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CARLOS BLANCO: ¿Qué tendrá el Presidente? ¿está triste…?



TIEMPO DE PALABRA

 

“Es duro, después de 13 años, que ciudadanos se muevan en millones a decirle que no”

¿Qué tendrá el Presidente?

El Presidente está triste. ¿Qué tendrá el Presidente?

Los suspiros se encierran y en su boca se apresan; que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

El Presidente está pálido en su silla de oro;

Mucho chilla su verbo sonoro; y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

Así diría Rubén Darío con la puntada que le habría atravesado su estro artístico al oír la reacción del Delirante en Jefe en el momento de conocer los resultados de las primarias. Es que es muy duro, después de 13 años, que los ciudadanos se mueven en millones a decirle que no, en voz alta, clara e inteligible. Se ve que Chávez no acierta a conseguir el lenguaje, el tono, las ideas y las emociones para desafiar la decisión de las fuerzas democráticas. Está fuera de sí. La furia se incrementa cuando observa que la jugarreta del TSJ para obtener las listas y producir miedo, fue aplastada sin misericordia y con buen humor, mientras el fuego purificador dejaba su testimonio de humo socarrón en todas las capitales de estado y en Caracas.

LA VICTORIA DE CAPRILES.  Henrique Capriles (HC) ha triunfado en toda la línea. Es un triunfo descomunal en el que no cabe ni un pero en cuanto a su contundencia y magnitud. Ninguna mezquindad ni politiquería debe acompañar la evaluación de esa victoria, sobre todo para quienes -como el que escribe- promovieron y apoyaron a otro candidato. Tres millones de los cuales 1.9 millones votaron por Capriles, son cifras definitivas que los que ganaron y perdieron -perdimos- tienen que tomar con humildad. Los vencedores para no atragantarse y los perdedores para alejar cualquier mortificación.

Para este narrador es un momento de evaluar lo que pensó, dijo y escribió, mediante una comparación con lo que ha ocurrido. Es responsabilidad de los que tienen tribuna pública rendir cuentas de apreciaciones, aciertos y errores, para no pasar en puntillas sobre sus propias palabras.

En esta esquina se planteó que las primarias deberían escoger el camino del enfrentamiento directo y sin ambigüedad a Chávez y su régimen. Se dijo que esa visión era la conveniente en un candidato porque así se garantizaría la victoria el 7O. El país democrático escogió la otra opción. En todo voto hay ingredientes múltiples, desde los más racionales hasta los más insólitos y emocionales (alguien cercano cuenta que votó por HC porque su mirada le parece sincera); pero en el campo de la política y las razones, en lo que estas hayan contado, sin duda el voto abrumador fue por la opción que consideraba inconveniente el combate cuerpo a cuerpo con Chávez y su régimen.

Las motivaciones por las cuales esa visión se impuso pueden ser variadas. Otros candidatos se vieron pugnaces para el gusto de muchos, aunque pudiera ser que el motivo principal sea la presunción de que un discurso apacible es capaz de atraer los votos del chavismo “light”, tan necesario el 7O.

Sin duda que HC lanzado como candidato por Julio Borges, líder de Primero Justicia, en septiembre de 2010, hizo una campaña sostenida, con una excelente dirección y sin desviarse un milímetro de la estrategia, junto a una importante dotación de recursos de la cual otros carecieron; sea dicho esto en la debida forma: cuando un candidato tiene aura de triunfo los recursos le llegan sin solicitarlos, muchos más de los previsibles.

Entre los elementos que favorecieron a HC a lo que, visto retrospectivamente, era una victoria más que probable, se suma la manera en que fue promovido Pablo Pérez. Este es un dirigente popular que fue lanzado a la competencia electoral de una forma que le restaba independencia porque pareció depender de una negociación con el jefe de su partido, Manuel Rosales. Tal vez el problema más importante fue el estilo con que fue apoyado por AD, en menor grado por Copei, y el MAS que le dio -de manera injusta quizá- la representación de “el pasado”, aborrecimiento que el Gobierno ha promovido y ha alcanzado niveles de prejuicio social, compartido por chavistas y sectores de la oposición, entre los que destaca el partido del vencedor.

Dentro de las víctimas indirectas del miedo al “pasado” que podía regresar estuvieron las otras candidaturas. Este narrador puede atestiguar con conocimiento de causa (y sus consecuencias) cómo un número importante de eventuales votantes por María Corina, ante el temor de que el candidato apoyado por AD y Copei triunfara, optó por HC. Dada su posición en el juego electoral reciente, quien esto escribe no sugiere que el resultado habría sido diferente, sólo intenta explicar la suerte de otras propuestas.

LAS ENCUESTAS.  También aquí se fue muy crítico con las encuestas. Se sostuvo que varias estaban al servicio de los intereses electorales de dos de los candidatos y se sugirió que sus resultados estaban aderezados con ese fin. Debe decirse que en cuanto a los resultados globales esas mismas encuestas tuvieron más aciertos que errores; no acertaron, como nadie acertó, en calcular el número de votantes. Extravío que no puede enrostrársele sin que le toque lo suyo a los analistas, como el de estas líneas.

Lo que sí se puede sostener es el papel de abierta inducción que jugaron y juegan en la opinión pública. Sus resultados, convertidos en propaganda, crearon dinámicas que agregaron masa a la mazamorra de quienes tienen apilado su montón. Algunas funcionaron como partidos en campaña.

MARÍA CORINA MACHADO.  Me habría gustado compartir la alegría por la tremenda victoria de los 3 millones y la inmensa de HC, con muchas más centenas de miles de votos para María C., quien le agregó calidad, densidad, valor e ideas a la campaña electoral. Mujer de inmenso coraje personal y moral alcanzó a convertirse en dirigente muy valorada aun por quienes no votaron en su favor. La expresión “ella es la mejor pero voto por fulano o mengano”, fue común. Ha acumulado un formidable capital político que desde el mismo 12F fue puesto al servicio de la unidad y de la victoria de HC. La acompañé a visitar el comando de HC el 12F y la multitud que allí estaba le dio un cálido tributo de afecto y reconocimiento, aunque no la hubiese seguido con su voto. María venía y llegó para ser actor principalísimo del porvenir.

INCERTIDUMBRES.  La MUD y la Comisión de Primarias cumplieron su papel y fue un buen remate disolver en humo el reciente intento atemorizador del régimen. Ramón G. Aveledo y Teresa Albanez simbolizan una excelente y meritoria labor.

Viene ahora la tarea de consolidar y ampliar la unidad, además de prepararse para una guerra que Chávez ha declarado ya con desesperación. Hay signos promisores de amplitud en el candidato y en su entorno cercano, la democracia requiere que permanezca esta actitud. HC tiene la palabra.


Por: Carlos Blanco
Tiempo de Palabra
19 de febrero de 2012
www.tiempodepalabra.com
@carlosblancog