El gobierno trató de esconder las
dimensiones del inmenso derrame
■ A dos años del desastre ecológico del rio Guarapiche.
■ Más de 20 días tiene el mayor desastre ecológico ocurrido en el oriente de Venezuela, justo en el centro de extracción de crudo de Jusepín, en la zona oeste del estado Monagas.
■ El ministro de Ambiente, Alejandro Hitcher, aseguró que se logró contener 90% del derrame de petróleo en el complejo de Jusepín y acotó que no se trata de un “desastre ambiental sino de un “accidente ambiental”.
■ Este derrame petrolero es el tercero en dos meses ocurrido en Monagas. Los otros dos fueron de menor impacto comparado con el actual que ha convulsionado a la opinión internacional por sus catastróficos alcances.
■ Alrededor de los caños Francés, Cuatro Bocas y Colorado, próximos al río Guarapiche, se puede constatar la existencia de una gran mancha de crudo adherida a las raíces, tallos y hojas de los árboles que crecen cerca de las aguas.
■ Cerca de un millón de personas que están sin agua potable en el oriente de Venezuela por un derrame de crudo en el río Guarapiche volverán a tener el servicio dentro de unos 10 días, anunció la presidenta de la estatal Aguas de Monagas. El vertido equivalente a unos 80.000 barriles de petróleo se produjo tras la ruptura de una tubería de Petróleos de Venezuela.
El derrame petrolero dio a conocer a través de medios de comunicación locales que los trabajadores del centro de extracción, así como el personal calificado para manejar la emergencia, se encontraban ese 4 de febrero (día de la explosión en Jusepín), en Caracas, participando en los actos de conmemoración del Golpe de Estado de 1992 convocados por el presidente Hugo Chávez.
Inmediatamente comenzó una serie de cadenas en las que El Comandante hablaba de todo un poco, menos de las soluciones para esta tragedia ecológica.
La dinámica de los carnavales, los ataques continuos del chavismo a Henrique Capriles Randoski y las elecciones de la MUD, cuestionadas inclusive por Tibisay Lucena desde la tribuna televisiva del redentor José Vicente Rangel, dieron de qué hablar mientras en el bajo de Guarapiche cientos de voluntarios luchan cada minuto para frenar la calamidad a la que fueron sometidos indirectamente por el proselitismo chavista.
En un país serio el Presidente de la República se hubiese trasladado al sitio a verificar los trabajos pertinentes y colaborar de la mano con la empresa privada y colaboradores de la estatal Pdvsa, para sacar a la comunidad de Maturín de la inhumanidad de no contar con el servicio de aguas.
Pero esto no sucede en Venezuela. Es preferible posicionar en el raking de la opinión pública la palabra “Majunche”. Inéditamente Chávez asegura mejorar su estado de salud queriendo demostrarlo en largas alocuciones donde no se mueve más de un par de metros en escena.
El resto del mundo sigue girando y ven, al igual que nosotros, con preocupación lo que sucede en Maturín, las consecuencias a largo plazo y el funcionamiento de la explotación petrolera a lo largo y ancho de la nación.
Falta orden y disciplina y para eso hace falta salir de esta calamidad. En octubre nos encontraremos para cambiar.
El ministro de Ambiente:
Alejandro Hitcher, aseguró este sábado que se logró contener 90% del derrame de crudo en el complejo petrolero de Jusepín y señaló que “una foto tendenciosa en un medio de comunicación” trataba de agrandar la situación ocurrida en ese sector del estado Monagas pero que “gracias a la labor efectiva del ministerio del Ambiente y cuadrillas de Pdvsa logramos contener el derrame”.
Hitcher, quien insiste en afirmar que “no hubo un desastre ambiental, sino un accidente ambiental”, lo cual tuvo sus impactos y “yo no lo he minimizado”, indicó que la acción inmediata del Gobierno nacional evitó un desastre ambiental.
El ministro señaló que, tras un recorrido por el río Guarapiche, comprobó que ya se ha logrado recoger 90% del derrame petrolero y que el daño que se ha hecho es perfectamente remediable”, señaló.
El funcionario fustigó a un medio de comunicación (en específico a El Nacional) porque “tergiversa la verdad” y recordó que la organización Movimiento de Periodistas Progresistas denunciarán al periódico “que mete una tronco de mentira”. No obstante, el presidente de la comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, Hirám Gaviria insiste que según las investigaciones de expertos, en el río Guarapiche se pudieron haber derramado alrededor de 40 mil barriles de petróleo.
“Si este es el caso, porque hay técnicos que han señalado una cifra superior, no solo se dañó el agua del río Guarapiche sino la biodiversidad, la fauna, la flora, las raíces de los árboles circundantes, las explotaciones agrícolas y pecuarias. Estamos hablando de una mancha petrolera de unos 40 kilómetros sin contar las curvas y los meandros del mencionado caudal”, indicó el diputado.
