En locales venden
a través de rejas
■ En las dos urbanizaciones hay horas pico del delito.
■ Residentes y comerciantes adoptaron las costumbres de los barrios para evitar ser víctimas de robo.
Las santamarías se bajan más temprano, se sacrifican posibles ganancias y los clientes son atendidos a través de rejas o ventanitas. Así trabajan varios comerciantes en el sector Valle Abajo de Los Chaguaramos de la parroquia San Pedro, en el municipio Libertador. Vecinos señalan que son más vulnerables a la inseguridad durante el mediodía y a partir de las 5:00 pm porque los delincuentes operan a esas horas.
No sólo se aplican toques de queda en los barrios. Vecinos y comerciantes de la urbanización Los Chaguaramos también recurren a esta medida para evitar ser víctimas de la inseguridad. En esa urbanización de clase media los robos a mano armada de motorizados son el principal temor de los residentes y trabajadores.
El Domingo de Ramos, dos jóvenes sorprendieron a una mujer de la tercera edad a las 8:00 am y la obligaron a entregarles su cartera. “Como les dije que no tenía dinero, me lanzaron al suelo y me la arrancaron”, relató. En sus codos quedan las raspaduras que le hicieron los delincuentes cuando la abordaron de manera violenta.
Hace un mes, una comerciante de nacionalidad china que tiene una charcutería en Valle Abajo fue asaltada por dos hombres que entraron en el establecimiento antes del mediodía. Desde entonces, la mujer colocó rejas en su negocio. En una ferretería, en la avenida Universidad de Valle Abajo, los empleados aplican la misma medida de seguridad que desde hace años se usa en los barrios.”No sabemos por qué, pero al mediodía y como a las 5:00 pm los delincuentes aprovechan que las calles están más solas para robar y amenazar a sus víctimas. Por eso, a las 11:30 am sólo atendemos a través de una ventana enrejada. Lo mismo a las 5:00 pm, porque después de las 5:30 no se puede trabajar aquí”, indicó uno de los encargados.
Sonia Vargas trabaja desde hace siete meses en un kiosco que está frente a una institución bancaria, también en la avenida Universidad.
Señaló que nunca la han robado pero que ha visto cómo a sus clientes les quitan celulares y carteras.
“Los motorizados se han adueñado de la paz y tranquilidad de la zona, y la policía brilla por su ausencia.
Jóvenes llegan en motocicletas a robar a las personas.
He visto cómo amenazan a sus víctimas para que entreguen sus pertenencias”, dijo la mujer.
Confesiones de vecinos:
Valle Abajo no es una zona violenta pero la funeraria La Virginia ha obligado a los vecinos del sector a convivir con las balas. Una habitante denunció que cuando hay velorios, la comunidad permanece en zozobra.
Un martes, a las 7:00 pm, las calles de los sectores más inseguros de Los Chaguaramos quedan desoladas y oscuras.
En la avenida La Colina ya no hay carros estacionados como en otras ocasiones. Los vecinos dicen que las personas no los dejan allí debido al robo de vehículos.
Quienes viven en esa avenida no olvidan que en octubre del año pasado uno de sus vecinos quedó paralítico luego de haber recibido varios tiros por resistirse al robo de su camioneta. Josefina Camacho dijo que en cualquier hora del día pueden ser sorprendidos por delincuentes.
“A cualquier persona que se para aquí le pueden dar un quieto para bajarla del carro. En febrero sometieron a una vecina en la puerta del edificio y la robaron. Tengo mucho temor porque vivo en el primer piso y desde allí se ve cómo apuntan a las personas con pistolas para quitarles el carro. Mi mayor preocupación es que les pase algo a mis nietos”, dijo.
La policía de Caracas está encargada de custodiar la zona. Durante un recorrido realizado todo el día por la urbanización no se observó funcionarios. Dos GN resguardan las adyacencias de la iglesia San Pedro las 24 horas del día.
Al otro lado de la frontera:
Bello Monte colinda con Los Chaguaramos. Pertenece al municipio Baruta, pero en algunos sectores se registran los mismos delitos que en la urbanización adyacente.
La calle Voltaire es considerada como la frontera entre ambas zonas. Las personas que habitan allí la llaman “La calle de nadie”. Juan García vive en el edificio Buenos Días, desde donde observó cómo su vecino Argenis Araque Vergara, de 62 años de edad, fue asesinado por delincuentes que lo secuestraron el 20 de marzo en la madrugada.
“A Argenis le preguntaron dónde vivía porque querían ir a su casa, pero lo mataron porque se resistió. Después de esto, la Guardia del Pueblo ha encontrado dos carros robados aquí. Esta zona se ha vuelto muy insegura porque los motorizados roban carros, secuestran a personas, atracan y hasta matan. Desde hace tres años Polibaruta no viene tan seguido, pues como es una calle límite con Los Chaguaramos, no la toman en cuenta”, indicó.
El testimonio de García es cónsono con lo que se ve en la vía. A cualquier hora del día es solitaria. No hay rondas policiales. En las noches, no hay suficiente iluminación y en las paredes de la cuadra permanecen las huellas de las balas.
En esa calle, sólo hay un negocio de repuestos de vehículos. Debido a la inseguridad, los empleados se resguardan detrás de unas rejas y no trabajan después de las 6:00 pm.
Sin embargo, la situación de los vecinos y comerciantes de Bello Montes es distinta: mientras que en los sectores más inseguros se cumple con los toques de queda, en la avenida Miguel Ángel por ejemplo los negocios cierran más tarde, hay más transeúntes y presencia policial.
“Los motorizados vienen a robar carros, asaltan a las personas que van a pie, abren los vehículos y hasta se meten en las casas. Esto es horrible. Necesitamos que la policía sea más constante”. El testimonio parece relatado por un habitante de un sector popular, pero es el de un vecino de la calle Montesacro de Bello Monte.
En julio del año pasado, Mauricio Franco fue sorprendido por tres delincuentes que entraron en su apartamento, en la misma cuadra. “Lo había pintado y decidí dormir en el balcón, y me sorprendieron cuando se metieron”.
Por: ANGÉLICA LUGO
alugo@el-nacional.com
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DOMINGO 15 DE ABRIL DE 2012