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Wednesday, November 20, 2024
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GUSTAVO AZÓCAR: Un Grammy para Eladio Aponte



“Eladio Aponte, ex magistrado
estrella de la revolución..”

 

Él está a punto de ganarse un Grammy y liderar las listas del Billboard en las oficinas de la DEA en Estados Unidos. Según relatan algunos medios de comunicación que han estado siguiendo el caso del ex presidente de la Sala Penal del TSJ, el ex hombre fuerte de la Fiscalía Militar está cantando mejor que Frank Sinatra, a quien bautizaron como “la voz”, por sus extraordinarias dotes musicales.

Aponte, quien de no haber sido por sus extraordinarios servicios para la revolución no habría pasado más allá del cargo que ocupó en las filas militares el sargento García o el cabo Reyes, dejó de ser uno de los perros guardianes más fieles del Socialismo del Siglo XXI para convertirse en una mansa paloma delatora en el Imperio del Tío Sam, donde ya lleva varios días acusando a un gentío.

Para ser sincero, la situación en la que se encuentra Eladio Aponte, me produce sentimientos encontrados. Por una parte, debo confesar que no me gusta para nada la idea de que el ex magistrado esté en EEUU custodiado y protegido por las autoridades norteamericanas. Soy de quienes creen que ese delincuente, que confesó en una entrevista de televisión concedida al canal SOI TV de Miami, con su cara muy lavada, todas las marramucias y fechorías que cometió desde el Tribunal Supremo de Justicia, debería estar tras las rejas y condenado a cadena perpetua.

Comparto la idea de que quienes no entienden que un malandro como ése, que admitió haber manipulado sentencias y obedecer ciegamente órdenes que violaban la Constitución y las leyes se encuentre tan tranquilo en el Imperio. Peor aún: cuesta aceptar que un tipo que trabajó con narcotraficantes y que dejó en libertad a un militar acusado de contrabandear 2 mil kilos de cocaína no reciba el castigo que se merece.

Por otro lado, no lo niego: no puedo ocultar mi satisfacción por el hecho cierto de que ese magistrado está echándole paja a más de uno de esos pseudo revolucionarios que defienden el proyecto político de Hugo Chávez de la boca para afuera, y que lo único que han hecho es enriquecerse de manera grosera, robando a diestra y siniestra, utilizando el cargo público que ostentan para abultar sus cuentas bancarias y aumentar sus propiedades malhabidas.

Aponte, el arrogante magistrado que desde la Fiscalía Militar primero, y desde la Sala Penal del TSJ después, jugó con la vida y con la libertad de centenares de venezolanos inocentes, pasó de la noche a la mañana de ser un verdugo a ser un prófugo de la justicia, solicitado por la Interpol. Muchos altos funcionarios de la revolución deberían verse en el espejo de Eladio y entender de una buena vez por todas, que la revolución de pacotilla que lidera Hugo Chávez se está comiendo a sus hijos predilectos.

Me dicen mis amigos en EEUU que lo único que le dio la DEA al ex magistrado Aponte fue un teléfono encriptado, el cual está utilizando el ex fiscal militar para llamar a decenas de chavistas aquí en Venezuela, la mayoría de los cuales están metidos hasta el cuello en los negocios sucios de la revolución. La idea es que Aponte los convenza de que están a tiempo de salvar el pellejo si empiezan a echar el cuento ahora mismo, antes que el Titanic revolucionario termine de hundirse.

Palabras más, palabras menos, lo que Aponte les dice a estos siniestros personajes, la mayoría de los cuales está involucrado hasta los tuétanos en el narcotráfico, la corrupción y el crimen organizado, es que si piensan saltar la talanquera y acusando a todos esos pseudo revolucionarios que se han robado en 14 años la bicoca de 950 mil millones de dólares tienen que hablar ahora mismo. Mañana puede ser muy tarde.

Mis colegas en EEUU me informan que la lista de personajes que quieren emular y seguir los pasos de Eladio Aponte es larguísima. Hay jueces, fiscales, policías, alcaldes, gobernadores, diputados y ex funcionarios de todos los niveles que prefieren entregarse a la justicia norteamericana y salvar el pellejo antes que les peguen un tiro en la calle y digan que fue el hampa común. O peor: antes que les hagan lo mismo que le hicieron al fiscal Danilo Anderson.

Es un hecho: el barco revolucionario está haciendo aguas. El capitán del barco está muy enfermo y parece no tener tiempo para seguir al frente del timón. La tripulación está en desbandada y muy pocos revolucionarios están dispuestos a asumir el papel de la banda de músicos del Titanic. La mayoría quiere hacer como el capitán del Costa Concordia, que puso pies en polvorosa y se bajó de la nave primero que todos antes que ésta se hundiera.

Señoras y señores: Aponte está cantando. Pero no quiere cantar solo. Hay otros cantantes que esperan su turno. Tomen sus asientos y pónganse cómodos. El Carnegie Hall se quedará pequeño.


Por: GUSTAVO AZÓCAR A.
elnegroazocar@gmail.com
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