Al caer sobre la pista, se montará en un
brioso caballo blanco, copia de Bolívar
■ La despedida fue todo un espectáculo de alegría, color y fiesta. El retorno promete…
Los médicos cubanos, rusos, brasileños, la delegación de la Cruz Roja Internacional y la Dirección Médica de la ONU que atiende a micomandantepresidente en Cuba certificaron el alta temporal y dio el visto bueno para el inicio de las festividades en el marco del retorno a Caracas, si Fidel Castro le daba permiso. Pero, el dictador cubano, al final accedió. No es la salud de Chávez lo que le preocupa. Son los dólares de los venezolanos. Hay que cuidar la chequera que camina por América Latina.
El comité organizador del carnaval de bienvenida para micomandante lo integran, a petición del perverso anciano de Cuba, los mismos que aspiran a sucederlo; los que andan serrucho en mano todo el día de pantalla en pantalla en VTV pidiendo oraciones por su jefe, mientras amenazan a la oposición con la rabia del pueblo. El programa, según se filtró vía Miami, es espectacular. Todo un gran evento. Es que no podía ser menos.
Día D. En cadena de televisión internacional Chávez parte desde el malecón de La Habana en una balsa construida con tripas de tractor ruso y tablas de Lada, réplica de la usada por miles de cubanos cada año para ir a saludar a Obama. En la balsa irá acompañado por Nicolás Maduro, Cilia Flores y un oncólogo ruso. Ellos sabrán entenderse. Tres millas náuticas afuera el héroe de Miraflores será rescatado con un pedazo de mecate desde un helicóptero bielorruso a objeto de ser trasladado hasta Maiquetía custodiado por 14 MIG-21 y cuatro Sukhoi 37. La llegada al aeropuerto tiene que ser espectacular. Se lanzará en paracaídas para caer en el centro de pista, mientras desde el helicóptero lanzan una tonelada de pétalos de rosas rojas y 20 toneladas de papelillos rojos, mientras la OSV interpreta el himno del PSUV cantado por las ministras. Y un coro de fondo con la estrofa Dios está contigo, repetida mil veces.
Debe haber al menos unas 500 mujeres tiradas en las pista auxiliar llorando a moco tendido. Protocolo se encargará de que se produzcan al menos unos 100 desmayos, algunos con caídas de espalda y temblequeras. No deben faltar niños, muchos niños gritando desesperados, vestidos de lanceros con pañuelo rojo al cuello y maracas en las alpargatas.
Al caer sobre la pista, Micomandante se montará en un brioso caballo blanco, copia del de Bolívar, lo levanta de patas al estilo de Don Diego de La Vega y arranca en galope tendido rumbo a la autopista donde lo esperan 300 corceles también blancos con mechones rojos y jinetes venidos de los países del Alba y Petrocaribe. Una banda de guerra china dará fondo musical a la gloriosa subida a Caracas, bautizada por el grupo asesor como el Retorno del Titán.
Es apenas el comienzo.
Por: ELIDES J. ROJAS L.
erojas@eluniversal.com
@ejrl
EL UNIVERSAL
miércoles 14 de marzo de 2012