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Thursday, November 21, 2024
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Nva. Esparta: El empresario que lo perdió todo en Margarita



“Las lluvias no lo dejaron en ruinas
sino los damnificados…”

 

Originario de Bogotá, Hamilton Martínez emprendió hace 5 años una aventura empresarial en la isla venezolana de Margarita que tenía todas las de ganar: tras haber sido gerente de grandes cadenas hoteleras, con los ahorros de su vida y un préstamo compró y remodeló un hotel de 94 habitaciones cerca de la playa más turística de la isla. Lo bautizó Hamilton Beach. (Vea una audiogalería que muestra cómo quedó el hotel del colombiano en Margarita)

A Martínez la Comisión Presidencial de Refugios Dignos, solo le agradecio en nombre del Pte. haber prestado ayuda a los damnificados.

Hoy, de sus colores tropicales y ocupación casi total durante el año no queda más que una estructura fantasmagórica, derruida y vacía. Tras 16 meses de ocupación de 84 familias afectadas por las lluvias de diciembre del 2010, solo algunas paredes desnudas siguen en pie. Estas personas fueron ubicadas allí por orden del gobierno venezolano -como ocurrió en decenas de hoteles de todo el país- mientras se les otorgaba una vivienda.

Las últimas 28 familias salieron apuradas el pasado 7 de marzo, luego de que Martínez decidiera encadenarse y emprender una huelga de hambre que duró 6 días a la puerta de su propiedad. Su medida desesperada logró el desalojo, y allí vio cómo, frente a su nariz y las de la Guardia Nacional que “custodiaba” el lugar, los últimos ocupantes arrasaron con lo que quedaba. Colchones, neveritas de minibar, televisores que no se habían llevado antes.

“Ni un tsunami habría destruido el lugar así”, dijo a EL TIEMPO antes de entrar a una reunión con la única instancia gubernamental que se ha puesto en contacto con él, la Comisión Presidencial de Refugios Dignos, con la que espera llegar a algún acuerdo para recuperar al menos parte de la inversión.

Entre las pérdidas de activos, los 16 meses sin facturar, las deudas con los 27 empleados que tenía y decenas de demandas de clientes que habían reservado y pagado sus vacaciones, el prometedor trabajo de Martínez se convirtió en una deuda que calcula en 7 millones de dólares.

Invasores y damnificados:

Dos meses antes de que llegaran los damnificados por las lluvias, al Hamilton Beach habían entrado varias familias para invadir parte del hotel, una práctica cada vez más frecuente en Venezuela, donde la pobreza y el déficit de casi 2 millones de viviendas empuja a familias muy pobres a ocupar lugares casi siempre bajo la indiferencia y a veces hasta el amparo oficial.

“Convivimos con los invasores hasta que ocurrió el desastre con las lluvias y entraron al hotel hasta 370 personas. El ingreso fue comandado por un general que solo me dijo que el hotel estaba expropiado. Sin mediar palabra fui echado y no pude entrar al hotel durante 6 meses hasta que logré, tras hablar con todo el mundo, que me dejaran volver”.

“Cuando entré ya el lugar estaba desecho. Decidí esperar a que se concretara lo de la expropiación, a que me dijeran algo, pero nada, quedé en un limbo jurídico total. No aguanté más y me encadené. Yo respeto al presidente (Hugo) Chávez por el gran corazón que tiene al atender a estas personas, solo pido que me reparen los daños, es lo justo”, afirmó.

Sea en forma de indemnización o de empresa mixta con el Estado, Martínez está dispuesto a retomar su trabajo, aún cuando está consciente que el gobierno venezolano suele pagar tarde y muy por debajo de su valor a las empresas o estructuras que expropia.

“También sé que las demandas mercantiles o contra el Estado no prosperan en este país, por eso de la buena voluntad del gobierno venezolano y la de la reunión de hoy depende mi futuro. Yo estaba trabajando y lo que quiero es trabajar”.

El lunes, Martínez se reunió en Caracas con la Comisión Presidencial de Refugios Dignos, donde le agradecieron en nombre del Presidente el haber prestado ayuda a los damnificados. Prometieron darle, en un máximo de 5 días, una respuesta sobre cómo lo indemnizarán por los destrozos causados a la propiedad y en qué estado legal quedará el hotel.


Por: VALENTINA LARES MARTIZ

Corresponsal de EL TIEMPO
Venezuela | Caracas

Politica | Opinión
13 de Marzo del 2012