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ALBERTO FRANCESCHI: ¿Y si no vuelve en uno de esos viajes?

“Agárrense de las manos”…¿O qué?

 

Cuando escucho a Henrique Capriles denostar de la conmemoración chavista del 11 de abril, como una fecha de división entre los venezolanos que debemos enterrar, y observo la exhibición de la manía polarizadora a ultranza de los rojos gobierneros, tratando de martillar el recuerdo, que si debe mantener la división entre quienes apoyan esta bosta de revolución y quienes deseamos el fin de la pesadilla, encuentro no pocas explicaciones a nuestro drama nacional.

Es un hecho que como rasgo distintivo de civilismo y de aspiraciones a que se generalicen los buenos modales altruistas de la mayoría de nuestra elite de clase media y del propio proletariado, educado en el sindicalismo de transacción, aquí se “peleó” con sus métodos absolutamente pacíficos entre 1999 y 2003.

Pero nótese que siempre todo se subordinó a propuestas estrictamente electorales, enarboladas aun desde las trincheras de las Huelgas Generales Políticas del 9 al 11 de abril de 2002 y cuando el Paro Indefinido, de diciembre 2002 -Enero 2003.

Con mayor razón esa política fue ratificada desde 2003 hasta hoy, cuando nuestras fuerzas empezaron a ser fueron desmanteladas, siempre tras el vellocino dorado del triunfo electoral cuesta arriba.

Es obvio que seguimos impertérritos bajo el signo del gradualismo pacifista y electoralista, como estrategia y método exclusivo de “confrontación” comeflor.

Muchos quisimos encontrar virtudes de grandes valentías colectivas en el periodo de las grandes marchas y durante las grandes huelgas, e incluso en la de mayor combinación de todos los métodos de movilización, que se escenificó el 11 de abril de 2002, pero ya va siendo hora de cerrar el debate, sobre que aquí efectivamente NO HAY, por ahora, lo que se llama “masa crítica” para defender las libertades. Porque aquí sigue imperando, y ratificado por las llamadas Primarias, que nada se quiere lograr por otros métodos que no sean los de bajar la cabeza, rezar como en las misas multitudinarias del Paro Indefinido, quizás marchar, con el consabido Kit de marcha, oyendo himnos bondadosos de Gobovision, y sobre todo meter demandas ante el TSJ y la Fiscalía chavistas, sin olvidar pasar por Alo Ciudadano y Buenas Noches donde Kiko sigue en su pontificado.

Y si bien es cierto podemos ufanarnos de aquella capacidad para marchar una y otra vez, incluso queriendo llegar al Miraflores, no puede olvidarse que bastaba un centenar de facinerosos de Lina Ron, para detener en seco una movilización de centenares de miles, y menos aun puede olvidarse que luego de la masacre fascista, ordenada por Chávez el 11/4, ocurrió que el día 12 de Abril, cuando Carmona y sus amigos decidían nuestro destino, el 99% del país se quedaba en sus casas sin que hubiese un toque de queda. Para que otros decidieran…

El gran debate político en nuestro país no se dio, no se da y es difícil imaginarlo ahora, entre las huestes armadas de guerrilleros de apartamento del chavismo y sus famosas milicias, contra los partidarios nuestros de las “Guarimbas” a quienes habrá que reivindicar más que nunca por sus encontronazos con la policía y la Guardia.

El chavismo apostó y apuesta a mantener a raya a “nuestros violentos” manipulando a fondo a la gran masa mayoritaria, de univoca propuesta electoral y pacifista hasta los tuétanos, que solo adopta como programa político simplista al máximo, la propuesta propia del Puma: “agárrense de las manos” (*) y que tan exquisitamente expresa “nuestro candidato” Henrique Capriles.

Créanme que deseo fervientemente que tengan razón, quienes por 14 años han apostado a que esa línea de acción política es suficiente para detener los planes del régimen, que mientras tanto se hizo forajido, delincuencial, corrupto hasta los tuétanos, narco-complaciente, impostor y ejecutante de estatismos asfixiantes, entreguista ante el tiránico régimen castrista, generador de violencia generalizada en el tejido social en descomposición y siempre manteniendo incólume su voluntad de asegurar la exclusión de quienes no aceptemos sus chantajes comunistoides, así seamos comprobada mayoría.

El arma del régimen es solo una: EL MIEDO. El chantaje de la guerra civil, de siquitrillar a quienes osen querer desalojarles del poder, de incendiar y saquear El Este, son más que suficientes para reforzar las propuestas comeflores, prisioneras del pánico y del oportunismo rentable al ser conciliadoras y de cohabitación en los intersticios de la administración descentralizada, convertida en eficiente maquinaria de transacción por vía explicita y directa del régimen, con todo aquel liderazgo opositor que quiera competir por administrar apetecibles millones para sus clientelas electorales.

Sepamos sin embargo que Independientemente de su voluntad y propósitos, los que administran esos espacios son parte del régimen, porque son Cuentadantes del gobierno de Chávez y se someten incluso a humillaciones denigrantes con tal de mantener la teta, aunque digamos en su descarga, que esa teta la gente quiere mantenerla fuera del alcance del malandraje rojo, lo que no significa necesariamente que en este bando se aprecie lo necesario, porque de ser asi se haría siempre imperar la pulcritud y la eficiencia, dado que el peculado también abunda con otros colores.

