“Un tema innombrable…”
■ La disfunción eréctil no está relacionada con “el enemigo silencioso”.
■ La presión arterial alta figura entre las causas de la disfunción de muchos hombres, pero algunos ni siquiera mencionan el problema.
Tras un largo tiempo de angustia, Robert se entera de que su condición de hipertenso no es la causa principal de su impotencia. Abogado, sedentario, padre de familia y la mitad de su vida sentado, entre el escritorio y el auto, a Robert G.
le bastó con chequear su condición cardiovascular para entender que su caso escapa a ese 30% de los varones hipertensos que padece de disfunción eréctil.
“La hipertensión arterial en forma aislada no suele afectar el desempeño sexual”, explica el cardiólogo e internista Luis López Gómez. A su juicio, el problema es que generalmente la hipertensión arterial se asocia a otros factores de riesgo, como la diabetes tipo 2, y por ello sí puede verse afectado el desempeño sexual.
“La otra arista del problema es que hay un falso concepto acerca de la acción secundaria en la aparición de disfunción eréctil con los medicamentos antihipertensivos, algo que era frecuente antes con los betabloqueantes de primera generación y la alfametildopa, medicamentos poco usados en la actualidad. Hoy los medicamentos modernos generalmente no influyen en ese sentido de una manera desfavorable”, señala López Gómez Un tema innombrable. Hablar aun en este siglo de la salud sexual constituye un asunto engorroso para muchos hombres y mujeres, aunque ello sea una fuente de angustia e incomodidad. Cada vez que un hombre mayor va a consulta del urólogo, habría que interrogarle sobre su vida sexual igual que se le toma la presión arterial. Pero la realidad es que no todos los médicos lo preguntan y no todos los pacientes lo comentan por vergüenza.
Pero, no hay dudas: la hipertensión arterial es una de las causas de la disfunción sexual de los varones hipertensos, que tienden a vivirla en silencio y a no comentarla, cuando es sabido de la existencia de fármacos para tratarla. Pero una vez que el especialista lo menciona, aparece esta enfermedad como gran “saboteadora” del acto sexual.
“En general, en forma directa no lo hace. Lo más común es la aparición de procesos de depresión o de ansiedad asociados al comentario general del riesgo de la hipertensión para el acto sexual. Ahora, si se trata de un paciente de alto riesgo por presencia de otros factores como cardiopatía isquémica, enfermedad neurológica, enfermedad vascular periférica y otros daños a órgano blanco de la hipertensión no controlada y de larga evolución, no es que “sabotea” el coito, sino que para tener una relación sexual sin temores hay que evaluarlo previamente. Se debe incluir, si no hay contraindicaciones, una prueba de esfuerzo, que es muy útil en este caso para hacerle las recomendaciones apropiadas y evitar complicaciones agudas, como una crisis hipertensiva y sus consecuencias durante el acto sexual”.
De acuerdo con López Gómez, los riesgos de la hipertensión durante el sexo varían de acuerdo con la edad porque el hecho mismo de ser adulto mayor en el varón y posmenopáusica en la mujer adiciona factores de riesgo que pueden originar inconvenientes. Afortunadamente en las estadísticas eso no es frecuente y no se debe considerar un elemento traumático para el abordaje del acto sexual.
“Insisto, se recomienda siempre una adecuada evaluación y un tratamiento adecuado para tener más seguridad y minimizar el riesgo”.
Vida sana y precaución:
En cuanto al uso de sildenafil en personas hipertensas, López Gómez explica que si el paciente no está tomando medicación vasodilatadora coronaria del tipo nitritos o nitratos y está adecuadamente evaluado, no hay contraindicación para su uso.
“En todo caso, hay varios medicamentos como el Vardenafil y el Tadalafil. Sin embargo eso debe estar siempre asociado al estricto apego a las medidas higiénicas: dieta, ejercicio y salud mental. Una actividad sexual sana y placentera indudablemente es un elemento que contribuye a la mejora en la calidad de vida de esos pacientes y por ello, en el adecuado control de sus patologías”.
Factor de riesgo:
Entre la angustia y el temor
La disfunción eréctil es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares de igual importancia que la diabetes, la hipercolesterolemia o el hábito tabáquico, y está reconocido como una advertencia de la existencia de problemas cardiovasculares. Puede ser un síntoma importante o un aviso, en términos de la salud general.
Los fármacos antihipertensivos no sólo pueden originar la disfunción porque bajan la presión arterial y, a su vez, provocan que el pene no se llene de sangre y que no se produzca la erección; además, pueden provocar alteraciones de las hormonas, como la testosterona y la prolactina, que se relacionan con la falta de deseo sexual y la disfunción sexual.
Según la Sociedad Venezolana de Cardiología y el grupo de estudio de Hipertensión Arterial en Venezuela, se calcula que la afección está presente en cerca de 28% a 32% de la población. El hombre aparece como el más afectado por la aparición de la disfunción eréctil.
Por: ELIZABETH ARAUJO
Salud | Sexo
EL NACIONAL