“El agua sigue llegando amarilla”:
Eulogio del Pino, vicepresidente de exploración y perforación de Petróleos de Venezuela, informó que según los estudios realizados a las aguas del río Guarapiche, las mismas se encuentran aptas para el consumo humano.
No obstante, el gobernador de Monagas, José Gregorio Briceño, había indicado horas antes que el agua del río seguía contaminada luego del derrame de crudo ocurrido el 4 de febrero. “El agua está sumamente contaminada y no se prenderá la bomba (de la planta potabilizadora). Pido paciencia a la colectividad, porque no sabemos cuándo se prenderá”, afirmó.
Al respecto, Del Pino indicó que Briceño debe manejar otros resultados, pues los presentados por Pdvsa muestran una disminución considerable en la contaminación del río. Agregó que depende del Ministerio de Salud, Ministerio del Ambiente y Aguas de Monagas la puesta en funcionamiento de la planta potabilizadora de Bajo Guarapiche, de la cual se surte a 80% de la población de Maturín, la mayor parte de la cual sigue sin agua luego del derrame, ocurrido en el Complejo de Jusepín.
Del Pino realizó ayer un nuevo recorrido por la zona afectada, específicamente desde la represa de San Vicente. Manifestó que la limpieza avanza en más de 95% y que al terminar la fase de recolección se comenzará la de saneamiento del Guarapiche.
Queda mucho petróleo:
Más de 150 hombres trajeados con bragas blancas y cascos azules seguían ayer en las labores de limpieza manual del crudo derramado en uno de los puntos establecidos en el río Guarapiche.
“La fauna está acabaíta”, dijo uno de ellos, que prefirió el anonimato. A 21 días del derrame en el Complejo de Jusepín, los trabajadores afirman que aún se recogen gran cantidad de peces muertos en el río.
“Dicen que para ocho días se resuelve todo, pero eso es mentira”, susurró el hombre, temeroso debido a la presencia militar.
A su alrededor se ven árboles secos por los efectos del oro negro, mientras que los matices marrones de la tierra lucen ennegrecidos. “Ahora es que queda petróleo”, aseguró.
Aunque más de 2.000 hombres trabajan en el saneamiento de las riberas del río, hasta ahora se sigue observando las consecuencias del derrame.
Un fuerte olor a petróleo en el ambiente, agua oscura y residuos de aceite se ven en las barreras de contención en el Guarapiche.
Divididos en subgrupos, los hombres surcan el agua en canoas. Utilizan palas para llegar a los escombros ubicados en las barreras, llenos de petróleo y aceite, para luego meterlos en bolsas negras. Al terminar la larga jornada, las bragas pierden su color original y quedan impregnadas con rastros de crudo y tierra.
El agua viene sucia:
Para bañarme la hiervo y para tomarla compro la mineral”, señaló Vilma Main, habitante de la urbanización Fundemos II.
Edith Pérez, del sector La Murayita, destacó: “Teníamos cinco días sin agua e íbamos a cerrar la calle, pero llegó la megacisterna”.
Hizo un llamado al alcalde de la ciudad, José Maicavares, para que reparta envases en la zona, pues los que hay son insuficientes.
De acuerdo con el número de integrantes de la familia, los ciudadanos compran entre 2 y 5 botellones de más de 10 litros.
“El agua, el agua”, gritan los vecinos para anunciar la llegada de una megacisterna para llenar casa por casa los envases que se encuentran al borde de la acera.
Juana de Marcano afirmó que, en un gasto que no figuraba en el presupuesto familiar, emplea 50 bolívares semanales para comprar agua mineral.
“La que recibo gratis la utilizo para los baños, limpiar la casa y lavar los corotos”, dijo.
Los afectados por el derrame petrolero del 4 de febrero aseguran que la situación es insoportable, y exigen que se resuelva lo más pronto posible.
En los supermercados, donde la venta del producto se ha incrementado considerablemente en medio de la crisis que atraviesa gran parte de la ciudad capital, aseguran que cuentan con agua mineral suficiente para el suministro al público.
Verano:
El alcalde José Vicente Maicavares informó que con la llegada del verano disminuyó el agua en el acueducto Amana Maturín, y el bombeo hacia el centro y oeste de la ciudad bajó considerablemente. Por eso pidió calma a la población.
Cisternas:
Decenas de choferes de cisternas llevan agua a las comunidades afectadas entre las 7:00 de la mañana y las 11:00 de la noche. El conductor Gabriel Sosa manifestó: “Hacemos de cuatro a cinco viajes diarios; hasta ahora no tenemos problemas”.
Alexis Pérez, uno de los choferes de cisternas provenientes de Valencia, destacó que no tenía fecha para regresar a esa ciudad. “Mi misión es estar aquí hasta que termine la contingencia”, dijo. Situación similar afrontan otros conductores foráneos, que afirman que cuentan con hospedaje y todo lo necesario para distribuir el agua en las comunidades afectadas.
Por: JAIME LEAL
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martes, 26 de Febrero del 2012
EL NACIONAL
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