Dónde echaremos a las autoridades que
deberían garantizar que esto no ocurra
■ Según El Aissami, los opositores “echan la Guardia” y los oficialistas “convocan la Guardia para las mesas de diálogo”
■ Mucho va a tener que bregar la institución armada cuando se proponga recuperar una imagen de solvencia profesional y sobriedad.
■ Todos los componentes han sufrido con la intensa erosión del decoro a que lo ha sometido el régimen de Chávez, pero son el Ejército y la Guardia Nacional los que han visto su fama entre las patas de los caballos.
Este domingo, 26 de febrero, interrogado sobre la irrupción de invasiones, el ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami, aludió a una ocupación irregular hecha el 20 de este mes en la urbanización La Urbina, por miembros “del colectivo José Félix Ribas”; y dijo el funcionario que “mientras Ocariz pretendía echarles a la Guardia Nacional, el Ejecutivo abrió el diálogo y logró que la comunidad desalojara los terrenos”.
¿No tendrá el ministro en su léxico un término menos peyorativo que “echar la Guardia”? Como si se tratara de una jauría enfermiza o de una horda que no responde a reglamentos ni a parámetros contemplados en la Constitución, sino a instancias de un cacique.
La verdad es que el alcalde del municipio Sucre, Carlos Ocariz, llamó al Ejecutivo, a la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana para que se hicieran presentes ante la situación ocasionada por las seis invasiones registradas entre sábado y domingo en su entidad. Cabe destacar que, según ha reportado el alcalde Ocariz, luego de las primarias del 12 de febrero, Sucre se ha visto afectado por 16 tomas ilegales.
El sábado 25, el vicepresidente de la República, Elías Jaua, quien se medirá con Ocariz en Miranda en las próximas elecciones a gobernadores, ofreció una ruedad de prensa donde declaró que no permitiría “el atropello y la violación de los derechos humanos de los compatriotas que por diversas circunstancias puedan haber tomado esa medida (invadir)”. Inmediatamente después de formulada esta advertencia se produjeron 9 intentos de invasión, 3 fueron impedidos por la Policía de Sucre, y los otros 6 se completaron poniendo en marcha el caos y incluso escaramuzas violentas entre los invasores y los vecinos amenazados. (El director de la PoliSucre, Manuel Enrique Furelos, manifestó su sospecha de que las tomas fueran “programadas, ya que se hicieron casi simultáneamente”).
En ningún momento, el vicepresidente Jaua se refirió al atropello y la violación de los derechos humanos de los dueños de los inmuebles y terrenos invadidos. Tampoco profundizó en las “diversas circunstancias” por las que los tomistas no tienen viviendas.
El caso es que, una vez perpetrada la invasión, ya el asunto es competencia de la Guardia Nacional, ya sea que alguien la eche, como dice El Aissami, o que alguien, apelando a la ley, procure su comparencia. Y eso fue lo que ocurrió con las invasiones de Sucre de este fin de semana, al mediodía llegó un primer contingente de la Guardia Nacional… diciendo que no iban a actuar contra los tomistas por “órdenes superiores”.
El asunto se calmaría en la noche. No podemos haber hasta cuándo. Porque, según ha dicho Roberto Orta Martínez, presidente de Asociación de Propietarios de Inmuebles Urbanos (APIUR), el 95% de los casos de invasiones no son resueltos por las autoridades. Estamos hablando de que, desde 2003, 22 mil inmuebles rurales han sido invadidos en el país; en los últimos nueve años se han producido sólo en Caracas 800 invasiones de terrenos, viviendas y galpones;
desde 2003, hay un registro de 155 edificios invadidos en el Área Metropolitana; en agosto de 2003 se invadieron 80 edificios en una sola oleada; y en enero de 2006, 40 edificios en una segunda; en 2011, solo en Caracas, se produjeron 40 invasiones de terrenos y en 2012, van 20.
Dónde echaremos a las autoridades que deberían garantizar que nada de esto ocurra.
Por: Milagros Socorro
msocorro@el-nacional.com
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EL NACIONAL
Domingo, febrero 27, 2012