Se quejan de la falta
de patrullaje policial
■ Jóvenes se visten de liceístas para atracar.
■ Todos los días se registran robos a transeúntes y en comercios.
■ Los vecinos de Los Cortijos denuncian que los antisociales se disfrazan de liceístas para cometer robos.
Los robos de vehículos son frecuentes. Motorizados atacan a los vecinos que salen o entran a sus hogares y además roban en las colas de las camioneticas. Estos son los delitos que mantienen en vilo a residentes y comerciantes de Los Ruices, en el municipio Sucre.
Rafael Aquino trabaja como vigilante en el edificio Ince, en la avenida principal de Los Ruices, también conocida como avenida Diego Cisneros.
Desde allí observa cómo los delincuentes hacen de las suyas en el sector: “He visto robos de vehículos, asaltos en las camioneticas, en las residencias. Lo peor es que cuando necesitamos a la policía, nunca aparece. He tenido que lidiar para que los borrachos y las personas drogadas que se caen a golpes y botellazos, se controlen”.
La avenida Cisneros brinda un panorama del temor que los residentes le tienen a la delincuencia: todos los edificios del área cuentan con vigilancia privada, pero los esfuerzos que los vecinos y comerciantes realizan son en vano, pues los malhechores han logrado burlar todos los mecanismos.
En un recorrido nocturno se observó que no hay patrullaje policial constante, lo que permite que se registren más delitos. La calle María Auxiliadora es una calle ciega y solitaria.
En esa cuadra, de acuerdo con uno de los vecinos, Marwin Vivas, hay robos semanalmente.
“En las noches, sobre todo los fines de semana, esto es muy inseguro. Los malandros hacen rondas para agarrar a las personas en las entradas de los edificios. La policía debería tener más presencia en la zona”, expresó.
En los establecimientos, al igual que en urbanizaciones que también están cercadas por la inseguridad, los comerciantes optan por dos alternativas: cerrar más temprano o contratar escoltas privados para que vigilen durante la apertura y cierre de los negocios. El contraste se aprecia desde las 6:00 pm, cuando las santamarías cerradas acompañan a las que se mantienen abiertas al público hasta las 9:00 pm.
Quizá el ciudadano común no lo ha notado, pero los residentes de varias zonas de clase media en Caracas han adoptado rutinas que utilizan los habitantes de sectores populares para no ser blanco del hampa.
Los vecinos realizan cristianamente los toques de queda, evitan pasar por algunas áreas e invierten en seguridad.
Migración del delito:
Los Cortijos es una urbanización comercial y residencial que limita con Los Ruices y padece las mismas circunstancias que se registran en el sector vecino.
Uno de más inseguros es la avenida principal. Los que la transitan diariamente dan fe de ello.
Humberto Espinoza todos los días hace peripecias para llegar a su trabajo pues al salir de la estación del Metro tiene que caminar dos cuadras de manera previsiva para no ser víctima. En 2011 fue atracado por el mismo delincuente en cuatro oportunidades.
“Todas las veces que me ha robado, me amenaza con sacarme la pistola y dispararme. No sé si está armado o no, pero prefiero no arriesgar mi vida. Por la misma situación han pasado mis compañeros de trabajo. A veces nos ponemos de acuerdo para llegar en transporte al Metro y viceversa. Caminar por la avenida es peligroso y nunca se ve presencia policial”, aseguró.
En un recorrido nocturno por ambas urbanizaciones se observó que hay ausencia de patrullaje.
Por: ANGÉLICA LUGO
alugo@el-nacional.com
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EL NACIONAL
JUEVES 03 DE MAYO DE 2012