HomeElecciónesFREDDY LEPAGE: El atentado contra Capriles: ¿advertencia o amenaza?

FREDDY LEPAGE: El atentado contra Capriles: ¿advertencia o amenaza?

Capriles califica al presidente de «irresponsable» por lanzar tal aviso.

Aquí y ahora

 

Realmente Chávez no se detiene ante nada cuando se trata de actuar en campaña electoral. Las temerarias declaraciones sobre un presunto atentado contra Capriles, provenientes de la boca del ­nada más y nada menos­ Presidente de la República, llaman poderosamente la atención. En cualquier país serio semejantes palabras hubieran causado un revuelo justificado.

Sin embargo, en esta Venezuela convertida en el territorio de lo posible (pero no en el mejor sentido de la palabra) o, más bien, en donde la realidad, la fantasía, la mentira y la infamia forman un coctel diabólico, tales aseveraciones pasan, de alguna manera, inadvertidas. Pero, por la majestad (?) del cargo que detenta quien las profiere, entonces, deberían ser tomadas muy en cuenta.

Ahora bien, sabemos que el Presidente no se encuentra, precisamente, en su mejor momento, tanto desde el punto de vista de su salud como del electoral. Lo primero lo limita severamente a la hora de hacer una campaña electoral normal, entonces ­conociendo al personaje­ cualquier cosa se le puede ocurrir para tratar de desviar la atención, para cambiar la abrumadora realidad que lo agobia.

En columna anterior hice referencia a que en Venezuela no hay antecedentes históricos sobre magnicidios o asesinatos de candidatos presidenciales. Salvo el caso del general Delgado Chalbaud, no existe otro. Porque, si asimilamos lo ocurrido durante la intentona golpista de 1992, contra Carlos Andrés Pérez, entraríamos en fangosos terrenos meramente especulativos.

Claro, la denuncia sobre Capriles pierde fuerza a la luz de las cientos de veces que el propio Chávez ha hablado de conspiraciones en su contra, sin presentar prueba alguna, más allá de los torpes montajes de los cuerpos de seguridad, que no convencen ni al más desprevenido de los mortales. Entonces, sería lógico que esta vez se trate de algo parecido. Sobre todo, cuando ningún organismo competente se ha pronunciado sobre el particular. Esto último es muy grave, porque es clara señal de que la guerra psicológica contra los opositores se hace sin coordinación alguna, de manera improvisada y apresurada por parte de Chávez. Hasta aquí las cosas van relativamente bien…

Ahora bien, la interrogante pertinente es, entonces, ¿qué idea pasó por los intrincados meandros mentales del comandante presidente para hacer tal especulación lanzada al voleo, sin respaldo alguno? Lo lógico sería que, ante semejante y temeraria confidencia, el Gobierno le hubiera asignado al candidato de la unidad nacional, Henrique Capriles, la custodia acostumbrada en estos casos. Pero no ha ocurrido tal cosa, al menos hasta el momento de escribir estas líneas.

Vistas las cosas así, el aviso no tiene ningún sentido y constituye una suerte de irresponsabilidad por parte de Chávez, tal como, acertadamente, lo exteriorizó el propio candidato presidencial. Entonces, de pura lógica, sólo queda pensar en que ha sido una amenaza no tan velada, que podría tener consecuencias impredecibles y no deseadas. Sobre todo, si cualquier “espontáneo” toma las palabras de Chávez como una orden (al pie de la letra) que hay que ejecutar… Eso ha ocurrido en otras oportunidades en casos, por supuesto, menores.

En cualquier caso, como las brujas de que vuelan, vuelan, el Comando Tricolor debe tomar las previsiones pertinentes. Sobre todo si se considera la balacera de Cotiza que, gracias a Dios, no pasó a mayores.

¿Advertencia, intimidación, amenaza? Chávez está jugando con fuego…


Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
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EL NACIONAL