¿Comenzo una cadena de deserciones
en el seno del régimen sirio?
■ La llegada a la oposición de más militares dificulta la ya complicada unidad de los rebeldes.
■ El Consejo Nacional Sirio trata de juntar a la oposición con un «ministerio de defensa» rebelde.
Tras la renuncia, el jueves, de Adbo Hussameldin, viceministro del petróleo, el viernes se ha hecho público que quince soldados y oficiales han desertado a Turquía en las últimas veinticuatro horas, entre ellos seis generales de brigada, cuatro coroneles y una teniente. El grupo llegó a territorio turco en un grupo de doscientos treinta y cuatro refugiados ayer jueves.
Es más: los portavoces del Ejército Sirio Libre aseguran que al menos cincuenta oficiales se han pasado a sus filas durante la pasada semana. «La situación ha cambiado muy rápido en Siria. Todo el mundo teme por su vida, incluyendo a los altos generales», declaró el coronel Aref Hamud al diario estadounidense «Wall Street Journal».
La mayoría han huido de las posiciones que ocupaban en la región norte, en Idlib y Yebel Zawiya, donde existe una importante presencia rebelde. El número de desertores desde el inicio de las protestas supera ya los cuarenta mil, según diplomáticos turcos.
La deserción de estos altos oficiales promete acrecentar el problema de liderazgo ya existente en el seno del Ejército Sirio Libre, donde ya existe un enfrentamiento entre el coronel Riad Al Asaad, el fundador de la guerrilla, y el general de brigada Mustafá Al Shaij. Este último trató de hacerse con el mando de la insurgencia tras su llegada hace dos meses, pero Asaad se ha negado a cederle el mando.
Mientras un sector de los opositores de base apoya a Shaij, a quien ven como un militar más capaz y menos ideológico, muchos de los guerrilleros prefieren seguir bajo el mando de Asaad.Los insurgentes mantienen los nombres de muchos de estos desertores en secreto, para evitar represalias contra sus parientes. Esta semana, la inteligencia de la fuerza aérea (un servicio de seguridad leal al régimen) arrestó a la esposa y los seis hijos del general de brigada Fayez Amro, un alto cargo del Ejército Sirio Libre, y permanecen desaparecidos desde el miércoles.
La llegada de estos refugiados, tanto civiles como desertores, coincide con una ofensiva militar en Idlib. Mientras tanto, el ejército continúa castigando los barrios rebeldes de Homs, donde hoy han muerto al menos cuatro personas a consecuencia de los bombardeos de la artillería gubernamental, según han informado los activistas de la oposición.
Consejo Nacional Sirio:
El Consejo Nacional Sirio, la principal plataforma de oposición en Siria, ha anunciado esta mañana la creación de una Oficina Militar que tratará de supervisar las operaciones bélicas en el interior del país. «La oficina funcionará como un ministerio de Defensa, controlando el suministro de armas, y supervisando y organizando a los grupos armados», ha explicado el presidente del Consejo, Burhan Galiun, en una rueda de prensa en París. «La rebelión comenzó como un movimiento no violento, pero el Consejo debe afrontar sus responsabilidades a la luz de esta nueva realidad», ha asegurado. Según Galiun, el Ejército Sirio Libre se ha mostrado de acuerdo con la creación de este nuevo organismo.
Pero, ¿qué Ejército Sirio Libre? Lo cierto es que la división en el seno del movimiento armado es ya un secreto a voces, aunque a los insurgentes no les guste reconocerlo. El principal problema es el enfrentamiento entre el líder «histórico» de los insurgentes, el coronel Riad Al Asaad, y el general de brigada Mustafá Al Shaij, quien desertó a Turquía hace algo más de un mes, y ha tratado de hacerse con el control de la guerrilla. Los seguidores de Shaij han estado tratando de crear un Alto Consejo Militar que asuma el mando sobre las diferentes facciones guerrilleras, algunas de las cuales no obedecen al coronel Asaad.
Necesidad:
Pero aparentemente Asaad no está dispuesto a ceder el poder al recién llegado. «Ese hombre sólo se representa a sí mismo. No tiene nada que ver con el Ejército Sirio Libre. No representan a nadie», declaró recientemente a la CNN el coronel, al ser preguntado sobre Shaij. «Ahora, la gente sigue al coronel Asaad, porque le conocen desde hace más tiempo. La llegada de Shaij es algo peligroso, puede crear descoordinación», asegura a ABC Ibrahim Kuki, activista de Damasco, y dirigente en esa ciudad del Consejo para el Liderazgo de la Revolución, una coordinadora de opositores de base. «Asaad es coronel, Shaij es general. Cada vez que aparezca alguien con un rango superior, podemos encontrarnos con el mismo problema», explica. Según este opositor, ahora mismo existen «dos consejos militares, hay un acuerdo de colaboración mutua».
La opinión general entre los activistas de base es que el mando unificado es una necesidad. El coronel Asaad es percibido como cercano a los grupos islamistas, algo que no gusta a muchos de estos opositores, que preferirían luchas a las órdenes de Shaij, a quien ven como un líder independiente, preocupado exclusivamente por las cuestiones militares. Además de estas dos facciones, existe un grupo llamado el «Ejército de los Oficiales Libres», compuesto por el primer grupo de militares que decidió desertar, algunos meses antes de la creación del Ejército Sirio Libre. Los Oficiales Libres combaten junto al ESL, pero no reciben órdenes de ellos. Y , por último, están los ciudadanos que han decidido tomar las armas para luchar contra el régimen.
«Llevar armas tiene sentido»
«Los activistas civiles empezaron a tomar las armas para proteger a los manifestantes. Desde que el ejército de Assad se encuentra con gente que devuelve el fuego, es mucho más difícil disolver las manifestaciones. Por eso, la gente ha visto que llevar armas tiene sentido», explica a ABC Adnan Bakira, activista civil encargado de comunicaciones entre el interior y el exilio. «Los soldados regulares, los desertores, se encuentran sobre todo en las regiones del norte y del sur, y en Homs. En la región del centro, en Damasco y los alrededores, la mayoría de los combatientes del Ejército Sirio Libre son civiles que se han armado», nos cuenta.
No obstante, algunos de estos milicianos están envueltos en discutibles actos al margen de la mera lucha contra el régimen, como asesinatos sectarios, saqueos y extorsiones, una situación imposible de controlar debido al vacío de poder en muchas áreas rebeldes. «No estoy a favor de que los militares se metan en la revolución», asegura Bakira. «Es mejor que no se militarice», nos dice. Justo lo contrario de lo que está ocurriendo.
Por: daniel iriarte
corresponsal en estambul
Politica | Sucesos
viernes 09/03/2012