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JOSÉ GUERRA: La PDVSA de Ramírez



La Pdvsa millonaria y
corrupta de Ramírez

 

En manos de Rafael Ramírez, el todo poderoso presidente de PDVSA y ministro de Energía y Petróleo, se ha tornado crítica la situación financiera por la cual está atravesando la industria petrolera. En los últimos siete años el precio del petróleo se ha triplicado y con ello han aumentado significativamente las exportaciones petroleras, al mismo tiempo la nómina de la empresa pasó de 30.000 trabajadores hasta más de 100.000 trabajadores, pero la actividad petrolera y de refinación ha disminuido más 7,0%.

Claramente esto es contradictorio: más trabajadores, mas ingresos por exportaciones y se produce menos petróleo y derivados. Simultáneamente, a pesar de esas elevadas cotizaciones del petróleo, la empresa se ha endeudado masivamente, hasta alcanzar una deuda consolidada al cierre de 2011 de aproximadamente US$ 70.000 millones, de la cual la deuda financiera, es decir bonos, alcanza la cifra de US$ 52.000 millones y el resto consiste en deuda con el BCV, proveedores y socios.

Lo más grave no es la deuda en si misma, sino que ese elevado y creciente nivel de endeudamiento no ha servido para apuntalar el nivel de producción, tal como se evidencia en el gráfico anexo, donde por un lado se aprecia el incremento de la deuda y por el otro el estancamiento del PIB petrolero. Ninguna empresa debe contratar deuda para financiar el gasto corriente, sino más bien para fortalecer su nivel de producción. Si el endeudamiento contratado por PDVSA no fue destinado al aumento de la producción, es lógico preguntarse qué hizo Rafael Ramírez con montos millonarios recibidos en forma de empréstitos. La sombra de la corrupción siempre ha signado las actuaciones de Ramírez y su entorno más cercano.

La situación de PDVSA es más complicada de lo que el venezolano de pie se imagina y la prueba está en el hecho de que ya en 2012 PDVSA tiene que seguir contratando deuda con los chinos y con empresas de los Estados Unidos, porque no obstante los fabulosos precisos petroleros, el dinero no le alcanza porque Ramírez lo ha esfumado, lo ha evaporizado. Recientemente suscribió PDVSA dos acuerdos, el primero con el Banco de Desarrollo de China por US$ 4.000 millones y el segundo con la transnacional Chevron para que esta empresa le prestara US$ 2.000 millones y además negocia con la compañía China Citic, la venta de una parte de la empresa mixta Petropiar.

También tiene pensado Ramírez, que PDVSA incursione en la Bolsa de Valores de Hong Kong, donde concurriría con el sombrero en la mano a buscar fondos de cualquier lugar del mundo para mantener a flote a una empresa menguada. Según este relato, quienes se llenan la boca hablando a nombre del pueblo, le están causando un daño enorme al país. Es muy cuestionable el manejo financiero que Ramírez le ha impreso a PDVSA. Bajo el mando de Ramírez, PDVSA a veces actúa más como un centro de adoctrinamiento y sucursal del PSUV que como una empresa petrolera. Pero PDVSA no ha fallado, el gobierno le ha fallado a PDVSA. Ahora bien, con el cambio de gobierno que se aproxima en Venezuela, vienen nuevos y mejores tiempos para la industria petrolera en Venezuela.

En primer lugar porque ya no será PDVSA la agencia de ningún partido y sus trabajadores tendrán la libertad de pertenecer a cualquier organización política si a sí lo desean. En segundo lugar porque se van a realizar inversiones para levantar el alicaído nivel de producción y en tercer lugar porque la empresa va a recuperar su razón de ser: reafirmarse como empresa petrolera. Pueden los trabajadores de PDVSA contar que Henrique Capriles Radonski los va a tomar en cuenta y a valorar su trabajo y además van a preservar sus puestos de trabajo.


Por: José Guerra
Politica | Opinión
lunes, 14 de Marzo de 2012