“La cuestión ya no es si Chávez
se muere, si no cuándo…”

Estados Unidos no quiere toparse con la sorpresa y el Departamento de Estado ha apremiado a James M. Derham, el encargado de negocios en la Embajada estadounidense en Caracas, a que comience a planificar cómo debería reaccionar Washington ante eventuales desarrollos de la situación. Especialmente ante posibles golpes de mano chavistas, como un adelanto electoral que garantice que Chávez llega a los comicios, y sobre todo el probable intento de cambio constitucional, en el caso de que Chávez sea reelegido, para amarrar su sucesión sin necesidad de nuevas elecciones. Cómo reaccionaría la oposición y qué apoyo le expresaría EEUU en sus acciones.

Pero en este proceso, otros agentes exteriores cuentan más que EEUU. La Venezuela de Chávez se sustenta en la ayuda de cuatro países: Cuba, Irán, Rusia y China. Los dos primeros quieren a toda costa el mantenimiento del chavismo en el poder. Los otros dos se encuentran a gusto con el régimen, pero lo que les importa es que se cumplan los contratos en marcha. Rusia quiere asegurarse que se le pagan los 12.000 millones de dólares por venta de armas, China vela por sus 33.500 millones de dólares en créditos por petróleo. Rusos y chinos han mantenido ya conversaciones con la oposición: no van a mover ni un dedo en su favor, pero habrían prometido neutralidad a cambio de que sus contratos se cumplan.

Cuba está jugando fuerte la carta de la perpetuación del chavismo, porque en ello va la pervivencia del castrismo. Sin los 100.000 barriles de petróleo gratis al día que recibe, que le han permitido sustituir los subsidios soviéticos, Cuba estaría en bancarrota. Que el presidente venezolano haya decidido la no estirpación de su tumor en el colon, aunque ello suponga acortar su vida, para no encontrarse fuera de juego durante largo tiempo y así en cambio poder dedicarse a preparar su sucesión, tiene mucho que ver con la personalidad del líder revolucionario, pero también con las presiones de los cubanos, que quieren que el recambio quede bien atado.

Por su parte, Irán requiere del chavismo como vía de escape del cerco internacional de sanciones. Así que si elementos duros iraníes ven posibililidades de una victoria de Henrique Capriles, ¿dudarían en ponerle una bomba en el coche? Ha sido el propio Chávez quiene ha hablado de plan de atentado.

Por: Emili J. Blasco
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