelerando al pasar de 24.6 por ciento en abril de 2011 a 16.7 en diciembre de 2012. Esta tendencia es más marcada en las exportaciones de mercancías, pero también se observa aunque en menor grado y con rezago, en las exportaciones de zonas francas.

Presión social:

El impacto también se sentiría en las clases sociales más vulnerables, principalmente aquellas que están siendo beneficiadas con programas como Hambre Cero, Usura Cero o el polémico Bono Solidario, todos estos financiados con fondos venezolanos.

Funides plantea que se crearían presiones sociales para que mantengan los programas sociales que se financian con esos recursos. Esto podría forzar la incorporación de algunos de estos gastos en el Presupuesto General de la República, “lo que requeriría mayores impuestos o una reducción en otros gastos. En ambos casos lo que se haría es sustituir un gasto por otro, lo que tendría efectos redistributivos sin impacto en el crecimiento”.

Esta situación podría resolverse de forma temporal usando “las disponibilidades (depósitos y otras inversiones líquidas) del grupo Alba que, según datos del Banco Central, podrían ser del orden de los 330 millones de dólares, o sea 4.5 por ciento del PIB”.

En este sentido, el director ejecutivo de Funides, Carlos Muñiz, aclara que el punto anterior solo sería posible en la medida en que estas disponibilidades estén en el exterior. Porque si están en bancos o microfinancieras locales financiando actividades, lo que se lograría es sustituir una actividad (gasto) con otra sin ningún efecto neto”.

Hay que reducir depencia:

Para evitar a futuro un grave impacto en las tasas de crecimiento como consecuencia de la avanzada dependencia del país de la cooperación de Venezuela, Funides recomienda al Gobierno reducir esta tendencia.

Muñiz señala que lo más adecuado es “buscar nuevas fuentes de financiamiento” para los proyectos y programas que se financian con dichos recursos; y nuevos mercados para los productos que se exportan hacia ese mercado.

Muñiz explica que el haber pasado de 140 millones de dólares en cooperación financiera recibidos en el 2007 a 564 millones de dólares que se recibieron en el 2011; y que las exportaciones pasado de seis millones de dólares en 2007 a 300 millones de dólares en el 2011 refleja esa creciente dependencia. De hecho las importaciones de petróleo de Venezuela pasaron de menos de 200 millones de dólares en 2007 a 1,100 millones de dólares en 2011.

Funides reconoce que la suma de estos factores fue fundamental para garantizar el crecimiento. “Sin este aumento en el gasto y en las exportaciones, el PIB posiblemente hubiese crecido dos por ciento menos en 2010-2011”, señala Muñiz.

“Para poner esto en perspectiva, la cooperación financiera es casi el ocho por ciento del PIB y las exportaciones casi el cuatro por ciento del PIB. Mientras que las importaciones de petróleo ya son casi el noventa por ciento de las importaciones totales de petróleo”, detalla Muñoz.

La “magnitud” del peso de esta “relación comercial” con Venezuela en la economía es tan relevante. Según cálculos de Funides la cooperación financiera alcanzó 564 millones de dólares en 2011. Estos equivalen al 7.7 por ciento del PIB. Al 62 por ciento de los ingresos que el país recibe en concepto de remesas familiares, y al 40 por ciento de los impuestos, “es decir es casi medio gobierno”.

En cambio, las exportaciones hacia ese país alcanzaron el 4.1 por ciento del PIB y el 90 por ciento de las importaciones de petróleo proviene de Venezuela, por lo que deben dimensionarse los estragos que un cambio en el modelo de relación provocaría, señala Muñiz.

Para preocuparse:

Para el economista René Vallecillo otro aspecto de peligrosidad de la relación financiera con Venezuela es que el sesenta por ciento de la cooperación que recibe el país proviene de un solo destino. Además, esta cooperación se recibe a través de un acuerdo “casi personal” entre los presidentes de ambos países, por lo que cualquier situación que se salga del control de ellos podría provocar alteración del acuerdo y graves consecuencias para la economía del país.


Por: Lucy dalia Baca Castellón
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LUNES 07 DE MAYO DE 2012