“El cáncer de Chávez es una
enfermedad relancina…”
■ ¿Qué impacto puede tener la situación del Presidente sobre la campaña presidencial?
Basta un googelazo para concluir que sobre la enfermedad del Presidente los voceros oficiales no tenían la más remota idea de lo que estaban diciendo (lo que indicaría que son unos habladores de paja) o estaban sembrando información sesgada (y son unos manipuladores).
Con respecto a la información proveniente del propio Presidente, no vale la pena hacer comentarios. Primero porque él es la parte afectada y tiene derecho a confiar en su recuperación, independiente de los diagnósticos que reciba. Pero además es un candidato en campaña y la información que salga de su boca estará dirigida a apoyar su triunfo. Esto indica que en términos del análisis político, lo que el Presidente diga es inutilizable.
En el caso de la información proveniente de los dirigentes opositores podríamos integrar los dos problemas anteriores: la mayoría no sabe lo que está pasando y si lo supieran, no pondrían sobre la mesa aquella información que no convenga a su campaña.
La otra fuente de información potencial la conseguimos en los periodistas especializados y la media internacional, que ha comentado sobre datos concretos de la enfermedad de Chávez, revelados a ellos por sus fuentes privadas. No me refiero a la información basura, que siempre hay mucha en estos casos, sino a los periodistas experimentados que han demostrado, incluyendo la evolución reciente de la enfermedad de Chávez, tener fuentes confiables. La demostración más clara la conseguimos en Nelson Bocaranda, quien ha compartido con el país primicias sobre la enfermedad presidencial que han obligado varias veces al Gobierno a entregar información que terminó verificando la esencia de sus Runrunes. Es obvio que Nelson esta “dateado” y la reacción de Adán Chávez amenazando públicamente a los “traidores que hacen daño a la revolución filtrando información” demuestra claramente que saben que hay una fuga de información importante. Si a esto añadimos las amenazas que el periodista ha comentado recibir y los planes enrevesados para desacreditarlo, que él ha develado por adelantado en sus columnas para protegerse, todo parece indicar que sus fuentes son buenas. Por cierto, aprovecho esta ocasión para enviarle a Nelson mi mayor solidaridad frente a los ataques y amenazas que ha recibido por ejercer su derecho a informar.
No obstante, aun cuando algunas informaciones periodísticas han demostrado tener una base tendencial cierta (aunque no siempre en los detalles más específicos), a título de análisis formal no podemos tomarlas como concluyentes sobre la calidad y profundidad de la enfermedad del presidente Chávez, toda vez que: 1) no contamos directamente con la información verificable y 2) el cáncer es una enfermedad relancina que ni siquiera los médicos más sofisticados pueden prever con total certidumbre.
Es así como para un analista de entorno, la situación política venezolana mantiene dos incertidumbres básicas: ¿cuán grave está el presidente Chávez y qué impacto puede tener esto sobre la campaña presidencial? No importa cuanta información pongan ahora sobre la mesa, sólo el regreso de Chávez al país (o el no regreso) y el desarrollo de su campaña electoral (o el no desarrollo de la misma) nos dará información relevante sobre lo que realmente es importante en términos de escenarios políticos electorales: ¿qué creerán los electores que está pasando?
De eso nos hablarán las encuestas, una vez que nuestro protocolo permita que midamos a una sociedad ya asentada y libre de los ruidos y emociones iniciales, posteriores a los eventos impactantes que suelen confundirse con realidades cuando se mide demasiado rápido, como no hemos querido hacer. Pero no demoraremos mucho más en saberlo. Eso vendrá en breve.
Por: LUIS VICENTE LEÓN
Luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon
EL UNIVERSAL
domingo 11 de marzo de 2012