“El chavismo es una religión del culto
a Chávez el opio de la burocracia…”
–Si en Venezuela los jueces terminan siendo acusados, ¿qué pasaría con un Presidente que fungió de juez y acusador?
-¡Wow! ¿Será que termina enfermo?
–¿Su diagnóstico de la salud mental nacional?
-La de un país histérico.
–¿A cuál institución recostaría en el diván?
-Primero hay que tener la voluntad de ser paciente.
–¿Es el Presidente un paciente impaciente?
-Él quiere ser su propio y único médico.
–¿Abrió la era del líder religioso?
-Algunos historiadores dicen que no ha hecho sino continuar el estilo de otros como Cipriano Castro. La visión monárquica y autocrática del poder ha sido una constante venezolana.
–Aún en un país 98% católico, ¿cree que algunos lo han llegado a adorar más que a Cristo?
-El chavismo es una religión del culto a Chávez, algo típico del comunismo, que es el opio de la burocracia.
–¿Qué tan adictivo?
-Mientras Chávez aproveche el desencanto occidental.
–¿Pasará al olvido o será canonizado en el imaginario popular?
-Las dos cosas: un olvido de sus hechos y dichos y una mitologización de su persona.
Evita Perón gobierna desde ultratumba. Cuando Cristina Kirchner da sus discursos coloca de fondo dos retratos de Evita, según el mensaje que va a dar. El problema está en quién heredará ese Chávez.
–Ex izquierdista y de tradición familiar, ¿nunca fue chavista?
-Así como la derecha nunca existió en Venezuela, el chavismo no tiene ningún tipo de vínculo con la izquierda tradicional, cultural y universitaria.
–¿Lloró por Fidel?
-Lo conocí, me pareció fascinante, pero distante del mundo real. Es lamentable, para nosotros, que en su vejez le haya tocado lidiar con el proceso chavista.
–¿Por qué hoy asesinan más policías que en los años sesenta?
-Es que ahora no se distingue entre policías y delincuentes.
–¿Es legal utilizar niños para idolatrar al caudillo?
-Es una tradición del culto a la personalidad. Hitler fue de los primeros que lo hizo sistemáticamente.
–¿Asemeja aquello con el proceso?
-¡Muchísimo! Hay una retórica común.
–¿Quedarán más Aponte Aponte en el Gobierno?
-Y con sus respectivos tribunales de Nuremberg. Venezuela se convirtió en la nueva Colombia.
–Entre la revolución y el acusado-acusador, ¿quién tiene la razón?
-Allí no hay ninguna racionalidad, sólo conveniencia.
–¿Lo entregará Estados Unidos?
-¿Acaso lo ha pedido Venezuela?
—¿Cómo terminará este cuento de Tío Tigre y Tío Conejo?
-(Carcajadas) Pregúntaselo a mi primo Axel.
—¿Y el psiquiatra de un presidente?
-Con callos en las nalgas (carcajadas).
–¿Hay gato por liebre con el socialismo del siglo XXI?
-Te puede responder mejor Heinz Dieterich, que se presenta como el padre fundador de ese socialismo y no hace sino reivindicar sus derechos de autor ante esta dictadura.
–¿Ya es dictadura? –Claro, porque es un absoluto irrespeto a la Constitución, además de una falta total de decencia que un funcionario insulte a un candidato opositor.
–¿Habrá oídos sordos?
-Es posible que funcione políticamente en algunos que perciben a un líder. Pero es una horrible manera de retratarnos los venezolanos.
–¿Debe responder el candidato agraviado?
-No. Hay un efecto importante de diferenciación y rescate de la decencia. Debe persistir en su “fuerza tranquila”, como decía Mitterrand.
–¿Por qué se exculpa al soberano de la situación?
-Es verdad, los ciudadanos deben ser interpelados. Tienen derechos pero también responsabilidades. Por eso es que me desagradan bastante esas teorías de la ciudadanía que muestran al ciudadano bueno, cuando más bien debe aprender a votar conscientemente.
—¿Será que le agarró el gusto al militarismo?
-Hay una especie de tolerancia frente a él, una pérdida de los valores civiles.
–¿Costará resarcir el odio?
-Será difícil. Llevará años cicatrizar las heridas. En Alemania todavía hay neonazis. Lo de nosotros será más complicado.
–¿Era necesario lo que acontece?
-Otros procesos nos habrían dado aprendizaje sin tanto dolor y tanto palo.
—¿Se ha acostado usted en el diván?
-¡Claro!
—¿Por lo del histerismo?
-(Carcajadas) No sé; me gustaría ser más histérica.
—¿Volverán a bajar?
-Por el contrario, el gran drama actual del venezolano es el conformismo.
—¿Y con seis años más de revolución?
-Seríamos un país de zombis, como Cuba y Corea del Norte: únicos ejemplos vivos en el museo del comunismo mundial.
–¿Le gustan las apuestas?
-Me encantan.
–¿Qué o cuánto apostaría por que gana Capriles?
-¡Todo!
–¿Triunfalista?
-No, realista.
–¿Lo permitiría la FAN, que “es chavista”?
-Claro; no toda ella es chavista.
–¿Y si pierde el cambio?
-Vendrá otra situación para seguirnos enfrentando.
—¿Qué pasaría en Venezuela si llegara a gobernar el chavismo sin Chávez?
-No existe un chavismo sin Chávez. Si él llegara a fallecer debe haber un plan de contingencia. Es curioso ver tan nervioso a un hombre tan tranquilo como Castro Soteldo y oír a Darío Vivas decir que prácticamente el PSUV no existe.
* COLETTE CAPRILES, PSICÓLOGA SOCIAL
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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