“La obra, que debía estar lista en abril,
requiere un mes más de trabajos…”

En opinión de arquitectos y urbanistas la nueva tumba del Libertador es una agresión al edificio del siglo XIX

A 52 metros de altura, los obreros que trabajan en la construcción del mausoleo para el Libertador siguen afinando los detalles de la estructura metálica que albergará los restos de Simón Bolívar. A nivel del suelo, un ejército de grúas limpia los espacios que rodean el edificio hecho de favetón blanco, importado de España y de Suiza.

De cuatro a seis semanas se requieren para que el mausoleo esté listo, según un integrante de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales, que trabaja en la edificación.

La obra debió finalizarse en abril ­luego de dos postergaciones­ pero aún tendrá que esperar para ser inaugurada.

Mientras, las cúpulas del Panteón Nacional y el interior también son objeto de restauraciones, que incluyen la adecuación de los drenajes de aguas, el sistema de electricidad y los pebeteros.

Hace un mes, Francisco Sesto, ministro del Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, anunció que los trabajos tenían 90% de avance, pero no precisó cuándo estará lista la obra, que tiene una superficie de 100 metros cuadrados.

Además de la estructura metálica, el proyecto del mausoleo, que adelanta la constructora Danmar C.A., prevé un estacionamiento de 3 niveles, una plaza y la sustitución de 800 viviendas para la renovación urbana de la zona.

Agresión patrimonial:

La única forma de acceder al mausoleo será por la parte de atrás del Panteón. Graciela Flores, coordinadora de la Maestría de Diseño Urbano de la Universidad Metropolitana, afirma: “Eso es un atentado contra el edificio original del Panteón Nacional.

Es una agresión a su entorno, a los ciudadanos y a las comunidades que asentadas alrededor de él”.

La iglesia de la Santísima Trinidad, destruida por el terremoto que afectó Caracas en 1812, fue reconstruida e inaugurada el 28 de octubre de 1875 para albergar los restos de personajes destacados de la historia del país. Los arquitectos Alejandro Chataing, en 1911, y Manuel Mujica Millán, en 1929, participaron en las reparaciones previas de la estructura. El mausoleo de Bolívar se considera una ampliación de ese edificio, con una nueva nave para mayor capacidad.

“El Panteón representa la identidad y la memoria de Caracas. Es un bien de interés cultural, cuya intervención, dada la antigüedad de sus fundaciones, amerita tomar previsiones y resguardar su ámbito inmediato. La pregunta es qué aporta ese aparato que se está construyendo al contexto patrimonial, social y artístico que hay a su alrededor”, subrayó Leopoldo Provenzali, ex presidente del Instituto de Patrimonio Cultural.

Para el arquitecto, el mausoleo es una distorsión de la identidad y memoria no sólo del Panteón, sino también del Foro Libertador: “Allí hay una colección de obras que permiten leer la historia de la ciudad y la evolución del tejido urbano. Es un acto de gran responsabilidad intervenir un espacio como ese. Ese proyecto no puede estar aislado”, afirmó Provenzali.

Contaminación visual:

El costo inicial del mausoleo fue de 119,5 millones de bolívares. En agosto de 2011, la Asamblea Nacional aprobó un crédito adicional de 217,9 millones de bolívares para el aire acondicionado, iluminación y sistema eléctrico. Iris Rangel, directora de la Asociación Civil para el Rescate del Patrimonio Histórico de Venezuela, opina: “Es un gasto absurdode dinero. El Panteón en sí mismo, por su historicidad tiene las condiciones para albergar los restos de Bolívar. Al hacer esto se irrespeta la historia de la ciudad”. 

Rangel agregó que parte de la gracia del Panteón está en que tiene el cerro Ávila de fondo y un edificio tan moderno detrás rompe esa armonía. 

El mausoleo de Bolívar también supone la afectación del paisaje. “Es una obra desmesurada y desproporcionada en su contexto. 

Es un elemento intrusivo que contamina la zona visualmente, puesto que no hay una relación de diálogo con lo que tiene alrededor”, afirma Elías González, presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos Paisajistas. 

Explica que los retrasos en ese tipo de obras se pueden deber a dos razones: la falta de dinero y el hecho de que las especificaciones de diseño no están definidas desde el primer momento.

Por: EMILY AVENDAÑO
eavendano@el-nacional.com
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MIÉRCOLES 02 DE MAYO DE 2012