“Los malos tratos de Chávez
a una ex primera dama..”
“La desarticulación de Venezuela no obedece a regionalismos y separatismos sino a lo que Mariano Briceño Iragorry llamó “una crisis de pueblo”, la falta de “densidad y continuidad de contenido espiritual” que puedan llevar a “vivencias nacionales, uniformes y creadoras”. Escribo estas líneas desde Valencia, España, mientras comparto la tradición centenaria de Las Fallas con la asombrosa arquitectura de la Ciudad de las Ciencias y de las Artes. En el camino hacia el museo de ciencias, frente a modernísimas esculturas que rememoran las torres de la Alhambra, sentí el dolor de un nacionalismo bobo que en lugar de integrar todo un pasado que desde mucho más allá de los musulmanes y los visigodos pudiera proyectarnos hacia el futuro, se fundó en simplificaciones de un bolivarianismo sembrado de resentimientos. Nos toca ahora un proyecto de futuro que obliga a la reformulación del obsoleto concepto del Estado-nación” Axel Caperoles, de su columna en El Universal “La Venezuela Invertebrada”. 22/03/2012.
La mala educación
Cuando la diputada apareció en escena gritando a todo pulmón, creí que me había equivocado de canal y me encontraba en el set de “Laura de América”, famosa por sus entrevistas a mujeres maltratadas y humilladas por depravados mexicanos a quienes recibe con el caluroso saludo “que salga el desgraciado”. Pues no. Estaba viendo una sesión ordinaria, como la llaman, de la Asamblea Irracional o Nacional, que es lo mismo. De un lado los bolivarianos, de otro los de la oposición. Frente a ellos, Diosdado Cabello, vestido de sport, eso sí, de firma, fungiendo de moderador y repitiendo mecánicamente “tiene la palabra el diputado”. Le corta cuando es de ley, hace un comentario mordaz de vez en cuando, presenta excusas si es necesario y expresa que allí, debe imperar el respeto.
Me perdí en lo del respeto, pero las señoras encargadas de tal asunto no se referían en la sesión a temas serios para discutir, sino al maltrato de un diputado opositor que en un mitin empujó a una joven periodista que le seguía, como era su deber, para obtener la noticia. Mardo, que se apellida el victimario, seguía a la señora diputada que agitaba sus pechos como cualquier Ciciolina y tomando la afrenta del diputado como motivo señalaba que los escuálidos son asexuados o asexuales, es decir ángeles de Dios y para colmo maltratadores de mujeres y pedía para él un castigo ejemplar que allí no se especificó, pero a buen seguro buscaba su inhabilitación o quizá la censura de su partido. Para confirmar su relato, se valió de un vídeo en el que se veía a la periodista envuelta en el bululú de la multitud y ahí estaba ciertamente Mardo, no halando las greñas de la dama, lo puedo ver pero sí en una actitud de molestia para el momento. No quiero defenderlo porque ni lo conozco pero tampoco lo ubico en la comunidad de los maltratadores de oficio porque eso sería calumniarlo.
El dardo en la piel
La polémica continuó cuando otras dos diputadas pidieron la palabra para descargar a Mardo y de paso elogiar sin medida al patrocinante de aquella feria de dimes y diretes como se estila en los mejores programas de reality show en español. En mala hora un diputado opositor sacó a colación ciertos malos tratos del Comandante Presidente a una ex primera dama, y ahí ardió Troya, porque no hay derecho a que saquen a la luz de la Asamblea Irracional una historia ya perdida en los archivos de Chirinos, quien debe estar gozando de su casa por cárcel. Eso no se hace y el diputado ofensor recibió reprimenda grosera de un colega que defendió al Supremo con palabras aprendidas de su mentor de La Hojilla, que sí sabe de insultos porque es su especialidad.
El episodio culminó cuando terminó el cuchicheo y se expuso la razón por la cual estaban allí reunidos, que era la aprobación de un millonario presupuesto destinado a remodelar el poliedro, destruido por asistentes a mítines chavistas y a pobres refugiados, para la realización de un evento deportivo de suma importancia, así que al pedir la señal de costumbre, la oposición se negó y el oficialismo, como era de esperar aprobó sin titubeos lo que constituía una orden perentoria venida de Miraflores.
Con el debido respeto creo que la buena educación, la palabra correcta y el traje conveniente han de formar parte de la imagen de quienes nos representan, pienso ingenuamente, en la Asamblea Nacional. Van allí con desgano, malvestidos y malhablados, como si fueran para un juego de bolas criollas o una riña de gallos. Durante muchos años fui reportera del Congreso Nacional, cuando su presidente era nada menos que un elegante caballero, músico y compositor llamado Vicente Emilio Sojo, quien sin reparos me despedía amablemente con su bastón cuando no quería darme noticias. Y les juro que no era un maltratador.
Por: Mariahé Pabón
mariahep@yahoo.com
Notitarde.com
Viernes 23 Marzo, 2012
