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MARTA COLOMINA: Gobierno de la muerte

El Gobierno ha desoído todos los informes
 sobre la grave descomposición del Cicpc

 

Dispara primero y averigua después” es frase atribuida (falsamente, al parecer) a Rómulo Betancourt y repetida hasta la saciedad por Hugo Chávez con el fin de satanizar los 40 años de democracia e identificarlos con una etapa de violencia, de injusticia y de muerte, obviando que él encabezó el 4F en el que murieron muchos venezolanos inocentes. Quienes escuchaban sus feroces críticas a gobiernos anteriores, esperaban que, por ser militar, el nuevo presidente garantizaría la vida y los bienes de los ciudadanos poniendo a raya al hampa y disminuyendo aquellos 2 mil crímenes anuales ocurridos antes de su arribo al poder, a la par que elevaría los niveles técnicos y éticos de los cuerpos policiales. Ocurrió todo lo contrario. Chávez ha estado al frente de un Gobierno con más de 19 mil crímenes en 2011 -75% de ellos de jóvenes- unos cuerpos policiales politizados, ineptos y corrompidos que protagonizan asesinatos horrendos gracias a la complicidad oficial y a la existencia de un Poder Judicial envilecido, que deja sin castigo el 97% de los delitos cometidos. Todo indica que en el gobierno de Chávez se dispara primero y ni siquiera se averigua después.El asesinato de la hija del cónsul de Chile en Maracaibo ha evidenciado, una vez más, las prácticas asesinas del Cicpc, cuerpo que teóricamente debería dedicarse a tareas de investigación criminal pero que, en la realidad, ha degenerado en rutinas delictivas Dispararon a mansalva porque en un país con delincuentes disfrazados de policías y policías disfrazados de malandros que secuestran y matan, dos jóvenes hermanos desarmados no se detuvieron ante la orden de policías que se comportaron como delincuentes. “Actuaron como animales” dijo el atribulado padre de la joven acribillada con 3 balazos de los 100 que dispararon a su camioneta los funcionarios “del orden” (EU 23-03-2012). Karen se desangró en brazos de su hermano, quien se salvó porque gritó “que era Cónsul y no lo mataran” (EU 22-03-12). Explica que “no había avisos, ni conos, no había nada”. Por eso no se detuvieron, pensando que podría ser un secuestro o un robo (el hermano había sido víctima de un robo la semana anterior). Tan “gajes del oficio” debió parecerle el horrible crimen al director del Cicpc, que lo despachó “como una mala práctica policial”, a sabiendas de que el reglamento dice que “si no hay amenazas a la vida de los policías o terceros ellos tienen prohibido usar las armas de fuego”. Sin embargo el hermano relata que “el Fiscal me dijo que vaciaron 5 pistolas contra nuestra camioneta; cada arma con 18 balas, son casi 100 balas las que nos dispararon”.

Cada día se conocen más detalles del crimen que, por la notoriedad del Cónsul, no pudieron ser ocultados como otros muchos cometidos por funcionarios policiales. Se supo que “uno de los Cicpc detenido por el crimen había sido expulsado del cuerpo por conducta irregular” (EU Ibid). La obsesión de politizar a las policías ha incrementado las fallas en su formación, según expertos: “antes en el Cicpc hacían una carrera de técnico superior de 3 años en el Iupolc. Actualmente los cursos apenas son de 11 meses” (EN 20-03-12).

El sociólogo Luis Pedro España (EN 22-03- 12) culpa al Gobierno del “aumento incontrolado de la criminalidad, por haber desinstitucionalizado el aparato estatal (… ) con la aplicación de supuestos principios revolucionarios que hacen que hoy exhibamos la cifra de criminalidad más alta del mundo”. Añade que “fue este gobierno el que decidió permitir que civiles se armaran para proteger la revolución”. Son 18 los “colectivos” con armas de guerra que operan en el 23 de Enero y al menos 300 hombres armados conforman grupos delictivos (EN 22-03-12). Concluye España que la reforma judicial, la remilitarización de la policía y la introducción de cambios “más por intereses políticos y manías conspirativas que por criterios de protección al ciudadano y castigo para los infractores (… ) causaron que de 2 mil muertes al año pasáramos a casi 20 mil en 2011.

El Gobierno ha desoído todos los informes (Provea y otras ONG) sobre la grave descomposición del Cicpc y demás cuerpos policiales. En 2010 la Fiscalía registra la impunidad policial en el país “pues de los 9.131 actos conclusivos que presentaron solo 2,9% terminó en acusaciones” (EN 21-03-12). El MIJ “olvidó” informar a la AN en su Memoria y Cuenta 2011 sobre cifra de homicidios y el Sebin nos cuenta una de vaqueros diciendo que neutralizó 24.840 ataques contra el Estado en 2011 ¡A 68 ataques por día! ¡Ni en Afganistán! Esa es la Venezuela que nos dejará el gobierno de la muerte, en el que hasta su Presidente anuncia irresponsablemente un atentado al candidato opositor, sin que sus cuerpos de seguridad tengan idea de dónde sacó la especie.


Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
@colominaM
domingo 25 de marzo de 2012