Antes de que me alguien me acuse de pesimista orgánico y de sembrar desazón en nuestras filas mayoritarias, he de ratificar que no tengo una propuesta distinta, por ahora, a la de acompañar las ilusiones electorales, mientras una crisis política, que vendrá inexorablemente, implique realinear todo diferente. Entonces estaré del lado de quien proponga otra visión, otra estrategia, o la propondré yo mismo, aunque me toque arar en el mar como muchas veces, cuando las tesis radicales fueron desechadas.

Esa estrategia de nuevo tipo se hará urgente y necesaria plantearla, porque una crisis vendrá dada por el derrumbe de este régimen, en medio de su putrefacción, implosiva y explosiva, cuyos síntomas más evidentes, ante la gravedad y ausencia del déspota líder, serán sus propias divisiones, con marchas y contramarchas, por improvisaciones que resultarán de sus propias incertidumbres.

Mientras tanto, por supuesto que preferiría una campaña electoral difundiendo verdades, aunque sean amargas y llamando al combate político contra este desastre, tratando de vincular nuestra esfuerzo electoral con las miles de luchas que emprende el pueblo pobre y en particular los trabajadores, contra las consecuencia de mantener en pié esta torta de gobierno.

Pero se escogió otro estilo, se quiso el: “agárrense de las manos” y hasta nuevo aviso los protagonistas serán los que siguen en esa onda desde 1999 y con más fuerza aun desde que fueran derrotadas drásticamente las huelgas y toda aquella parafernalia de muchas luchas, siempre subordinadas al objetivo electoral, que se repite como un Mantra hindú.

¿De que nos extrañamos, si fuimos dejando hechos jirones en el camino nuestros gremios, partidos, ONGs, empresas, sindicatos, oficialidad militar, RCTV y otros muchos medios de comunicación, jerarquía católica, universidades, y sobre todo los principios de independencia política?

Nunca olvidemos que casi todo lo que teníamos, como pilares de nuestra sociedad democrática, fueron rendidos ante el altar de tributos a la línea de ilusión electoral, para preservar espacios clientelares y como única pretendida salida final, siempre con ese discurso baboso de la reconciliación, cuando en contrapartida, desde el bando opuesto, solo se obtiene que se nos chantajea exitosamente con el miedo, para atemorizarnos y arrinconarnos, incluso mediante fraudes electorales sistemáticos, con un árbitro parcializado, presidiendo el ventajismo obsceno del gobierno rojo.

¿No habrá llegado la hora de discutir en serio sobre por qué estamos donde estamos, sin apelar a las frivolidades acostumbradas?

¿Cómo superar la necia interpretación que lanza al aire la estupidez, que estamos así, sometidos y esquilmados, porque se cometieron los errores de querer pelear y sacar al tirano?

Porque lo que puede verse a las claras, es que los actores de ayer son EXACTAMENTE LOS MISMOS, con ligeras variantes, de caras sustitutas por necesidad de decorado, pero siempre con la cantaleta de la salida electoral, absolutamente divorciada de las luchas populares, siempre con los canticos de “agárrense de las manos”, siempre con los mismos “opinadores” que no hayan como seguir diciendo, como si fuera una novedad, que en este país, que esta cayéndose a pedazos, hay que insistir en unirnos y reconciliarnos, cuando es ya sabido, hasta para imbéciles, que el bando del gobierno querrá seguir reinando, aun llegando a la bestialidad. Y si para ellos debe seguirse con su fraudulento CNE y su oficialidad corrupta planeando golpes militares preventivos eso harán, a menos que se los detenga en una la lucha frontal, que algún día deberá arriesgarse contra esa barbarie.

A quienes creen que la única manera de manifestarse una nación en peligro de disolución, en este caso la nuestra, por culpa de sus elites, tanto de gobierno como de la llamada oposición, es con un recurrente aguante y parsimonia, esperando que dice la TV como noticia que cambie el panorama, les traigo a colación que lo mas comprobable y recurrente es precisamente los estallidos de iras contenidas de humillaciones acumuladas, que desatan venganzas inenarrables, violencia ciega y que deberá existir un liderazgo con capacidad no solo para entender ese cambio sino para proponer salidas positivas audaces, que eviten el caos tentador para las mayorías.

De lo que estoy más seguro, es que las prédicas de todos estos años serán útiles para recomponer después, pero para la transición que viene lo que menos se necesita, por lo menos por un periodo aunque sea breve, es de los mismos protagonistas, lideres y eternos logreros electorales del discurso “agárrense de las manos” y los que surgirán en el escenario del ¿O QUE? alterno están empezando a salir a la superficie… eso es inédito por definición.

(*) Es bonito, sirve para ganar votos, pero no sirve para derrotar la barbarie política del chavismo en marcha desaforada hacia el caos.

Agárrense De Las Manos

Juntos podemos llegar, donde jamás hemos ido
juntos podemos llegar, unan sus manos conmigo
si quieren meterse dentro de la música y la fiesta
hay algo que nada cuesta, para levantar el alma
para perder el sentido y para olvidar conmigo
las cosas que hacen llorar, nadie tiene que esperar


Por: Alberto Franceschi
Politica | Opinión
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@alfranceschi
Martes, 11 Abril, 2012